Módulo Práctica Supervisada II La Intervención Conductual con Niños y Adolescentes
Enviado por oli80 • 25 de Octubre de 2019 • Práctica o problema • 7.442 Palabras (30 Páginas) • 459 Visitas
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0712 Módulo Práctica Supervisada II La Intervención Conductual con Niños y Adolescentes
Grupo: 9712
Anteproyecto corregido [a]
Tutora: Mtra. Helene Judit López Rodríguez
Equipo 5:
Eduardo Sánchez Pimentel
Liliana Pérez Hernández
Olivia Martínez Fonseca
Mónica Atzumi Román Esquivel
Venancio Santiago Nicolás
24 de agosto, 2019.
Marco Teórico
La psicología clínic[b]a inicia en el año de 1896 por el psicólogo Witmer, dedicada al tratamiento de niños que tenían problemas de aprendizaje o que presentaban conductas destructivas. Ollendick y Hersen en 1989 pusieron su atención en el descubrimiento de los deficientes mentales, el desarrollo de las pruebas de inteligencia, la concepción del psicoanálisis y conductismo, el movimiento en pro de los estudios infantiles y el surgimiento de las clínicas de orientación infantil, ya para el año de 1990 Davison y Neale cambiaron la clasificación de los trastornos de la infancia tanto en el DSM-l y en el DSM-ll definiendolos como extensiones de los trastornos de los adultos; sin embargo en el DSM-lll contiene categorías específicamente para niños entendiendo así el campo de la psicología clínica como la evaluación, tratamiento y prevención de una variedad de problemas.
El enfoque cognitivo-conductual[c] considera que los comportamientos se aprenden de diversas maneras ya sea mediante la propia experiencia, la observación de los demás, o procesos de condicionamiento clásico y operante, ya que todas las personas desarrollan durante toda su vida aprendizajes que se incorporan a sus biografías y que pueden ser problemáticos o funcionales. Por lo cual se emplean técnicas de fácil aplicación, como la desensibilización sistemática, la terapia aversiva o las técnicas de manejo de contingencias con la finalidad de ayudar a reducir el tiempo de terapia; se utiliza sobre todo en problemas como impulsividad hiperactividad y trastornos conductuales.
Dentro de la terapia cognitivo-conductual se tiene la confianza en que los niños obtienen mayor resultado respecto a condiciones médicas debido a su autoeficacia y este trabajo se lleva en conjunto con el psicólogo clínico y pediátrico, se mide también el entorno familiar y existe una gran variedad de instrumentos para su evaluación.
La importancia e influencia de los padres en torno al comportamiento de los hijos[d][e]
La influencia de los padres hacia sus hijos tiene un impacto fundamental ya se de manera positiva o negativa en el desarrollo y comportamiento de los niños, esta se da a través de las prácticas de crianza o estilos parentales como son: la comunicación, socialización, disciplina, expresión afectiva, castigos, modelamiento etc. de manera que las distintas formas en que los padres pretenden orientar, influir o controlar la conducta de sus hijos, son variadas al igual que sus efectos. Cuando los padres guían de manera adecuada a sus hijos impacta de manera positiva en su personalidad, desarrollado en él confianza y autocontrol, así como una autoestima elevada, el cariño muestra resultados de comprensión y tolerancia. Por el contrario, cuando las prácticas de crianza se ejercen de manera inadecuada influye en conductas problema, entre ellas; hostilidad, aislamiento, actividad sexual temprana, embarazo no deseado, alcoholismo y drogadicción. Romero, N. R. A., Guajardo, G. J., Caballo M., V. E & Guinea, V. D. (2016)[f]
Darling & Steinberg (1993), citado en Capano, Á. & Ubach, A. (2013). Define las prácticas de crianza, como “un conjunto de actitudes hacia los hijos que les son transmitidas y que en su totalidad crean un clima emocional en el cual se expresan las conductas de los padres” (pág. 87).
De manera que la crianza, está asociado con el clima emocional y que sirve de base en las interacciones padre-niño donde se les dan herramientas para su adecuado desarrollo. Se caracterizan principalmente por dos factores: Sensibilidad e interés y exigencia y firmeza. Algunos de los Estilos Parentales, de acuerdo a Baumrind. Son los siguientes:
Autoritario: Los padres favorecen las medidas de castigo o de fuerza y están de acuerdo en mantener a los niños en un papel subordinado y en restringir su autonomía. Son controladores y rígidos, no facilitan el diálogo, no toman las opiniones, necesidades y punto de vista de sus hijos.
Permisivos: Proporcionan buena autonomía mientras no pongan en peligro su vida. se comportan de forma aceptadora y benigno, evitan su responsabilidad, no ponen límites, ni son exigentes en cuanto a las expectativas de madurez y responsabilidad de la ejecución de las tareas.
Democráticos: Buscan dirigir la actividad del niño imponiéndoles roles y conductas maduras, pero utilizan el razonamiento y la negociación. Parten de una aceptación de los derechos y deberes de ambas partes, se mantiene una buena comunicación y énfasis compartido entre la responsabilidad social de las acciones y el desarrollo de la autonomía e independencia en el hijo.
Negligente: Se caracterizan por la no implicación afectiva en los asuntos de los hijos y por el abandono en las tareas educativas, ya sea por falta de tiempo o interés. Invierten en los hijos el mínimo tiempo posible y tienden a resolver las obligaciones educativas de manera rápida y cómoda, no ponen normas, pues implica diálogo y vigilancia, son complacientes y los llenan de halagos materiales. Torío, L. S., Peña, C. J., & Inda, C. M. (2008).
Citando a Sánchez (2015) cuando los patrones de crianza no son adecuados, por ejemplo, cuando los padres son autoritativos, es decir que ejercen un control estricto sobre sus hijos; no permiten que exista una buena comunicación, lo cual merma su autoestima y seguridad. A continuación, se muestran algunas de las consecuencias que tiene al aplicar un estilo de crianza inadecuado:
Estilo autoritativo: Cuando los padres son rígidos e inflexibles y además aplican el castigo, esto genera en el niño timidez, inseguridad, dependencia, frustración y/ o rebeldía; Estilo permisivo: Puede generar en los hijos impulsividad, abuso de sustancias, baja autoestima, desinterés y ansiedad; Estilo indiferente: Puede generar en los hijos baja autoestima, sentimientos de soledad, depresión, bajo rendimiento escolar y comportamientos agresivos; Estilo igualitario: Si se sobrepasan límites también puede crear abuso de esa confianza y en un determinado momento disminuir el respeto; Estilo tradicional: Resulta monótono y poco estimulante para el desarrollo de sus hijos. Los malos estilos de crianza sumados a las problemáticas sociales y escolares como el Bullying genera en los niños problemas emocionales y en general violencia intrafamiliar.
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