Narrativas
Enviado por tomy1298 • 14 de Noviembre de 2012 • 443 Palabras (2 Páginas) • 439 Visitas
LA POSICIÓN DE NO SABER
(JOSÉ BEBCHUK)
El despliegue de la posición de no saber en la sesión tiene como consecuencia la apertura de un escenario mas amplio para el paciente cuyas capacidades conductuales encuentran la posibilidad de ser reconocidos.
El emocionar del terapeuta lo llevará a abordar el sufrimiento de la gente como una cuestión técnica que no lo afecta mayormente.
La posición de no saber es presentada como una oportunidad de aprendizaje dialógico tanto para el paciente como para el terapeuta.
El terapeuta que escucha, da lugar a una historia que será la historia de la convivencia entre ellos.
Desde una posición de no saber, el terapeuta invita a aprender escuchando, invita a abrirse e invita a reflexionar dudando.
Lo que se indaga se lo ofrece en la pregunta, que puede dar lugar a una coincidencia o a una discrepancia; en la discrepancia retiro mi opinión y acepto la inadecuación de mi saber; se trata de un desacuerdo en el contenido.
Desde la posición de no saber no niego todo lo que se, lo que aprendí y experimenté, simplemente trato de ser modesto con respecto a lo que creo que se. Aquello que leí y experimenté, es un saber para ensayarlo en el diálogo, o sea, un conocimiento tentativo que pongo a prueba en la conversación.
Moverse en el no saber significa aprender a desaprender. Desaprendo cuando aprendo del otro en la aceptación de mi incompletud. En este desapego, que es el desaprendizaje, se crea un espacio para el saber del otro.
Por no saber no debe entenderse la ignorancia; el saber y el no saber están interrelacionados en la reflexión del terapeuta, quien en su diálogo interior va pasando del uno al otro. Solo cuando le pongo un signo de interrogación a lo que sé, ingreso al no saber.
El terapeuta es un agente de diálogo y de reflexión que trata de configurar un contexto terapéutico facilitador de transformaciones.
Reflexionar es el acto de soltar, de dejar ir, de mirar y contemplar.
Desde el no saber no enseñamos, no conversamos ni coaccionamos con el interlocutor; si esto sucede, significa que el terapeuta se alejó de la posición de no saber.
La dinámica del desapego:
Descubrir es crear. El diálogo terapéutico deviene del espacio relacional dentro del cual brota la interrogación como resultado del deseo, de dejar de sufrir y del renovado encuentro en la emoción de aceptación entre los hablantes. Se trata de una búsqueda con el otro, y no de una búsqueda acerca del otro.
Este es el camino de la inmersión, en cuyo recorrido el terapeuta participa y trata de comprender un modo de vida en el sufrimiento “desde adentro”, aceptando la cercanía elegida por el hablante y sin temer el contagio afectivo.
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