Perspectivas comparativas
Enviado por Hotaruh • 31 de Mayo de 2012 • Tutorial • 6.373 Palabras (26 Páginas) • 380 Visitas
El principio del 'interés superior' de la niñez tras dos décadas de prácticas: perspectivas comparativas
En 2010 se celebraron veinte años de la Convención de los Derechos de la Niñez (CDN) de 1989, cuyos principios fueron progresivamente incorporados a la legislación sobre niños, niñas y adolescentes de los países que la ratificaron a partir de 1990. Entre esos principios, el del “interés superior del niño/a” es, probablemente, el más citado, referenciado y recurrido a nivel legislativo, normativo y regulador pero, también, de las prácticas sociales y culturales. Se trata de una constatación que da cuenta de la necesidad de análisis comparativos que muestren las especificidades culturales, políticas y sociales locales. Este número monográfico concentra discusiones teóricas y datos empíricos sobre la circulación de niños y niñas en diversos contextos locales (Argentina, Brasil, Canadá, Catalunya, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Perú, Oceanía y Suecia) desde una perspectiva comparativa.
En el año 2010 se celebraron veinte años de la Convención de los Derechos de la Niñez (CDN), formulada por Naciones Unidas en 1989 y, actualmente, ratificada por una gran mayoría de países del mundo. Se trata de un documento fundamental cuyos principios fueron progresivamente incorporados a la legislación sobre niños, niñas y adolescentes de los países signatarios. Entre esos principios, el del “interés superior del niño/a”, elaborado y reelaborado es, probablemente, el más citado, referenciado y recurrido, tanto a nivel legislativo, normativo y regulador como a nivel de las prácticas sociales y culturales. Actualmente, si bien existe aún cierto consenso en cuanto a la importancia de este principio, los debates sobre su formulación y aplicación han revelado problemas de fondo, teóricos y prácticos, que no presentan fáciles soluciones consensuales[1].
En el plano teórico, los y las analistas han señalado situaciones inherentes al propio concepto de “interés superior”. Se preguntan si es posible aplicarlo caso por caso, a niños y niñas, individualizados, sin tener en cuenta las repercusiones sociales que afectan a su grupo, comunidad o colectividad[2]. Asimismo, llaman la atención sobre los posibles efectos problemáticos de un énfasis exagerado en los niños y las niñas que estimule una filosofía individualista y contraria a las dinámicas colectivas (familiares y otras)[3]. Separar en conceptos distintos “el interés superior” y “los derechos” de la infancia posibilita que “la voz” de las personas menores de edad pueda estar en franca contradicción con lo que las y los especialistas adultos consideran que es su “mejor interés”[4]. Se trata de debates que llaman la atención sobre los valores fundamentales del tejido social. ¿Qué pesa más? ¿La autonomía individual de decisión o la responsabilidad mutua que subyace a las relaciones interpersonales? En torno a estas preguntas se advierten puntos de desacuerdo en cuanto a la propia concepción de la infancia. Los románticos, acusados de tener una visión “sentimentalizada” de una infancia pura e inocente por naturaleza, lidian con quienes proponen visiones bien diferentes tales como que los y las menores necesitan educación para tornarse humanos, etc.[5]
La mayoría de las y los analistas convergen, no obstante, en cierto consenso acerca de que esas cuestiones teóricas son inseparables de las discusiones sobre las “prácticas” producidas y reveladas en situaciones concretas. En ese sentido, concuerdan en la necesidad de un análisis comparativo que muestre las especificidades culturales, políticas y sociales locales, al tiempo que consideran que el principio del “interés superior” tiene el efecto deseado cuando se aplica considerando cuidadosamente el contexto en que ello se realiza.
Este número monográfico muestra un abordaje comparativo que reúne discusiones teóricas con datos empíricos sobre la infancia en lugares geográficos diversos (Argentina, Brasil, Canadá, Catalunya, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Perú, Oceanía y Suecia). Su elaboración emerge de la preocupación relacionada con una temática específica: la circulación de niños y niñas, un tema que engloba procesos variados en los cuales los y las menores son deslocalizados o se deslocalizan en y/o entre casas de diferentes cuidadores/as y que ha inspirado una reflexión profunda durante los últimos quince años.
Hasta los años 90 existían estudios en sociedades “tradicionales” que describían, como prácticas rutinarias, la salida de niños y niñas de la casa de sus familias para vivir en alguna casa vecina o con alguien de la familia extensa[6]. Por otro lado, había estudios sobre sociedades complejas en relación con los aspectos históricos, sociales y políticos de la institución legal de la adopción[7]. No obstante, la reflexión analítica sobre el tema dio un salto justamente cuando esas dos discusiones convergieron, planteando la formulación de nuevos objetos de estudio[8].
En esa nueva etapa de discusión, se tornó visible la profundidad histórica así como la persistencia en la época contemporánea de prácticas informales de circulación de niños y niñas en sociedades complejas[9]. Por otro lado, se hizo evidente que, dentro de las dinámicas globalizadas, las estructuras legales y morales inspiradas en los valores “modernos” tenían efectos no siempre previsibles en regiones remotas del mundo. La intensificación en la década de los 80’ de la adopción internacional, que transfería niños y niñas del “Tercer Mundo” hacia familias norteamericanas y europeas, puso en cuestión el impacto de las diferentes formas de legislación internacional en lugares de África, Asia, Oceanía y América Latina[10].
Con la globalización del fenómeno, las y los investigadores fueron obligados a redimensionar su objeto de estudio. Las discusiones sobre la circulación debían, de aquí en adelante, incorporar la extensión de los límites del tránsito geográfico, la multiplicación de los actores involucrados y el aumento del riesgo de interpretaciones diversas (contradictorias y/o conflictivas) sobre la transferencia de niños y niñas. La dinámica transnacional –que conecta poblaciones devastadas por guerras, desastres naturales y pobreza con familias adoptantes del “Primer Mundo”– mostraron e intensificaron las desigualdades –ya existentes en buena parte de los dislocamientos “tradicionales”– entre quien da y quien recibe a los y las niñas[11]. Cuestiones suscitadas por la economía política de la adopción fueron “repatriadas”, generando un nuevo capítulo de estudios sobre la circulación de niños y niñas en
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