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Problemas de la relación clínica y psicoanálisis


Enviado por   •  24 de Abril de 2025  •  Tarea  •  1.961 Palabras (8 Páginas)  •  30 Visitas

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GUÍA DE LECTURA UNIDAD I: “CLÍNICA Y PSICOANÁLISIS” Año 2025

  1. Problemas de la relación clínica y psicoanálisis.


“Uno recorría tranquilamente la casa vacía, repleta de signos, cuando súbitamente un ruido transmuta todo eso en una acuciante pregunta. ¿Hay alguien?”

Le Gaufey, G. (2004), El signo del desconocimiento.

El programa de Clínica I interroga al psicoanálisis en lo que hace a la especificidad de su práctica. A estos fines, llevaremos adelante un trabajo de lectura transitando distintos problemas, en la búsqueda de aproximarnos a dicha especificidad. Un primer acercamiento, tal como lo plantea la unidad temática número uno, es interrogar el lazo entre la clínica y el psicoanálisis.

En los talleres de lectura nos detendremos en el planteo de Guy Le Gaufey (2006) en Una clínica sin mucho de realidad, quien abordará el problema tensando la práctica analítica en relación al modo de proceder de la clínica médica. Esta elaboración, que sigue de cerca al libro de Michel Foucault (1985), El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica, nos permitirá distinguir los modos de orientarse de un médico a partir de la presentación del signo en relación a las formas en que se orienta un analista.

  1. Guía de trabajo para el Taller de lectura:

Le Gaufey, G. (2006) El caso inexistente. Una compilación clínica. Epeele. Capítulo: “Una clínica sin mucho de realidad” (pp. 455-472).

  1. Clínica médica. Clínica psicoanalítica. Qué propone esclarecer el autor respecto a la clínica, cualquiera sea el adjetivo que la califica.

El autor intenta esclarecer respecto de la clínica que esta mantiene una relación estrecha con la realidad con la que está vinculada, al modo en que opera el signo según su definición clásica, “…según la cual el signo representa algo para alguien”(agregar APA). Pero la particularidad del signo clínico reside en que en él habrá una realidad diferente, que pertenece a otra dimensión, diferente a la que le resulta propia. Esto hace que la “realidad” del signo clínico sea algo opuesto al propio signo. Tal como lo define el autor: “La clínica empieza cuando se producen signos enigmáticos, que no dan por sí mismos sus significaciones propias…”. (APA)

  1. Ubique los personajes de la escena clínica y la relación de cada uno de ellos con el signo. Deje señalado el problema de la causa.

Los dos personajes de la escena clínica (aunque coexistan en una misma persona) son, por un lado, el clínico, el “supuesto saber”, es quien tiene el conocimiento no de lo que significa el signo, sino de que el signo es en sí mismo engañoso, que su realidad es otra que la que él mismo delata; es el clínico quien tiene muy en claro que no hay un saber “libresco” externo al signo mismo que lo signifique.

Luego tenemos el alumno, el “inocente” quien o no conoce el signo o solo lo hace muy inocentemente, le da un significado pero desde el sentido común o lo intuitivo. En este sentido, el alumno encarnaría la dimensión sensible del signo, esa lectura que permite adivinar que hay algo diferente en ese signo y que es necesario buscar aquello que está más allá pero que está necesariamente ligado al signo. Si el alumno encarna la percepción, el clínico sería la convicción y la certeza de que ese referente enigmático está ahí; solo y a partir de esto será posible develar su verdadera significación. Este referente del signo es causa del mismo, por eso hablamos de una relación de causalidad entre el signo y su referente.

En palabras del autor:  “El signo clínico se ofrece como signo porque se construyó directamente o inició su desarrollo a través de una serie de etapas mas o menos complejas (…) Todo un saber, en este momento libresco se une allí a la percepción del lado manifiesto del signo para sostener el lazo entre este signo y su referente, al construir una cadena causal sin ruptura.” (APA)

Al develar el lazo entre signo y referente deja de existir los personajes del clínico y el alumno.

3)- Qué articulación se torna necesaria en la transmisión del saber clínico? En otras palabras, ¿qué articulación hace posible que “la mirada inocente pueda transformarse en una palabra culta”?

En el nuevo terreno clínico, el hospital como el espacio homogéneo en el que se aíslan casos típicos de enfermedades, se requiere que la agudeza de la mirada médica sea enlazada con el lenguaje; solo de este modo será posible la transmisión del saber clínico. Para esto existirá una terminología rígida que conjugará lo visto, en toda su singularidad, con un saber ajeno al objeto que constituirá la nomenclatura que lo hará transmisible.

De este modo se inicia un nuevo paradigma, a partir de lo que Foucault llama “la estructura alfabética de la enfermedad”. La misma se trataría ya no de construir un saber, de partir de la percepción de la infinitud para la elaboración de un conocimiento sobre el mundo, sino de “…fabricar la batería mínima cuyos términos se encontrarían en todas las manifestaciones que pudiéramos visualizar” (APA). De ahí en más ya no será la enfermedad en su totalidad lo que se captará, sino sus signos; son estos los que deberán ser aprendidos por el clínico y es por medio de los cuales éste dará cuenta de tal o cual enfermedad.

4)-La racionalidad de la clínica moderna supone “un nuevo nexo entre signo [patológico] y realidad”. A los fines de comenzar a dar cuenta de este nexo sitúe y articule las nociones de localización, espacio, lesión y causalidad.

La racionalidad de la clínica moderna implica que el signo tiene una realidad propia y esta no es la de la enfermedad, ya que el mismo signo puede estar presenten en otras enfermedades; tal como lo indica el trabajo de Broussais, la fiebre no es la enfermedad en sí, sino la manera en la que reaccionan los tejidos al estar irritados. En ese sentido, lo que se pone en juego es que el sufrimiento que ya no es del enfermo, sino del tejido afectado. Nos acercamos, en este punto, a la localización en el espacio del cuerpo: los signos no nos permitirían dar cuenta de la presencia de una enfermedad, sino que al localizarlos será posible concebir una causalidad y posteriormente, una racionalidad. “El espacio local de la enfermedad es al mismo tiempo y en el acto, un espacio causal”(APA). Un espacio causal que requiere, además, de la existencia una lesión; por lesión entendemos la manifestación del signo en el espacio del cuerpo.

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