Los рrocesos рsicológicos
Enviado por emaco • 20 de Noviembre de 2013 • Tutorial • 3.688 Palabras (15 Páginas) • 235 Visitas
Procesos
PROCESOS PSICOSOCIALES
Es la influencia que los pensamientos, sentimientos y actos de las personas ejercen en los demás.
Se considera la naturaleza y las causas del comportamiento individual en situaciones sociales.
Es la influencia social que se ejerce sobre nosotros.
✓ ¿Cómo convencer a alguien para que cambie de actitud, adopte ideas y valores nuevos?
✓ ¿Cómo influye en nosotros lo que hacen y piensan los demás?
1. Actitudes.
Todo el mundo posee una serie de actitudes que son las encargadas de dirigir y controlar sus tendencias a reaccionar positiva o negativamente ante personas, cosas y situaciones.
Así pues, una actitud psicosocial podría definirse como una predisposición permanente que tienen las personas a reaccionar en un determinado sentido, independientemente de cual sea la situación. En términos generales, la actitud psicosocial hace reaccionar en pro o en contra de un elemento cualquiera del exterior.
Existen objetos hacia los que las personas no forman ninguna actitud. Podríamos decir que permanecen indiferentes ante ellos, no los afectan.
Naturalmente, estos objetos o ideas son diferentes para cada persona.
Las actitudes se forman en el proceso de satisfacción de las necesidades, por lo que el aprendizaje tiene una importancia fundamental en la génesis de las mismas.
De esta manera, las actitudes, una vez expresadas, pueden ser fortalecidas por el reforzamiento positivo y debilitadas por el reforzamiento negativo.
Una actitud puede satisfacer varios fines, y a su vez, diferentes impulsos pueden producir la misma actitud.
Las actitudes son las predisposiciones del individuo a valorar ciertos símbolos, objetos o aspectos de su mundo de un modo favorable o desfavorable.
Cuando se expresa verbalmente una actitud, decimos que eso es la opinión que una determinada persona tiene sobre un determinado tema.
Sin embargo, las actitudes pueden expresarse a través de conductas no verbales y además, pueden darse contradicciones entre hechos y palabras, de tal forma que una persona puede defender determinadas posiciones frente a un objeto con la palabra, pero, sin embargo, actuar en otra dirección mediante su conducta.
Los gestos, las expresiones faciales, la postura, el tono de la voz, etc., pueden expresar actitudes que muchas veces se contradicen lo que se manifiesta verbalmente.
Las actitudes están formadas por conocimientos (los elementos que describen el objeto de la actitud, sus características y sus relaciones con otros objetos), sentimientos (agrado o desagrado con una fuerte carga afectiva) y tendencias reactivas (inclinación a actuar de manera determinada). Cada uno de estos tres elementos pueden variar en función de una serie de dimensiones distintas:
-Dirección: Es la que indica si una persona da su apoyo a un determinado modo de actuar, si le agrada o desagrada una persona, una cosa o una idea determinada.
-Intensidad: La intensidad hace referencia a la fuerza del componente afectivo, al grado de sentimiento de las personas a favor o en contra de otras personas, objetos o ideas.
-Grado: Esta dimensión designa la posición tomada en el continuo de una actitud (muy favorable, ligeramente favorable, etc.)
El grado y la intensidad no son lo mismo. En este sentido es muy conveniente tener en cuenta, por todas aquellas personas que quieren influir en un cambio de actitudes, que la información es fundamental para que las actitudes no se aparten de los hechos.
-Prominencia: Esta cuarta dimensión tiene que ver con la importancia general de una actitud, comparándola, pues con el resto de las actitudes y opiniones de donde proviene. Así, puede tener un peso específico grande o pequeño en la constelación de las actitudes de un individuo.
-Estructura de acción: Como su nombre sugiere, trata de la relación de la actitud con la acción o conducta manifiesta.
Muchas de las actitudes que poseen las personas pueden ser consideradas como normas sociales: son productos de fuerzas sociales.
Los grupos a los que las personas están relacionadas o en los que desean pertenecer, van a forjar un cierto grado de uniformidad entre sus miembros. Tenderán a controlar actitudes que pueden quedar comprendidas dentro de una gama más o menos amplia.
De esta forma es posible encontrar actitudes comunes entre los miembros de un grupo de trabajo, o cualquier otro grupo con algo en común entre ellos.
Existen varios sistemas para conocer y medir las actitudes.
La forma más elemental y sencilla es la pura y simple observación del comportamiento. En ocasiones puede ser suficiente, pero no siempre lo es. Sobre todo cuando las personas no tienen ocasión de poder emitir opiniones o ejecutar acciones que las pongan de manifiesto.
La segunda manera de medir las actitudes es realizar un cuestionario para que el individuo lo responda y así conformar una escala de actitudes. Con ello se obtiene un perfil determinado que permite inferir una serie de afirmaciones acerca de las actitudes en cuestión. Existen diversas técnicas para construir estas escalas y lograr la máxima fiabilidad y validez.
Un tercer método para conocer las actitudes del individuo hacia determinados temas es el de la entrevista tanto dirigida como no dirigida.
En las entrevistas se pueden emplear preguntas de alternativa fija, o bien preguntas de respuesta abierta. Cada uno de estos métodos posee ventajas y desventajas y serán las necesidades del estudio las que determinen la elección de uno u otro tipo, o la utilización simultánea de ambos sistemas de entrevistas.
Las actitudes pueden cambiar de dos maneras:
· Incongruentemente
· Congruentemente
¿Cuándo se puede decir que se da una y cuándo otra?
Se da un cambio de actitud incongruente cuando aparece una variación en la dirección, que puede ir de positiva a negativa y viceversa, o cuando se da una disminución en la intensidad inicial, independientemente de cuál sea la valencia o dirección.
Y se dará un cambio de actitud congruente cuando la variación implica un incremento en la negatividad de una actitud que era ya negativa, o en la posibilidad de una actitud que era ya positiva.
De los estudios realizados hasta ahora, pueden aventurarse dos hipótesis:
1- En igualdad de circunstancias, es más fácil lograr una variación congruente
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