Los problemas de salud mental

Los problemas de salud mental deben situarse en el contexto histórico de la existencia articulada y realizada de cada individuo en las relaciones sociales. Esta perspectiva nos permite comprender el impacto que los eventos que afectan las relaciones pueden tener en la salud mental de las personas. De estos, la guerra sin duda ha tenido los efectos de mayor alcance, tanto porque trae crisis socioeconómicas y catástrofes, como porque trae irracionalidad y deshumanización. No se puede suponer que la guerra tenga un efecto uniforme sobre la población, y debe analizarse en términos de las siguientes coordenadas: clase social, participación en el conflicto y temporalidad. Clase social: Los que mueren día tras día en el frente pertenecen en su mayoría a las clases más bajas de la sociedad, donde se discrimina el servicio militar.

El aumento del costo de la vida, el aumento del desempleo y el deterioro de la atención de la salud están agravando una situación socioeconómica ya de por sí desesperada, que golpea con más fuerza a los más pobres. Esto no quiere decir que las clases altas y medias de la sociedad no se vean afectadas por la guerra, aunque en una cantidad mucho menor. Participación de grupos e individuos en la propia guerra: Conviene distinguir entre los posibles efectos de quienes toman parte en los combates y los que la sufren como civiles. Los efectos del soldado se describieron primero como "choque de guerra", luego "fatiga de combate" y finalmente "respuesta al estrés".

También son bien conocidos los problemas a los que se enfrenta un soldado a la hora de readaptarse a la vida normal, especialmente cuando la guerra lo ha dejado lisiado o discapacitado de por vida. Todo esto afecta no solo la salud mental de los propios soldados, sino también la de sus familias y vecinos. El impacto en las poblaciones civiles también es importante: las experiencias de vulnerabilidad y peligro, impotencia y miedo pueden afectar profundamente la psique de las personas, especialmente los niños. La visión de violaciones o torturas, asesinatos o ejecuciones en masa, bombardeos y arrasadores de poblaciones enteras es casi seguro que será traumática. El arquetipo de la población civil afectada por la guerra es el grupo de desplazados y refugiados, principalmente ancianos, mujeres y niños. Cuesta imaginar que la experiencia del desplazamiento no deje su huella psicológica en las personas, especialmente en las más vulnerables o inmaduras.

Oportunidad: Hay que distinguir entre efectos inmediatos y otros efectos que se pueden esperar a medio o largo plazo. Por supuesto, a medida que continúe la guerra, el impacto será de mayor alcance. El llamado “síndrome del refugio” tiene un período de incubación durante el cual la persona no manifiesta una enfermedad grave, cuando comienza a reconstruir su vida y su normalidad, cuando la experiencia bélica llega a su punto de inflexión. El grupo que más merece nuestra atención es el de los niños, quienes están construyendo sus identidades y horizontes de vida a partir de nuestras actuales estructuras de relación social. Son verdaderos "hijos de la guerra" y nuestra difícil tarea es asegurarnos de que no moldeen sus identidades aprendiendo la violencia, la irracionalidad y la mentira.

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