Melancholia: tu depresión consumió todo
Enviado por beti2004 • 22 de Marzo de 2023 • Ensayo • 1.616 Palabras (7 Páginas) • 56 Visitas
LECTURA Y ESCRITURA ESPECIALIZADA
PROF. CAMILA REYES ACUÑA
Melancholia: tu depresión consumió todo
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Betania Navarrete Campos
3º HC
2 de noviembre, 2022
Generalmente es mencionado a las personas, especialmente a las más jóvenes, que los momentos más alegres de su vida serán los más fugaces, y que por lo mismo se deben aprovechar al máximo y vivirlos, porque el tiempo no perdona, no regresa, y esos capítulos que deben ser importantes cómo tu cumpleaños número quince, la noche en que perdiste la virginidad, cuando te graduaste de la enseñanza media, o en este caso la noche de tu boda, serán únicos e irrepetibles. En algunas personas esta advertencia genera tal efecto de estoicismo que se termina volviendo profecía, y sucede todo lo contrario, los momentos que sabes, serán únicos y fugaces, son teñidos de una melancolía abrumadora de la que es imposible esconderse, es imposible ignorarla, por más que sonrías su presencia envuelve todo. El tiempo que se supone sería fugaz se vuelve insoportablemente lento, cómo si el ciclo de un mismo día se repitiera, te ves en tercera persona y no sabes qué hacer. Este es el caso de Justine, quien desde el inicio del film, fija su mirada en el cielo, en vez de centrarse en la tierra, el desapego con el suelo significa un desapego de la identidad y pérdida de orientación por sentir que ya no perteneces a este mundo, por esta razón, cuanto más se acerca Melancholia, más calmada esta. El cielo, cómo símbolo de último recurso al no saber dónde más buscar ayuda, termina
presidiendo su fatalidad, el completo abandono de ella misma, la destrucción causada por su melancolía. En este ensayo se analizará cómo Lars Von Trier retrata la depresión desde su experiencia en la película Melancholia (2011) y por qué este film es tan importante.
Uno de los síntomas de la depresión, es la ausencia absoluta de la capacidad de medir, de percepción, de orientación en el espacio cómo lo debería ser una estrella en un plano cartesiano. Ya sea tiempo, lugar, distancia o velocidad, es lo que intenta demostrar Von Trier en las primeras secuencias del metraje, cómo el mundo, cómo lo conocías, es metafísicamente alterado por un fenómeno fuera de toda proporción con consecuencias de aún mayor magnitud que nadie realmente puede medir, aunque crean que si.
En secuencias en cámara lenta, hechas con deslumbrante CGI, en planos generales amplios y estáticos, llenos de detalle al ritmo del preludio Tristán und Isolde de Richard Wagner, se nos muestra a una Justine ida y entregada en cuerpo y mente a las circunstancias, un sentimiento muy común para mí, sentirse como estar sumergido en un mar denso y opaco que no te permite prever eventos, todo sucede de golpe, como la última escena introductoria que nos muestra abruptamente el fin de la película y el fin del mundo al mismo tiempo.
Lars Von Trier se centra, en la primera parte de la película, en la sensación cíclica que provoca el constante estado de perturbación, con la peculiaridad extra de estar en público y ser el centro de atención. Después de la secuencia in-extrema-res, se empieza a desenvolver la trama, una pareja recién casada intentando llegar a la recepción de su boda, disfrutando de su regocijo, ajenos a los inconvenientes, actitud que se segrega en dos caminos por la depresión de Justine, opuesta a la de su esposo Michael. La pareja llega tarde a la boda pero no les importa, no hay preocupación por el tiempo y en ningún momento sabemos la fecha exacta, ni el día, ni el año en que estos acontecimientos ocurren. La recepción de la boda es un ciclo sin fin donde el tiempo parece no correr, y Justine es la única que se percata de eso.
La puesta en escena es una constante alternancia entre el caldo de alegría y fiesta que se está cocinando en la recepción de la cuál Justine no es parte, y las varias salidas que ella tiene que tomar para poder seguir de pie. A medida que avanza esta primera parte el contraste en estos dos tipos de escenarios se hace más y más notorio al punto que son dos piezas que no encajan. En su análisis de la película, el psicólogo Stefano Carta relaciona estos diferentes estilos de filmación con lo que él llama
la condición trágica de la mayoría de nuestros pacientes 'posmodernos'... [cuyo] síntoma real es que se pierden en su 'narcisismo de cosas pequeñas' [pero] sienten que algo les falta en sus vidas, algo que no pueden nombrar, ya que este malestar, tan corrosivo como impreciso, los aleja por completo de sí mismos (Kasia Van Schaik, 2021, 8).
Argumento que tanto los espectadores como los personajes lo sienten, yo lo siento. Esto dejó una profunda marca en mi, porqué, Justine no encaja, no es feliz, se esconde en una tina, no se puede levantar, esta al borde de las lágrimas, y los planos que se graban, con cámara en mano, al estilo de película casera, con silencios prolongados, enfocando las miradas y los gestos faciales, están hechos para retratar la subjetividad de la mente de Justine, la cuál no es muy distinta de mi perspectiva de los momentos más felices de mi vida.
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