Los Suenos
Enviado por 0692 • 28 de Septiembre de 2013 • 2.751 Palabras (12 Páginas) • 223 Visitas
LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS – Sigmund Freud
Freud comienza las lecciones introductoras al psicoanálisis, con dos dificultades que el lector
debe suprimir para poder comprender sus ideas:
Solamente se puede entender a la perfección el psicoanálisis, cuando has sido paciente de un
psicoanalista.
No toda enfermedad es física, sino que también puede encontrarse en nuestro subconsciente.
Una vez que superamos estas dudas, Freud nos expone su tesis mediante un desarrollo.
Comienza desde lo más simple hasta lo más complejo, poco a poco, muy lento.
Se sabe que los síntomas patológicos de determinados individuos nerviosos tienen un sentido.
También se conoce que los enfermos incluyen algunos de esos síntomas en sus sueños. Por lo
tanto, es fácil suponer, que los sueños deben de tener algún sentido.
Pero ¿qué son los sueños?
Los sueños son una manifestación psíquica durante el
reposo. Así mismo, el reposo es un estado en el que el
durmiente no quiere saber nada del mundo exterior,
habiendo desligado del mismo todo su interés. Por otra parte
el sueño es una reacción a un estímulo perturbador de dicho
reposo; entonces las excitaciones producidas durante el
reposo aparecerían en los sueños.
¿Y su origen?
Normalmente se trata de una excitación procedente del interior, es decir, el inconsciente. Esta
última hipótesis parece muy probable y responde a la concepción popular sobre la génesis de los
sueños.
Hay detalles muy importantes respecto a la interpretación de los sueños: el sueño no reproduce
fielmente el estímulo, sino que lo elabora, lo designa por una alusión, lo incluye en un conjunto
determinado o lo reemplaza por algo distinto. El durmiente sabe, aunque no lo crea, lo que
significa su sueño; pero no sabiendo que lo sabe, cree ignorarlo.
Hasta ahora hemos llegado a dos hipótesis:
El sueño es un fenómeno psíquico.
Se realizan en nosotros hechos psíquicos que conocemos sin saberlo.
Freud nos presenta un concepto nuevo, la hipnosis.
Ésta es un estado que provoca una disminución o anulación de los procesos conscientes. Puciertos mandatos del
hipnotizador. Al recobrar la conciencia, el sujeto no recuerda lo sucedido durante el trance
hipnótico. En este estado se producen, en ocasiones, fenómenos de hipermnesia.
Después de la hipnosis, la labor del psicoanalista se limitará a hacerle hallar el conocimiento del
sueño y comunicárnoslo. Debemos poder hacer accesibles los elementos ocultos e ignorados con
ayuda de asociaciones enlazadas al elemento que tomaremos como punto de partida.
Cada sueño es un mundo, y por lo tanto ninguno es igual a otro. Sobre todo, porque la
resistencia que ejerzamos no será la misma. Es decir, cuando la distancia entre el elemento real
y el ficticio es muy grande, la resistencia será enorme, le causará mucho dolor el recuerdo.
Mientras que si apenas existen deformaciones en el sueño, es que no hay resistencia alguna por
parte del sujeto. Esto se produce en los sueños infantiles.
El sueño es por otro lado,
“un medio de supresión de las excitaciones psíquicas que acuden a perturbar el reposo,
supresión que se efectúa por medio de la satisfacción alucinatoria”. Ésta supresión es la
censura; son lagunas presente en el sueño de sujeto, que por olvidar son provocadas. Junto con
la deformación, la censura utiliza estos mecanismos: la omisión, la modificación y la agrupación
de los materiales. Como en la deformación, la censura será más o menos pronunciada,
dependiendo de la gravedad del trauma que tenga el paciente respecto de la experiencia.
Figura 1: Dalì, Sueño2
La relación constante entre el elemento del sueño y su traducción le damos el nombre de
relación simbólica. Así, la esencia de esa relación simbólica es una comparación básicamente.
Por otra parte, la elaboración onírica o de los sueños,
contrae consigo tres efectos:
1.- La condensación: efecto que se nos muestra en el hecho de que el contenido manifiesto del
sueño es más breve que el latente.
2.- El desplazamiento: obra de la censura.
3.- La transformación de las ideas en imágenes visuales.
¿Qué hace la elaboración? Hace que volvamos a la infancia de dos maneras: en primer lugar, a la
infancia, y en segundo lugar aunque menos, a la prehistoria filogénica. En la elaboración cabe
destacar la formación de los famosos complejos. Por ejemplo, el complejo de Edipo que consiste
en el niño desea matar al padre y casarse con la madre. Todo ésto se genera durante la etapa
infantil, y perdura en la madurez ya que lo inconsciente de la vida psíquica no es otra cosa que lo
infantil. La etapa infantil donde reconocemos el complejo de Edipo es la:
Etapa fálica:
Esta etapa dura entre los 4 y 6 años; la niña y el niño descubren
sus órganos sexuales, a causa de la excitación de la micción y por
los tocamientos repetidos que tienen lugar durante el aseo.
Los bebes tienen juegos eróticos manuales y generalmente esta
actividad que ellos realizan cesa por si misma y vuelve a aparecer
a los 3 años. Descubren la diferencia de los sexos.
Los padres le imponen una renuncia al interés que tienen por
tocarse en nombre de la estética y la moral; y el niño se adapta a
dicha imposición a fin de retener el amor paternal. Cuando lo
logra, se vuelve a centrar en su interés por los genitales.
Los niños de esta edad empiezan con los “porque”. Cuando los
adultos responden las preguntas sexuales, el niño percibe lo
prohibido. El papel de las relaciones sexuales entre los
padres todavía les resulta oscuro.
Entre los 4 y 5 años aparecen otros tipos de preguntas
como el de: ¿Cuál es la diferencia entre un niño y una niña?
Los padres intentan explicar que la niña no tiene pene. El
niño trata de negarlo pensando que tienen uno más pequeño o que le va a crecer. Sin embargo,
piensa de que la madre también tiene pene, pues al niño le resulta imposible creer que la madre
carezca de el.
A medida que el niño crece, la madre ya va dejando de ocuparse de él en forma exclusiva.
El niño necesita menos compañía, juega más con sus juguetes y su voz. La observación de la
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