Porque El Hombre Es Sus Obras

¿Por qué decimos que el hombre es sus obras?

Praxis: acción de llevar a cabo algo, pero una acción que tiene su fin en sí misma y que no crea o produce un objeto ajeno al agente o a su actividad.

De lo anterior podemos entender que la praxis es algo que hacemos casi por instinto, una conducta ya anterior, arraigada en nuestras costumbres. Por ello se cree que el hombre práctico cotidiano, es decir, el que la lleva a cabo con más frecuencia, tiene una mejor concepción de la praxis que quien trata de entenderla por medio del pensamiento filosófico.

Pero este pensamiento no siempre fue así los griegos consideraban que la praxis material productiva, ósea cualquier actividad que generara utilidades, era indigna de los seres libres, ya que el hambre se hacía esclavo de la materia y de las cosas. Para ellos en cambio no hacer nada, y tener momentos de ocio, no era eso literalmente, NO HACER NADA, sino que era un momento de recreación en el que el hombre se enriquecía asimismo.

En cambio durante el renacimiento el hombre pasa de ser mero animal teórico para ser también su activo, constructor y creador del mundo, así a diferencia de los griegos ya no había momentos de recreación para el hombre empezaba a producir y a auto sustentarse . En “La expulsión de la bestia triunfante” Giordano Bruno condena el ocio y engrandece el trabajo. En la edad de oro en la que los hombres vivían ociosos sin preocupaciones ni fatigas, no eran más felices que las bestias y en definitiva reinaba por todas partes la estupidez.

Con esto podemos ver que el hombre pasó de ser teórico a ser práctico, ellos creían que este hecho lo alejaba de la bestialidad y lo acercaba más hacia Dios.

El trabajo físico ya no se define como negación de lo propiamente humano. Sin embargo subsiste la separación de teoría y práctica por que subsiste la división social del trabajo (intelectual y físico).

Pero a partir de que esta teoría comenzó a tomar un auge más grande se comenzó a desvalorizar el verdadero sentido de lo que es la praxis ya que a partir de esto el hombre creía que los actos y objetos prácticos solo existían por él y para él, las cosas ya no solo son y existen en sí, si no que son y existen, sobre todo, por su significación practica, en cuanto que satisfacen necesidades inmediatas de la vida cotidiana.

El hombre práctico vive en un mundo de necesidades, objetos y actos prácticos, desprecia a los teóricos, pero sobre todo, a los filósofos que especulan sin ofrecer nada práctico, es decir, nada utilitario.

Este hombre está inmerso en el mundo de intereses y necesidades de la cotidianidad, no se eleva a una verdadera conciencia de la praxis no es capaz de rebasar el límite estrecho de su actividad practica.

Como se mencionaba al inicio llega un punto en el que el hombre llega a una zona de confort, en la que ya no hace más allá

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