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Enviado por peferlafa • 13 de Marzo de 2013 • Tesis • 451 Palabras (2 Páginas) • 397 Visitas
La implicación de la familia en la tarea educativa comprende no solo una participación activa de los padres en los proyectos educativos de la escuela, sino además como mediadores del aprendizaje (Williams y Chaukin 1989). Este compromiso implica compartir la información, asistir como voluntario a la clase, ayudar a los hijos en la casa. Los padres, como primeros profesores de los niños, juegan un papel muy significativo en el proceso de aprendizaje y de socialización.
La institución escolar coloca una serie de demandas sobre los alumnos y, a través de ellos, sobre el núcleo familiar. Los padres se prueban a sí mismos a través de las notas obtenidas por sus hijos, lo que provoca problemas en la conducta infantil, que desembocan en una triangulación de los conflictos intrafamiliares y de los padres con la escuela (Sarquis 1993).
El niño enfrenta constantemente situaciones académicas, cuyas exigencias debe comparar con sus propios medios. Cuando su evaluación de las demandas de la escuela lo llevan a concluir que son más de lo que él puede rendir, afronta una situación de peligro, de humillación, a veces suficiente para justificar el rechazo a la escuela. En general, la humillación originada por pequeños fracasos escolares es transitoria. Sin embargo, algunos niños sienten sus fracasos más que otros. Algunos llegan a la escuela después de haber sufrido en el hogar mayores fracasos que sus compañeros (Jackson y Frick 1998).
El apoyo de los padres hacia sus hijos aparece determinado por una valoración de los aprendizajes escolares, como un factor fundamental de desarrollo y por una valoración de la propia capacidad para apoyar este proceso, independientemente del nivel socioeconómico y cultural al que pertenecen (McAllister 1990); pero también se asocian a las características de los padres y de los hijos el contexto familiar y las actitudes de los profesores hacia los padres y hacia los niños (Villalón, De Castro y Streeter 1998).
Un ambiente familiar cálido y sin discordias, en el que los padres se desempeñen de una manera competente y estimuladora, es un factor que favorece significativamente el desarrollo infantil (Rutter 1990).
Estas características hogareñas llevan en sí una orientación ética por parte de los padres, que influye en su autopercepción y en su autovaloración, como asimismo en la valoración de sus hijos, influyendo en el tipo de interacciones intrafamiliares y su inserción en una red social más amplia (Villalón, De Castro y Streeter 1998).
No es la falta de recursos económicos la que determina la falta de apoyo a los hijos, sino los recursos personales de los padres para enfrentar esta situación y es su interés activo y positivo hacia sus hijos lo que se produce especialmente si existen buenas relaciones de pareja, el apoyo familiar y de la escuela (Osborn 1990)
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