Necesidad de control

Necesidad de control

El fenómeno psicológico conocido como “ilusión de control” consiste en que una persona subestima el nivel de control del que dispone sobre una situación dada.

El sujeto considera que sus respuestas guardan una relación con un suceso, mayor de la que existe en la realidad, esto puede entenderse como “darse importancia” o sentir una recompensa emocional por ser el sujeto productor de una situación dada.

Predicción y control están relacionados, se puede entender control como la capacidad de un individuo de obtener unos determinados resultados en una situación que se va a dar.

La necesidad de control, por tanto, es la necesidad de poder establecer unos determinados resultados antes de que estos ocurran.

En esta necesidad de control podemos observar que:

El individuo se siente amenazado, siempre que la situación no dependa de él mismo, o se desarrolle al azar, que otras personas decidan o que apliquen sus propios criterios. Esto provoca mal humor, que se tomen acciones opresoras, conductas dominantes, chantajes emocionales, tensión, crítica, infravaloración del entorno, etc…

Detrás de una persona que necesita controlar hay inseguridad y miedo, debido a la posibilidad del perder el trabajo, posición social, imagen, etc…De tal modo que cuando no se controla una situación o persona/s se produce ansiedad, estrés, angustia, insomnio, ira. La persona se pone en una situación de alerta, que no es real.

Una persona que necesita controlar es crítica y exigente, tanto consigo mismo como con los demás. Esta crítica es desplazada hacia el exterior, de tal manera que se considera que el entorno es incapaz o tiene malas intenciones.

Los métodos utilizados para controlar son muy variados, y dependen de los objetivos y situaciones en los que uno se encuentre, el sentimiento de culpa provocado en otra persona para que haga lo que nosotros esperamos, el chantaje emocional, utilizar información que se posee del otro, los halagos, que pueden ser utilizados como una forma de controlar e influir en otros, haciendo que mantengan una predisposición positiva hacia nuestros deseos.

Dependencia y control están relacionados, cualquier persona que necesite controlar depende y condiciona sus actos a esta necesidad, evitando situaciones que puedan escapar a su control y al mismo tiempo buscara la dependencia de los demás en sus relaciones.

Detrás de todo ello hay miedo a perder la capacidad de elección, a que los demás nos hagan daño, a sacar al exterior conductas que el individuo considera inapropiadas o reprochables, a perder los papeles. Por tanto, existe una tensión de fondo, un estado de alerta continua. La necesidad de control se acompaña de la necesidad de dominar al otro o la situación. En el caso de que este dominio se perdiera, entonces la persona sentiría un profundo malestar, probablemente se sentiría inferior,

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