Maria Sabina

MARÍA SABINA, MUJER ESPÍRITU.

“Vivo para trabajar; sé beber cerveza y sé fumar cigarro”.

El mundo se muestra a partir del ángulo en el que uno observa y siente, para María sus “Niños Santos” (hongos) lo eran todo; eran el camino a la verdad, la cura de las enfermedades mortales y el paso a la sabiduría. Yo podría decir que un buen tratamiento médico para las enfermedades bastaría pero esto me hace recordar parte de mi niñez. Recuerdo que al mal de ojo se le atacaba con una “Santiguada”, que a las infecciones en las amígdalas; un buen sorbo de aceite de oliva con ajo era perfecto o incluso que la curandera tallara las amígdalas con miel y limón sanaba todo.

Me parece algo fuera de la realidad comer los hongos, es obvio que los componentes hacen que al ingerirlos uno se sienta alucinado y evada la realidad, pero si lo vemos desde la cura; considero que no es posible pero entonces que pasa con los casos que los médicos no se explican así mismos y los denominan “Milagros”. La fe y creencia que María tenía con sus hongos, me hace pensar que era la fuente que lograba la cura, que el poder mental y el aura que involucraba la hacían volverse sanadora. El lugar en el que vive: la etnia, cultura y tradición hacen que las creencias hacia lo mágico y natural compitan con lo científico y metódico pues no existe tanto avance ni tampoco mucha civilización, comprendo por ese lado que uno utiliza el medio que tiene y saca provecho a lo que puede.

Realmente me sorprende como la fe y la imaginación hace cambiar formas de sobre vivir.

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