NIETZSCHE: RAZON Y TRAGEDIA CONCEPCION DEL INSTINTO EN NIETZSCHE
Enviado por gemasvs • 11 de Marzo de 2017 • Ensayo • 2.526 Palabras (11 Páginas) • 258 Visitas
NIETZSCHE: RAZON Y TRAGEDIA
CONCEPCION DEL INSTINTO EN NIETZSCHE
Para el joven Nietzsche, los instintos son una especie de demonios que se presentan conjuntamente, ven la diversidad en las acciones humanas.
multiplicidad no se refleja únicamente en el hecho de que en cierta actividad halla un instinto determinado. El suceso da la impresión de tratarse de un acontecimiento indivisible, pero en realidad esta compuesto por una variedad de impulsos sostenidos al mismo tiempo. La acción humana cohabita de impulsos en pugna, es decir un conjunto de impulsos disimiles, que proceden por cuenta propia.
En un estado anárquico los impulsos actúan por un lado como propuesta opresoras, por otro lado como fuerzas opositoras a la coaccion. De la lucha emergente necesariamente actos violentos y acciones contra esa violencia, el uso de la fuerza los mantiene unidos.
La coexistencia forzada supone en ellos la presencia de un elemento o de una característica que impide su fusión total y los obliga, sin embargo a reunirse ¿en que preculiaridad se trata y en que consiste?: la energía y al voluntad de poder de los instintos los conmina a contender entre si. Esos demonios, están dotados de una fuerza interna sustancial; el deseo por consolidar su fortaleza los lleva a desafiarse con elementos similares que pretenden hacer lo mismo, esa tendencia común constituye una característica a partir de la cual nace la posibilidad de reunión y antagonismo entre instintos.
La actividad supone orden y sometimiento de esos individuos; sin tales seria imposible. Esa unión se da entre instintos, aque que hace valer su poderío por encima de la fortaleza de todos, logra ese conglomerado. El estado de tensión y anarquía solo podría ser derrotado por la dominación de una potencia superior dicte su voluntad a las fuerzas incoherentes y les impongan la armonía.
La autoafirmación se da, por lo tanto en medio de una lucha encarnizada, solamente se logra gracias al sufrimiento impuesto a todos los pequeños atomos de poder que entran en contacto, contender perpetuamente imposibilita la creación de forma alguna, no habría momento para ello, los actos defensivos y los ataques a ultranza son imperecederos, toda activida humana expresa al menos un instante armonico.
De acuerdo con Nietzsche esos demonion, potencias, que brotan de la naturaleza misma, son una especie de presión que vale como fortaleza surgida de una naturaleza dotada de sensibilidad e irritabilidad con miras ala razón de una meta en la cual se realiza su objetividad,
LO APOLINEO Y LA DIONISIACO: INSTINTOS CONSTITUTIVOS DEL ARTE GRIEGO:
El arte en Nietzsche desde las formas, según su valor, que cada cultura posibilita a aquellas fuerzas dadoras de arte frente a las cuales el hombre, la sociedad y el tejido del mundo empírico son tan sólo medios de su despliegue. En ese sentido, arte ajeno a los fines utilitarios de lo político, lo ético, lo cultural o pedagógico. El pueblo griego es para Nietzsche el baluarte de tal aproximación por su abundancia, por su potencialidad, por la capacidad afirmadora de la existencia y por su aptitud para el sufrimiento, aptitud de suyo artística. Ahí la visión lúcida de Nietzsche, potencia de la vida que hace arte, potencia salvadora. Nietzsche menciona el desarrollo del arte esta ligado a la duplicidad de lo apolíneo y de lo dionisiaco: de modo similar a como la generación depende de la dualidad de los sexos, entre los cuales la lucha constante y la reconciliación se afectua somo periódicamente.
Nietzsche lleva a cabo su labor desde la óptica de la estrecha relación que guarda la sensibilidad frente al dolor y la búsqueda inmensa de belleza en el pueblo griego. Esto es, la concepción del pesimismo de la fortaleza que amplía el concepto del sufrimiento haciéndolo plenamente fundamento de su discurrir. Si hay un enfrentamiento cara a cara con el dolor y el sufrimiento es porque la plenitud de su existencia así lo dicta. Hace del dolor no un anquilosado dominio sino la potencia plena que quiere vivir al punto de decir que “sólo como fenómeno estético están eternamente justificados la existencia y el mundo”. El sufrimiento se percibe por fuera del espíritu empobrecido en la resignación. El dice que la creación estética surge, por tanto de la exitacion que los dos instintos se prodigan mutuamente.
Apolo entrega su arte escultórico, Dionisos la música. En medio de ellos, en apariencia, el arte, como puente de su encuentro discordante. El acto que engendra la creación artística, provoca el fruto de su mutua donación. Es siempre el placer, su búsqueda, el aliciente mayor de la transfiguración certera. El dolor y el sufrimiento sólo pueden ser comprendidos desde el placer, la vida desde el sello de lo eterno. Dionisos es eterno e indestructible placer que pasa por el desfallecimiento y el sufrimiento redimiéndose. Apolo es el dios de todas las fuerzas figurativas. Tiene el sabio sosiego del dios escultor que se conserva en la mesura y deja fuera de sí las emociones más salvajes, siempre está amparado en la solemnidad de la bella apariencia, aun cuando permanezca en lo tumultuoso. Apolo es la deidad en quien los griegos pernificaron su capacidad figurativa, de simbolizar o representar en forma perfectas las cosas.
Lo que siempre se conserva es la tensión entre la forma visible (Apolo) y lo que tras ella se esconde como fundamento de su aparecer (Dionisos). Dionisos intenta en Apolo mostrarse, Apolo accede a la provocación intensificando su poder que protege los ojos del furor.
EL SUEÑO Y LA EMBRIAGUEZ
Nietzsche piensa en el sueño y la embriaguez como otras formas de comprender lo apolíneo y lo dionisiaco, esos dos instintos imaginemoslos, por el momento, como los mundos separados del sueño y la embriaguez, fenómenos fisiológicos el sueño es la supresión periódica de las ralaciones sensuales y motrices con el exterior.
El sueño provoca el tipo de arte figurativo, del que la bella apariencia es presupuesto. El artista apolíneo guarda una estrecha relación con sus imágenes. Su ojo, que aquí sólo puede ser solar, contempla en una inteligibilidad total aquello que pasa. La figura entera se le hace comprensible en el instante mismo de su contemplación. Deleite inmediato de la mirada ante el flujo de imágenes. Ojo apolíneo-ojo figurativo. Ve la forma, nada más que forma, y en forma, a su vez se traduce su creación. El ojo delinea lo que hay. Lo que figura ser es lo que el ojo apolíneo ve, y no aquello de lo que es figura. Las imágenes oníricas están armónicamente relacionadas, pero la razón o causa de esa organización es desconocida; el sueño no revela de donde procede la rmonia, o bien como la produce. La realidad onírica trae a su vez el sentimiento traslúcido de su apariencia. Apariencia y sensación de apariencia. Sensación que no censura y hace que la vida se despliegue en la diversidad de sus dimensiones con la gama de sensaciones que el sueño le presta. Allí una especie de estado de perfección que se hace superior a la realidad diurna. En el sueño el ojo mira las figuras de la intimidad.
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