Marginalidad Reporte De Lectura
Enviado por jacqueline.vera • 9 de Diciembre de 2013 • 2.311 Palabras (10 Páginas) • 410 Visitas
CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES DEL ORIENTE DE MICHOACAN
REPORTE DE LECTURA
“De la marginalidad a la Exclusión Social”
Y
¿A qué llamamos exclusión social?
NOMBRE:
Arantxa Sánchez Arroyo
MATERIA:
Psicología Social
CATEDRATICO:
Psic. Yuleidy Núñez Bautista
PSICOLOGIA 4TO. CUATRIMESTRE
Septiembre 2013
El régimen del Estado Benefactor
El “Estado de Bienestar” es el régimen que se propone universalizar los derechos asegurando que los beneficios en materia de salud, educación, vivienda y seguros sociales lleguen a todos los ciudadanos/as o, al menos a la mayoría de ellos. Este tipo de Estado, tiene la responsabilidad de lograr el bienestar de ciudadanos/as garantizando la seguridad social (o el bienestar) mediante transferencias monetarias, servicios, infraestructura física y políticas reguladoras en el área de salud, educación, vivienda, asistencia social, protección laboral y asistencia familiar.
De acuerdo a Lovuolo (1996) el ideario tradicional del Estado Benefactor se sustenta en los siguientes supuestos:
La pobreza era considerada como el resultado de la falta de ingresos producida por la falta de trabajo, y como consecuencia de esta definición, las políticas de sostenimiento de ingreso implementadas por el Estado Benefactor sólo se dirigían a los desocupados.
La sociedad era vista como una institución conformada por parejas unidas en matrimonio, viudas, solteras/os viviendo solo/as o con sus padres. Esta forma de ver la realidad social trae dos consecuencias: la primera, tiene que ver con que la familia (identificada con el hogar) es considerada como la unidad de medida de los beneficios sociales; y la segunda, tiene relación con el hecho de que la población se divide entre sostén de familia (jefe) y dependientes de dicho sostén (restos de integrantes).
La política activa de sostenimiento de la demanda efectiva (política fiscal y monetaria) era la garantía para que la economía funcione en niveles cercanos al pleno empleo. Por lo tanto, los beneficios del desempleo (atención alimentaria, prestaciones médicas, otorgamiento de subsidios por falta de trabajo, etc.) se entendían como prestaciones a corto plazo, vinculadas a situaciones estacionales o temporales y; en consecuencia, los desempleados estaban condicionados a entrenamientos y trabajos ofrecidos desde la asistencia pública.
El pleno empleo era la “norma” del funcionamiento del mercado laboral, es decir que, la existencia de “trabajo regular por tiempo completo, en edad activa y con muy pocos cambios de puestos de trabajo”, era lo frecuente. La remuneración estable garantizada por el pleno empleo, sostenía un sistema de protección social que debía cubrir los requerimientos de los jefes de familia y de sus dependientes.
Primero, el régimen del Estado Benefactor, como se puede desprender de lo antes señalado, busca la incorporación social de todos los sujetos al sistema vigente otorgándoles ciertos beneficios y exigiéndoles ciertos deberes. Pero a pesar de ello, existe una parte de la población que por distintas razones queda “en el margen” o “al margen” de dicho sistema; por lo tanto, la “marginalidad” es un fenómeno visible, que debe ser estudiado, explicado y resuelto para que la sociedad funcione adecuadamente.
Durante la década del ´60 existían diversas formas de entender a la “marginalidad”, en este trabajo se describirán someramente dos visiones teóricas, que tuvieron fuerte peso en América Latina durante la vigencia del régimen de Estado Benefactor. Ellas son la visión no-crítica (asociada a la teoría estructural-funcionalista y al desarrollismo), y la perspectiva crítica (vinculada con la visión histórico-estructural).
Visión no-crítica de la marginalidad
Para la perspectiva no-crítica la “marginalidad” es un fenómeno coyuntural y transitorio de la sociedad, en virtud del cual una parte de la población, no obtiene los beneficios del capitalismo en expansión, porque ‘no quiere’ incorporarse al sistema de producción vigente.
Esta teoría posee una visión dualista de la sociedad, puesto que advierte la existencia de dos sectores sociales; uno, el de los incorporados que es el sector social moderno (vinculados al sector industrial) que ha logrado una posición que les permite disfrutar plenamente de los beneficios del sistema social; y el otro, el de los marginales, que es el sector tradicional (personas sin empleo estable y sin ingreso suficiente) que aún no han asumido ni las normas ni los valores ni la forma de ser de los hombres modernos.
Este retraso, no es más que un resabio de sociedades pasadas que conforman personalidades marginales que se resisten a la modernidad.
Para la perspectiva crítica (asociada a la corriente de pensamiento histórico-estructural)
La “marginalidad” está inserta en la estructura productiva de la sociedad; por lo tanto, esta problemática debe ser entendida como un fenómeno estructural y estable de la sociedad capitalista, en virtud del cual un sector importante de la población está ‘al margen’ o ‘en el margen’ del sistema social ‘a causa’ del capitalismo.
La marginación consiste en la separación efectiva de una persona, una comunidad, o un sector de la sociedad, respecto al trato social; el proceso puede mostrar diferentes grados y mecanismos, desde la indiferencia hasta la represión y reclusión geográfica, y con frecuencia trae aparejada la desconexión territorial. Su carácter definitorio, sin embargo, no es el aspecto geográfico, sino el aislamiento social.
La discriminación marginal es un fenómeno vinculado con la estructura social, y está asociado con rezagos que se originan en patrones históricos y el desarrollo de un territorio determinado. Sus efectos implican unas repercusiones de tipo cultural, social, educacional, laboral, y económicas, entre otros. La pobreza puede ser un estado de la marginación y viceversa, aunque el hecho de que exista una, no necesariamente implica que exista la otra.
Un ejemplo interesante es el aporte que hace la DESAL, en la década del ’60. Esta institución entendía que la
“marginalidad” era una realidad compleja compuesta por al menos cinco dimensiones. Ellas son:
La dimensión ecológica. Los marginales habitan en viviendas localizadas en “círculos de miseria” caracterizadas por visibles signos de deterioro.
La dimensión socio-psicológica. Los marginales no participan en los beneficios y en las decisiones sociales. Asimismo, carecen
...