Narcisismo Obsesionado consigo mismo
Enviado por Laura Arzate Dominguez • 11 de Enero de 2016 • Ensayo • 2.178 Palabras (9 Páginas) • 197 Visitas
Introducción
Según la Real Academia Española Narcisismo es la excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras y narciso es aquel hombre que cuida demasiado de su adorno y compostura, o se aprecia de galán y hermoso, como enamorado de sí mismo
Se toma el término a partir de la leyenda griega donde narra que Narciso era hijo del dios Cefiso y de Liriope, una ninfa acuática. El famoso vidente Tiresias ya había hecho la predicción de que viviría muchos años, siempre y cuando no se viese a sí mismo. A los 16 años Narciso era un joven apuesto, que despertaba la admiración de hombres y mujeres. Su arrogancia era tal que, ignoraba los encantos de los demás. Fue entonces cuando la ninfa Eco, que imitaba lo que los demás hacían, se enamoró de él. Con su extraña característica, Eco tendía a permanecer hablando de el cada vez que Zeus hacía el amor con alguna ninfa. Eco se enamoro de Narciso pero el la rechazó. Su cuerpo se marchitó y sus huesos se convirtieron en piedra. Sólo su voz permaneció intacta. Pero no fue la única a la que rechazó y una de las despechadas quiso que el joven supiese lo que era el sufrimiento ante el amor no correspondido. El deseo se cumplió, cuando un día de verano Narciso descansaba tras la caza junto a un lago de superficie cristalina que proyectaba su propia imagen, con la que quedó fascinado. Narciso se acercó al agua y se enamoró de lo que veía, hasta tal punto que dejó de comer y dormir por el sufrimiento de no poder conseguir a su nuevo amor, pues cuando se acercaba, la imagen desaparecía.
Obsesionado consigo mismo, Narciso enloqueció, hasta tal punto que la propia Eco se entristeció al imitar sus lamentos.
El joven murió con el corazón roto e incluso en el reino de los muertos siguió hechizado por su propia imagen, a la que admiraba en las negras aguas de la laguna Estigia.
El DSM-V usa los siguientes criterios y dice que es un patrón general de grandiosidad, una necesidad de admiración y una falta de empatía, que empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos como lo indican las siguientes categorias:
- Tiene un grandioso sentido de auto-importancia (p. ej., exagera los logros y capacidades, espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados).
- Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios.
- Cree que es "especial" y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto status.
- Exige una admiración excesiva.
- Es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas.
- Es interpersonalmente explotador, por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas.
- Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
- Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él.
- Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbias.
Estas personas tienen una creencia de importancia personal, solo se preocupan por ellos mismos donde no muestran sensibilidad y compasión por los demás. No se sienten a gusto si alguien no los está alagando. Creen que necesitan atención especial. También les gusta sacar provecho de los demás.
Las posibles causas se muestran en la infancia por ser exigentes y egocéntricos, se demuestra una lucha por la sobrevivencia. Las terapias buscan que los niños muestren empatía, también se utiliza la terapia cognoscitiva en el cual se busca remplazar sus fantasías de grandiosidad, se emplean estrategias de enfrentamiento de relajación para poder aceptar la crítica, concentrarse en los sentimientos de los demás. Al inicio los pacientes pueden presentar signos de una depresión grave.
CARACTERISTICAS DIAGNOSTICAS.
La característica principal del trastorno narcisista de la personalidad es un patrón general de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía que se da en diversos contextos. Los sujetos con este trastorno tienen un sentido gran de auto-importancia. Es usual en ellos el sobrevalorar sus capacidades y exagerar sus conocimientos y cualidades, con lo que frecuentemente dan la impresión de ser presuntuosos. Asumen alegremente el que otros den un valor exagerado a sus actos y extrañarse cuando no reciben las adulaciones que creen merecer.
Es frecuente que en la exageración de sus logros se devalúe las aportaciones de los demás. La mayor parte del tiempo están preocupados por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amores imaginarios. Los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad creen que son superiores, especiales o únicos y esperan que los demás les reconozcan de esa forma, así mismo creen que sus necesidades son especiales y fuera del alcance de la gente corriente. Su propia autoestima está aumentada por el valor idealizado que asignan a aquellos con quienes se relacionan, a pesar de esto su autoestima es muy frágil.
Están preocupados por saber si están haciendo las cosas bien y por cómo los demás los ven. Suele manifestarse por una necesidad de atención y admiración. Esperan que su llegada sea recibida con euforia, esperan que los demás los envidien por las “virtudes” que poseen y si no lo hacen se extrañan. Buscan recibir halagos constantemente. Esperan ser atendidos y si esto no sucede confunden y enojan. Esperan que se les dé todo lo que deseen, sin importarles lo que les pueda representar a los demás. Estos sujetos pueden esperar una gran entrega por parte de los demás. Tienden a hacer amistades o a tener relaciones románticas sólo si la otra persona parece estar dispuesta a realizar sus demandas.
Generalmente, los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad carecen de empatía y tienen dificultades para reconocer los sentimientos de los demás. Pueden pensar que los demás están interesados en su bienestar. Cuando reconocen los deseos o los sentimientos de los demás, es factible que sean vistos con menosprecio como signos de debilidad. Estos sujetos suelen envidiar los éxitos y las propiedades ajenas, creyendo que ellos son más merecedores de mejores privilegios. Suelen devaluar las aportaciones de los demás, en especial cuando han recibido el reconocimiento por sus méritos.
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