PSICOLOGIA
Enviado por angelart33_3 • 11 de Febrero de 2013 • 11.327 Palabras (46 Páginas) • 246 Visitas
Tema Siete
ALTERACIONES DE CONDUCTA
Autores: Margarita Capilla - Celeste Gallardo - Juan Martos - Isabel Osorio -
Socorro Puras - Lidia Valdemoro
CENTRO NACIONAL DE RECURSOS PARA LA EDUCACION ESPECIAL
Ministerio de Educación y Ciencia
Madrid, España, 1989
Índice
OBJETIVOS
INTRODUCCION
IDENTIFICACION, DEFINICION DE LAS CONDUCTAS PROBLEMATICAS
Tipos de conductas problemáticas
Criterios de prioridad en el tratamiento
Definición de conductas en términos operativos
2. MEDICION DE LAS CONDUCTAS PROBLEMATICAS
Por qué medir la conducta
Pasos para medir una conducta
3. TRATAMIENTO
Principios generales de educación y tratamiento conductual de niños autistas
Estructura del ambiente educativo
Aprendizaje sin errores
Técnicas de modificación de conducta. Cuadro-resumen: Adquisición, Extinción, Mantenimiento
Otras técnicas: técnicas de autocontrol y autoinstrucción
4. PROBLEMAS DE CONDUCTA EN AUTISMO
Conductas problemáticas más frecuentes en autismo: definición, etiología, técnicas de tratamiento
Conductas autolesivas
Agresión
Conductas autoestimulatorias: estereotipias
Hiperactividad
Rabietas
Alteraciones sensoriales en autismo: algunas concepciones neurológicas
RESUMEN
BIBLIOGRAFIA ESPECIFICA
OBJETIVOS
• Conocer las conductas problemáticas más frecuentes en autismo infantil.
• Ser capaz de identificar una conducta problemática, y definirla en términos operativos.
• Ser capaz de medir una conducta mediante el análisis funcional fundamentalmente y otros tipos de registro.
• Conocer las principales técnicas de modificación de conducta (de adquisición, mantenimiento y extinción).
• Conocer los principios generales de educación y tratamiento conductual de los niños autistas.
• Ser capaz de seleccionar la técnica o técnicas más adecuadas para el tratamiento de un caso a partir de un análisis funcional.
INTRODUCCION
El término problemas conductuales se ha usado a veces para referirse a los problemas que el niño autista tiene con otras personas, especialmente los adultos, como sus padres y profesores. Sin embargo, para ciertos autores (L. Wing, E. Schopler, 1976), estos problemas de conducta tienen la misma base que los déficits cognitivos del niño, su deficiencia lingüística y de comprensión, y sus problemas específicos de aprendizaje. Cabe señalar aquí trabajos como los de L. Wing y Judith Gould (1979), que demostraban, en un estudio epidemiológico, que suele darse una asociación consistente entre las alteraciones de la capacidad de relación social, las anomalías y deficiencias del lenguaje, la dificultad o imposibilidad de simbolización y la tendencia a repetir conductas rituales y estereotipadas.
Sea cual fuere la definición que hagamos del síndrome autista, y reconociendo que, a pesar de los intentos recientes, el concepto de autismo sigue siendo ambiguo, teniendo tan sólo el sentido de un rótulo clasificatorio (Riviére, 1984) - que no indica la etiología probable de las alteraciones de conducta ni tiene aplicaciones pronósticas o terapéuticas claras y que se aplica a una población enormemente heterogénea (en cuanto a niveles de C.I., lenguaje y competencia de relación, alteraciones de conducta, etc.) -, la realidad con la que nos encontramos las personas (padres o profesionales) relacionadas con estos niños es que presentan una serie de problemas especiales, tales como las alteraciones de conducta (estereotipias, conductas autoestimulatorias, autoagresiones, comportamientos de evitación activa de la interacción, conductas destructivas, etc.), que interfieren seriamente con las posibilidades de aprendizaje del niño, aumentan su aislamiento y pueden producir efectos dañinos en el medio o en el propio sujeto, por lo que contar con una tecnología terapéutica relativamente independiente de la etiología tiene un valor indiscutible.
Trabajos como los de Ferster y De Meyer (1961); Wolf, Risley y Maes (1964); Lovaas Freitag, Gold y Kassoria (1965), que demostraban que ciertas conductas de niños definidos como autistas son susceptibles de control operante y análisis funcional, abrieron una vía prometedora de trabajo, tanto por sus implicaciones terapéuticas como por sus posibilidades explicativas.
Desde el punto de vista terapéutico, se planteaba la esperanza de poder "educar" a los niños autistas, eliminando o disminuyendo sus conductas más alteradas y disfuncionales y construyendo o aumentando otras más adaptivas. Esto hizo que los procedimientos de tipo operante se convirtieran en la alternativa fundamental para el tratamiento y la educación de los niños autistas, y fueran empleados por la mayor parte de los profesionales y centros especializados en autismo y, después de la demostración de la escasa o nula eficacia de los enfoques psicoterapéuticos tradicionales más ligados a concepciones analíticas o "dinámicas", influyeran decisivamente en la consideración del niño autista como una persona educable y no sólo como un problema psiquiátrico.
Aparte de sus aplicaciones terapéuticas, los trabajos de análisis funcional y control operante de ciertas conductas de los niños autistas tenían una gran importancia explicativa. La demostración de que comportamientos tan inexplicables como las autolesiones o los continuos movimientos estereotipados, sin funcionalidad aparente, son controlados y controlables por los estímulos del medio y de que los niños autistas son capaces de aprender tareas de discriminación, imitación o lenguaje, mediante procedimientos operantes, establecía una línea de continuidad entre las conductas autistas y las "normales" desde un punto de vista de sus relaciones con el ambiente, llegando a pensar que el propio síndrome de autismo, globalmente considerado, podría ser el resultado de un "mal aprendizaje".
Esta hipótesis etiológica que planteaban los primeros trabajos de modificación de conducta (Ferster, 1961) ha sido claramente criticada, manteniéndose hoy en día una actitud más prudente y crítica ante las explicaciones basadas en los procedimientos de condicionamiento operante. Lo esencial de estos procedimientos es que implican el control de las variables del medio, empíricamente definidas y relacionadas funcionalmente con la conducta de la persona tratada, con el objetivo de cambiar cuantitativa o cualitativamente esa conducta de forma demostrable y a través de procesos de aprendizaje. Naturalmente, el control de las variables del medio será
...