Los actos fallidos: Una visión de Sigmund Freud

Los actos fallidos: Una visión de Sigmund Freud

Paula Camila Forero Cano

Universidad Humanitas

Taller profesional IV Imagen

Alma Delia Cisneros Guevara

07 de junio de 2023

Los actos fallidos: Una visión de Sigmund Freud

Son las llamadas operaciones fallidas del ser humano: como cuando alguien quiere decir algo y dice en cambio otra palabra, el desliz verbal; o le ocurre lo mismo escribiendo, aunque se de cuenta o no. O le puede ocurrir lo mismo al leer algo diferente a lo que dice en un manuscrito, el desliz en la lectura, lo mismo si oye algo que no se le ha dicho, el desliz auditivo, sin que exista un problema auditivo que pueda afectar la capacidad de audición. Otra serie de estos fenómenos, tiene por base un olvido, por ejemplo, cuando alguien no puede hallar un nombre que conoce y que, por alguna razón, reencuentra luego. En una tercera serie existe la condición de extraviar algo, cuando alguien guarda un objeto en alguna parte, pero no vuelve a encontrarlo.

Se piensa en general, que ocurren cuando una persona esta muy cansada, muy emocionada o se le esta solicitando en exceso por otras cosas. Freud explica que es fácil que nuestro actuar se vea afectado en dichas circunstancias, ya que efectivamente no le ponemos atención a lo que estamos haciendo, pero existen algunas ocasiones en las que ponemos todo nuestro empeño para que estas equivocaciones no ocurran y, sin embargo, ocurren. En este sentido, las explicaciones se quedan cortas.

Los actos fallidos cumplen un propósito (puede querer decirse lo opuesto o añadir otro sentido) este propósito se manifiesta en algunos casos de forma evidente y en otros no tanto. Lo importante a inferir es que los actos fallidos no son continencias, sino actos anímicos serios, que surgen por la acción encontrada de dos propósitos diversos, pero en realidad, ¿Qué es lo que determina que pasemos por estos deslices?

Para responder Freud habla de dos tendencias.

La perturbada: La persona que comete un acto fallido lo declara y lo conoce, en este sentido es inequívoca.

La perturbadora: Lo que hay tras el acto fallido y que no se muestra tan nítido, da lugar a dudas y cavilaciones.  

Con lo planteado anteriormente aparece el acto fallido como genuino hecho psíquico, pero la resistencia nos conduce a considerarlo como un acto que sucede al azar, lo que nos otorga la ilusión de libertad psíquica.

Se debe tomar, por tanto, el acto fallido como una herramienta que nos ayude a descubrir de antemano la intención que esta oculta.

Las operaciones fallidas son el resultado de las dos tendencias en conflicto que tienen aspiraciones incompatibles. Freud (1915 - 1916) plantea que la intención perturbadora en el trastrabarse puede mantener un vínculo de contenido con la perturbada, y entonces incluye su contradicción a ella, su rectificación o su complemento. O bien, y en el caso más oscuro y el más interesante, la intención perturbadora nada tiene que ver en su contenido con la perturbada. (Párr. 1)

Las intenciones que perturban a otras pueden ser de índole diversa:

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