Niño Sicario: Victima O Victimario

Ahora hablamos y pronto también estaremos escuchando de los niños sicarios ya que ha pasado de moda hablar de los niños de la calle, de quienes en muy pocas ocasiones se ha ocupado, mismos que van en la tercera generación que nacen y mueren en la calle y que manifiestan una problemática similar.

El niño desde que nace hasta los siete u ocho años esta recibiendo, en este caso, carencias de amor, afecto y aceptación, y lo único que obtiene es la violencia del rechazo, la falta del padre o madre o bien de ambos, y cuando no le hacen falta los dos entonces son disfuncionales. Con ello, el niño se va impregnando de carencias afectivas y rechazo, así como del conocimiento de una vida familiar feliz, autosuficiente y por lo tanto terminará convertido en “receptivo humano” súper-sensible a la primera muestra de aceptación o invitación de incorporarse con grupos o individuos que le prometerán todo lo que carecieron en el núcleo familiar y también lo que los medios de comunicación les ofrece como estilo de vida: la popularidad y fama a cualquier precio. Bajo esta suposición, el niño se desarrolla con la idea de que “más vale vivir 5 años como rey, a vivir 50 años en la miseria”.

Bajo la antología del sadismo, el niño ve la posibilidad de obtener recursos económicos y de poder para superar sus rezagos emocionales, materiales y sociales; impulsados principalmente por los modelos o individuos que les ofrecen esta posibilidad de progreso en la escala social. El niño por lo tanto se convierte en un instrumento de gran utilidad para diversas actividades que van desde los pequeños delitos, hasta el ejerces acciones violentas que impacten en la vida de una o más personas.

Puede considerarse por lo tanto que, el niño que se desenvuelve en un espacio de marginación causada por las fallas familiares, educativas y del estado se encuentra expuesto –y por lo tanto en este punto sería victima-, a buscar por medio de la violencia un modo de subsistir y sobresalir por encima de lo que el mundo le ofrece; esta violencia es presentada a ellos por medio de otros individuos que posiblemente pasaron por la mismo situación y que, a pesar de ello encontraron un modo de “vivir mejor” aunque sea por un periodo corto de tiempo. La problemática aquí, estaría en el punto en que el niño adopta este estilo de vida convirtiéndose en victimario y en donde quizá efectivamente logre mejorara su condición material pero a cabio de prolongar ese circulo de carencias y violencia del que surgirán cada ve más individuos como él en busca de sobresalir a cualquier costo, prolongando así el circulo vicioso.

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