Papel Del Psicologo En La Etapa De La Vejez
Enviado por alexa.molina • 15 de Septiembre de 2013 • 491 Palabras (2 Páginas) • 451 Visitas
El interés por el estudio de la vejez dentro de la comunidad psicológica es fruto de una clara evidencia social: la población del mundo a partir del siglo XX ha mejorado en su esperanza de vida. El incremento en el envejecimiento de la población genera paralelamente un problema tanto psicosocial como sanitario que provoca a su vez la necesidad de conocer los mecanismos que permitan asegurar no sólo una mayor forma de vivir, sino una longevidad acompañada de una cierta calidad de vida. Analizar cómo afecta el envejecimiento no solo en lo físico, sino también en lo emocional y hasta social y buscar alternativas que mejoren esta calidad, buscarle una solución a este flagelo que para muchos se les ha convertido en un problema es una de las prioridades en esta etapa de la vida. Hay que destacar que el estudio de la vejez desde la psicología hace su aparición en el siglo XIX asociado al interés surgido en torno al envejecimiento como parte de la psicología, comienza a adquirir una mayor solidez a partir de la finalización de la II Guerra Mundial. Desde 1945 hasta finalizada la década de los años 50 se puede considerar un período de crecimiento y difusión del estudio de la Psicología de la vejez, así como de aplicación de los conocimientos para solventar los problemas de las personas mayores. En cuanto a los aspectos psicológicos más investigados en esta época, se mantiene el interés principal por las habilidades intelectuales durante la vejez, y se amplía a otros aspectos, como la memoria y el aprendizaje, la adaptación en la vejez y su relación con el nivel de actividad y satisfacción con la vida. Alguien ha dicho que la vejez no tiene remedio.
Para la psicología La vejez no es una enfermedad: es un estado de graduales cambios degenerativos, de lento desgaste, pero no es una enfermedad ni tiene que venir acompañada de dolores ni angustias.
Podemos concluir que la vejez no es una enfermedad, es solo otra etapa de la vida, por no decir que la última, instaura una nueva temporalidad, una medida diferente del tiempo: lo que resta por hacer, junto a una revisión del proyecto de vida construido en las etapas anteriores.
La muerte debe ser integrada al ciclo de la vida como hecho natural, lo que no implica despojarse omnipotentemente de los miedos y las interrogantes que el hombre ha procurado responderse desde los inicios.
Es allí donde inicia la labor del psicólogo en la sensibilización crítica, frente a los fenómenos de la vejez y muerte en nuestra cultura, desde la perspectiva de sus implicaciones psicológicas, debe de una forma tajante informar a la sociedad sobre la situación en esta etapa de la vida. Todo psicólogo deberá abordar este tema de manera profunda y comprometida teniendo en cuenta que es una de las etapas más difíciles del hombre por los problemas asociados a esta, tanto en salud física como en la salud mental.
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