PERSPECTIVAS DE LA SALUD EN MEXICO
Enviado por ELMAPE • 11 de Diciembre de 2014 • 4.108 Palabras (17 Páginas) • 1.047 Visitas
INTRODUCCION
La salud “es un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento y no únicamente la ausencia de afecciones y enfermedades”. Poseer salud sería, entonces, la adición de sentirse bien –bienestar– y poseer la capacidad de funcionar, es decir, poder trabajar, relacionarse, etc. considerado como un recurso de la vida diaria.
La presencia de adecuados recursos económicos y alimenticios, el contar con una vivienda digna, un ecosistema estable y un uso sostenible de los recursos. La declaración de estas condiciones manifestó la estrecha relación entre los aspectos sociales y económicos, el entorno físico y los estilos de vida individuales sobre la salud. La salud es un tema muy importante, en el cual se deben de ligar y central los planes de acción mundiales y nacionales.
Las estrategias de promoción de la salud se diseñan, implementan y continúan, bajo un esquema de culpa-causa-efecto por parte de pacientes, familias y usuarios de servicios de salud, según se trate del problema de salud, generando esquemas de estigmatización y culpabilidad ciudadana, pero no se basan en un sentido de corresponsabilidad o riesgo compartido en el impacto de los daños.
Persiste el establecimiento de necesidades de salud y práctica médica en respuesta a tales necesidades, desde una perspectiva reduccionista dominada por el modelo biomédico, definida desde una valoración técnica sin amplio rango de disciplinas y mucho menor rango para incluir la perspectiva de la ciudadanía.
De ahí n el presente ensayo se muestra situaciones de la perspectiva de la salud en México, tomando en cuenta aspectos fundamentales en el desarrollo de este tema.
DESARROLLO
PERSPECTIVAS DE LA SALUD EN MÉXICO
Para comenzar a analizar este tema, comenzaremos por conocer conceptos clave en la salud como:
El Sistema Nacional de Salud mexicano es definido como un conjunto de entidades públicas federales y estatales del sector social y del privado que prestan servicios de salud a la población que reside en el territorio de México.
El surgimiento del Sistema Nacional de Salud está relacionado con la reforma sanitaria que se ha implementado gradualmente en el país a partir de la década de 1980, después de la crisis financiera que llevó al borde de la quiebra al estado mexicano. Para poder enfrentar esta situación el gobierno mexicano suscribió una serie de compromisos con organismos financieros multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entre los que se encontraba precisamente el desmantelamiento de los servicios estatales de salud y la implementación de un sistema de orientación liberal que permitiera la participación de actores privados en el campo de la salud.
Uno de los objetivos centrales del Sistema Nacional de Salud es integrar los diversos servicios de salud existentes en el territorio mexicano bajo la coordinación de la Secretaría de Salud.
La conexión entre salud y desarrollo se articula con la mayor claridad en la Metas del desarrollo del Milenio, las cuales proveen una estructura global a los esfuerzo de desarrollos actuales. El género (mujeres y hombres) que de manera habitual conducen a desigualdades de poder. Las desventajas de género, además de socavar los derechos humanos y la justicia social, contribuyen a la pobreza y a la deficiente salud.
México se encuentra comprometido con el proceso dinámico de reformar el sistema de salud. El 1 de enero de 2004 entro en operación en México el sistema de protección social en salud, cuyo brazo operativo, El Seguro popular, el cual tenía contemplado el cubrir en un lapso de siete años a los 48 millones de mexicanos no asegurados en ese momento. Un programa de seguridad sanitaria, se dirige a los problemas de salud.
En México la inversión en salud es insuficiente para atender a los retos que plantean las transiciones demográficas y epidemiológicas, más de la mitad de recursos para la salud son privados, y además, proviene del bolsillo de las familias, esto obliga a las familias a aportar según sus necesidades (el más enfermo paga más) y a recibir según su nivel de ingreso, expone a las familias a gastos excesivos que son imposibles de anticipar, se calcula que anualmente de dos a tres millones de familias mexicanas incurren en gastos catastróficos por motivos de salud.
La segmentación del sistema mexicano de salud también ha favorecido la concentración de los recursos para la salud en las instituciones de seguridad social. En el rubro de atención médica, el gobierno federal asigna 1.5 veces más recursos per cápita a la población derechohabiente que a la población no asegurada. A esto se suma una condición todavía más grave: la inequitativa distribución de los recursos federales entre entidades federativas.
El último de los desequilibrios se refiere al destino de los recursos. El sector salud dedica cada vez más recursos al pago de la nómina y cada vez menos recursos al gasto de inversión, hecho que ha influido negativamente en la ampliación de la infraestructura y en el equipamiento de las unidades.
Para enfrentar estos desequilibrios se propuso y se aprobó la creación del Sistema de Protección Social en Salud (SPSS). Lo que se busca es construir una nueva estructura financiera para el sistema mexicano de salud basada en tres seguros públicos de salud:
1. el Seguro de Enfermedades y Maternidad del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que protege a los asalariados del sector privado de la economía formal y a sus familiares;
2. el Seguro Médico del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que protege a los asalariados del sector público de la economía formal, y
3. el Seguro Popular, que protege a las personas que se encuentran fuera del mercado laboral y a los trabajadores no asalariados.
La propuesta es que los tres seguros cuenten con una estructura financiera tripartita similar a la del IMSS. En el caso del ISSSTE, el cambio principal consiste en distinguir entre las obligaciones del gobierno federal como empleador y lo que debe ser una aportación uniforme del Estado nacional al aseguramiento de cada ciudadano (cuota social). El Seguro Popular también se financia de manera parecida: primero, una aportación del Estado nacional idéntica a la del IMSS y el ISSSTE; segundo, una aportación solidaria que, en lugar de la cuota patronal, es cubierta por los gobiernos estatales y federal; tercero, una aportación familiar análoga a la cuota obrera de la seguridad social, la cual es proporcional a la capacidad de pago y puede ser de cero en el caso de las familias muy pobres.
Todo esto con un sistema donde todos los
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