Monografía: “La Neurociencia aplicada a la educación y el aprendizaje”
Enviado por marianella juarez • 2 de Noviembre de 2017 • Monografía • 4.723 Palabras (19 Páginas) • 1.969 Visitas
Monografía: “La Neurociencia aplicada a la educación y el aprendizaje”
Materia: Sociología de la educación.
Profesor: Matías Ques.
Carrera: Psicopedagogía.
Integrantes: Marianella Juárez
Vanesa Gramajo
Fundamentación
Actualmente, la enseñanza debe afrontar problemas cada vez más generalizados: la falta de interés por aprender, la dificultad creciente para mantener la atención, los problemas psíquicos cada vez más frecuentes, es por ello, que nos preguntamos ¿es posible desarrollar un aprendizaje basado en el cerebro? ¿Es posible aplicar estrategias de aprendizaje que vayan en consonancia con el funcionamiento del cerebro? ¿Cómo nuestras emociones afectan en el aprendizaje? ¿Cómo la neurociencia investiga que las emociones inciden en el aprendizaje?
Nos remitimos a los aportes de la neurociencias, ya que es una disciplina que estudia la organización y el funcionamiento del sistema nervioso y cómo los diferentes elementos del cerebro interactúan y dan origen a la conducta de los seres humanos. Como así también, ayuda a develar los mecanismos cerebrales que hacen posible el aprender, des-aprender, re-aprender, el recordar y el grabar información en el cerebro, lo que tiende a mejorar todo lo que abarca el proceso, enseñanza-aprendizaje, a modo personal, un proceso muy necesario a implementar en los distintos ámbitos educativos actuales.
Por esta razón, esbozaremos todos sus aportes, con la finalidad de responder a los interrogantes planteados y poder poner en práctica los aportes de la neuroeducacion en nuestras aulas.
Objetivos
- Explicar como los hallazgos de la neurociencia pueden ayudar al maestro en la
enseñanza aprendizaje de sus estudiantes.
- Divulgar como la Neurociencia investiga que las emociones inciden en el
aprendizaje.
- Apreciar el papel que desempeñan las emociones en el aprendizaje.
Ejes
- Avances de la neurociencias en la educación.
- Aportes de la neuroeducación en el aula.
EL CEREBRO Y LA ESTRUCTURA DE LA MENTE HUMANA
El Hombre, como objeto de conocimiento, se reparte entre científicos y teólogos, dando a unos el cuerpo y a otros el alma. Esta partición resultó liberadora para la ciencia biológica, que pudo investigar sin trabas el funcionamiento de los organismos. La filosofía de la mente, en cambio, se vio privada de su base orgánica, resultando cada vez más difícil conceptualizar una entidad mental independiente, al menos tan bien y tan deprisa como lo estaban haciendo los biólogos con la dinámica cerebral.
Sorprendentemente, en la actualidad, son, precisamente, los neurocientíficos los que están generando el esfuerzo más operativo para la comprensión del origen, estructura y función de la mente. Y ello quizá se debe a que el cerebro ha revelado ser un órgano tan sofisticado y funcionalmente tan flexible que puede servir de base a procesos inmateriales, identificables con un concepto abstracto de la mente.
O dicho de otra forma, la concepción antigua del cerebro recordaba la de un ingenio mecánico, más bien rígido, cuyo manejo podría necesitar una entidad antropomórfica, un «duende en la máquina», como sarcásticamente decía Gilbert Ryle. La concepción actual del cerebro, por el contrario, es más la de un organismo vivo, dinámico, autorregulable, cuya actividad principal es la de captar y procesar información. Sus peculiares funciones requieren un gasto enorme, pues, con sólo el 4 % de la masa corporal, necesita el 15 % de la circulación sanguínea y consume el 20 % del oxígeno que captan los pulmones. ¿Qué hace con tanta energía, un órgano que ni siquiera se mueve? La verdad es que sí que se mueve. A nivel microscópico, claro está. La actividad celular es enorme, y parte de esta actividad es el desarrollo de prolongaciones arborescentes que van a contactar el cuerpo de otras neuronas, a veces a distancias considerables.
Se calcula que una neurona media mantiene contacto físico directo con, al menos, 10.000 de sus hermanas, y que muchas de estas conexiones se modifican, ramificándose, atrofiándose, cambiando de lugar continuamente. Pero la neurona es también una fábrica bioquímica hiperactiva, dedicada a la síntesis y resíntesis continua de proteínas y otras sustancias capaces de regular el contacto entre las neuronas, modificar la estructura de sus membranas, y, seguramente, de codificar en su propia estructura molecular fragmentos de los estímulos que llegan al cerebro. Con una contabilidad total aproximada de casi un billón de neuronas, podemos dar cuenta que el cerebro sea un sitio muy ocupado, y fascinante. ¿Y qué es lo que genera tanta actividad? Por sí solas, las neuronas adultas tienen, como cualquier célula, el equipamiento necesario para mantener su propia vida, aunque no para reproducirse. A cambio, poseen una atenta respuesta a los estímulos, y la habilidad de codificar, almacenar y responder a toda la información que les llega.
La arquitectura del pensamiento
Facundo Manes refiere a la “arquitectura del sistema nervioso”, que permite desde el funcionamiento vital más básico como respirar o que nuestro corazón lata, beber agua o caminar hasta nuestro trabajo, hasta realizar reflexiones de las más sofisticadas, a nivel científico, filosófico, literario, etc.
Para poder entender dicha “arquitectura”, debemos hacer referencia a su estructura. En tal sentido, el sistema nervioso se divide en dos:
- Sistema nervioso central
- Sistema nervioso periférico
El sistema nervioso central (SNC) comprende el cerebro y la médula espinal. El sistema nervioso periférico (SNP) incluye todos los nervios fuera del cerebro y la médula espinal y comprende los nervios craneanos/espinales y los ganglios periféricos. Estos últimos son fundamentales porque proyectan los impulsos nerviosos a los órganos y músculos (eferente), por ejemplo nos permiten mover una pierna. Estos nervios también realizan el recorrido inverso y llevan información sensorial al cerebro (aferente), por ejemplo cuando nos quemamos la mano. Asimismo, dentro del sistema nervioso podemos distinguir al somático, que conduce mensajes sensoriales al cerebro y mensajes motores los
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