PROGRAMA DE FORMACIÓN DE MEDIADORES EN RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

PROGRAMA DE FORMACIÓN DE MEDIADORES EN RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

Justificación

La vida en prisión presenta unas características peculiares que influyen negativamente en las relaciones interpersonales. El contexto social en el que se enmarcan las relaciones humanas dificulta la adopción de soluciones pacíficas a los conflictos violentos. Estas características son las siguientes:

• Convivencia obligada en un lugar cerrado, dentro de un espacio reducido y hacinado. La pérdida de libertad para ubicarse en un lugar que se considere seguro o para buscar personas de referencia que aporten protección dificulta una solución pacífica. Además, en múltiples ocasiones las partes enfrentadas permanecen conviviendo en el mismo espacio, salvo en casos de violencia muy grave. Aún en el caso de que algunas de las partes solicite aislamiento como medida de autoprotección o que la administración penitenciaria aísle, traslade a una de las partes o declare incompatibilidad entre los internos, las posibilidades de que vuelvan a encontrarse en esa cárcel o en otra, es muy elevada. También existe la posibilidad de venganza a través de una tercera persona, que puede actuar por lealtad o por dinero. Por tanto, el contexto social y relacional en el que se genera el conflicto no se altera y las partes continúan expuestas a la reiteración de las consecuencias de la acción-reacción, el conflicto tiene difícil solución por vías pacificas y dialogadas.

• Inexistencia de un espacio físico para la intimidad y para la elaboración de procesos de reflexión sobre sentimientos y conductas.

• Las personas internadas en prisión, en general no confían en la administración penitenciaria para poner en conocimiento la existencia de hechos que generen conflictos interpersonales. Las personas suelen resolver sus diferencias de forma personal y clandestina (en el baño o lugares ocultos). Además los mecanismos de solución institucional agudizan los conflictos por dos motivos. Por un lado, la dinámica que se crea con su aplicación no está encaminada hacia el descubrimiento de “la verdad”, a través de la sinceridad/honestidad de las partes, que posibiliten la solución dialogada de las situaciones conflictivas existentes (sin verdad no hay diálogo y sin diálogo no hay reconocimiento del daño ocasionado y sin este reconocimiento, no existe reparación ni posteriormente, perdón). Por otro lado, como la imposición de la sanción añade mayor aflictividad, la reacción posterior frente a la parte contraria se incrementa. Reaparece la venganza, pero intensificada.

Descrita someramente está situación en la que la intervención institucional a través del procedimiento disciplinario funciona desde un sistema de justicia vindicativa basado en posturas dialécticas – de enfrentamiento que ignora la situación y sentimientos de las partes-, consideramos necesario y positivo para la solución de estos conflictos un giro hacia la justicia restaurativa – basada en el diálogo desde las necesidades de las partes enfrentadas-. Se trata, en último extremo, de posibilitar el diálogo interpersonal, social e institucional. En definitiva, la mediación constituye un prometedor intento para resolver los conflictos de forma dialogada en vez de dialéctica, configurándose como una “herramienta de pacificación social”, que devuelve la responsabilidad y el protagonismo a las partes en la solución del conflicto, minimiza la violencia concurrente y refuerza patrones de conducta que utilicen medios no violentos para hacer frente a los problemas.

La mediación se caracteriza por:

• Ser una negociación asistida, las partes actúan por sí mismas, negocian y proponen soluciones en presencia de una tercera, neutral.

• Ser un acto voluntario. Las partes deciden participar o no en el proceso de mediación y ponerle fin en cualquier momento. Las partes no están obligadas a llegar a ningún acuerdo.

• Ser un proceso que tiende al acuerdo entre las partes y/o a la reparación de la relación.

• Basarse en el principio ganar/ganar.

• Utilizar, por parte del mediador, una estructura ya pautada y técnicas específicas para alcanzar los objetivos.

Destinatarios del programa

Dirigido a 8-10 internos, que voluntariamente deseen participar en el programa y hayan sido previamente seleccionados por los educadores del centro.

Objetivo General:

• Creación de canales no punitivos

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