MARÍA SABINA

Hay un mundo más allá del nuestro, un mundo que está lejos, también cercano e invisible. Ahí es donde vive Dios, donde vive el muerto y los santos. Un mundo donde todo ha pasado ya, y se sabe todo.

Ese mundo habla. Tiene un idioma propio. Yo informo lo que dice. El hongo sagrado me toma de la mano y me lleva al mundo donde se sabe todo. Allí están los hongos sagrados, que hablan en cierto modo que puedo entender. Les pregunto y me contestan. Cuando vuelvo del viaje que he tomado con ellos, digo lo que me han dicho y lo que me han mostrado.

(María Sabina).

María Sabina fue una mujer sabia, llamada curandera, chamán o mujer que sabe (por sus conocimientos de los hongos sagrados), nacida en el pueblo de Huautla de Jiménez, ubicado en la Sierra Mazateca, al sur de México en 1894, cuando era muy niña conoció y probó el gran poder que poseían los hongos; ella decía que sus ancestros los consideraban santos y les tenían mucho respeto, ella los nombraba NIÑOS SANTOS. Se tenía que ser limpio de espíritu y cuerpo, no todos podía consumir ni tocar los hongos, por eso es que los niños santos se toman de noche; para esto se celebra la velada frente a imágenes de santos de la iglesia.

María Sabina sabía que los hongos tenían el poder de curar, porque los había probado de niña y recordaba que no hacían mal. Desde toda su vida sabía que la gente de su pueblo los comía para sanar sus enfermedades, sabía que los niños santos curaban las llagas, las heridas del espíritu.

En la velada que se celebra, María Sabina daba de comer los hongos, la gente que en ocasiones asistía a dichas veladas también los comía, para poder sanar ella se acercaba al enfermo (a), empezaba a cantar y a rezar pidiéndole a Dios que la ayude a curarlos, para esto ella poseía un libro el cual decía que se le había dado para dar Sabiduría. Comentaba que para que ella pudiera sanar tenía que preguntar cuándo es que había sufrido algún daño y sintió que había perdido el espíritu, el enfermo tenía que vomitar para que saliera toda la enfermedad si ellos no lo podía hacer María Sabina lo hacía por ellos.

De acuerdo a la salud en el hombre, este no se puede estudiar si no es considerado mediante tres aspectos y María lo tenía claro, para que ella lo pudiera curar veía de manera indirecta mente a las personas que asistían con ella como un seres biológicos, psicológicos y sociales.

No se puede curar una enfermedad si no se cura el espíritu, si no se tiene un equilibrio alma-espíritu no puede haber salud, este lo que enferma.

La medicina no es puramente ciencia, ya que se tiene que tomar en cuenta los aspectos psíquicos del enfermo, para poder observarlo como un todo, la salud es el bienestar del cuerpo y del organismo, ya que la enfermedad es el proceso que altera el bienestar. María Sabina tenía que tener un equilibrio con el espíritu del paciente para que este

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