Percepcion

Mundo Vivid de Olores

Después de tom ar una m ezcla de drogas que alteran la m ente,

una noche, Stephen D., un estudiante de m edicina de 22 años

de edad, soñó que se había convertido en un perro y estaba

rodeada de una riqueza extraordinaria, olores significativos. El

sueño parecía continuar después de que él se despertó, su

m undo se llenó de repente con olores fuertes.

Al entrar en la clínica del hospital esa m añana, "O lí com o un

perro. Y en esa aspiración que reconocí, antes de verlos, los

veinte pacientes que estaban allí", dijo m ás tarde el neurólogo

O liver Sacks.

"Cada uno tenía su propio olor a cara", dijo, "m ucho m ás viva y

sugerente que cualquier espectáculo en persona." Tam bién

reconoció calles y las tiendas locales por su olor. Algunos olores

le dieron placer y otros le disgustan, pero todos fueron tan

convincentes que casi no podía pensar en otra cosa.

Los extraños síntom as desaparecen después de algunas

sem anas. Stephen D. sintió aliviado en gran m edida a la

norm alidad, pero que se sentía "una enorm e pérdida, tam bién,"

Sacos inform a en su libro El hombre que confundió a su mujer con

un sombrero y otros cuentos clínicos. Años m ás tarde, com o un

m édico de éxito, Stephen D. todavía recordaba "ese olor-worldtan

vívido, tan real! Era com o una visita a otro m undo, un m undo

de percepción pura, rica, viva, autosuficiente y com pleto ... Ahora

veo lo que dam os en ser civilizados y hum anos ".

Siendo m edios civilizados y hum anos, por un lado, que nuestras

vidas no están gobernados por los olores. El com portam iento

social de la m ayoría de los anim ales está controlado por los

olores y otras señales quím icas. Los perros y los ratones

dependen de los olores para localizar alim entos, reconocer

rastros y territorio, identificar a los parientes, encontrar a un

com pañero receptivo. Los insectos sociales com o las horm igas

envían y reciben señales quím icas com plejas que les dicen

exactam ente dónde ir y cóm o com portarse en todo m om ento del

día.

Pero los seres hum anos "ver" el m undo en gran m edida a través

de los ojos y los oídos. Nos descuidam os el sentido del olfato, ya

m enudo suprim im os nuestra conciencia de lo que nos dice

nuestra nariz. Muchos de nosotros nos han enseñado que hay

algo vergonzoso en los olores.

Sin em bargo, las m adres pueden

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