Prácticas ciudadanas
Enviado por Claudia Dominguez • 15 de Agosto de 2023 • Informe • 1.673 Palabras (7 Páginas) • 50 Visitas
Plan Fines
Psicología
Docente: Claudia Romina Domínguez
Año: 2023
Fundamentación
Prácticas ciudadanas Existen diferentes formas de interpretar el concepto de Prácticas ciudadanas según la teoría social que se considere. El funcionalismo, las corrientes críticas o los estudios culturales son algunas de las principales concepciones que abordan esta noción en su multiplicidad analítica (Calvagno, 2019). Desde las teorías funcionalistas, la ciudadanía y sus acciones fueron y son asociadas a la obtención de derechos individuales y a la posibilidad de su ejercicio en un estado de derecho, en el cual el rol de las instituciones debería ser garantizar su libre ejercicio. En diferentes momentos del mundo occidental esa práctica y constitución de ciudadanía fue la expresión de conquistas sobre sistemas políticos conservadores que restringían y concebían la organización de sus sociedades desde una perspectiva elitista: ser ciudadano se constituía en un privilegio para pocos y la exclusión de derechos para las mayorías.
Los cambios en las relaciones de producción, las transformaciones socioculturales y las luchas sociales impulsadas por las trabajadoras y los trabajadores, especialmente a partir del siglo XX, modificaron y cuestionaron ese orden establecido, e incluso ampliaron las esferas de incumbencia del Estado. En algunos casos lo hicieron extendiendo los derechos políticos y sociales, o incluso cuestionando y transformando el orden capitalista imperante. En estos procesos ya no se trataba de garantizar derechos individuales, sino de redefinir el concepto de prácticas ciudadanas en clave colectiva desde su relación con el movimiento social. Primero fue identificado desde el protagonismo obrero, sobre todo hasta los años 70, y luego, desde los inicios del nuevo milenio, fue asociado a los “excluidos”, a las trabajadoras y los trabajadores desocupados y precarizados/precarizadas (Wacquant, 2014), a las y los indígenas, a las mujeres y a las diversidades de género (Sousa Santos, 2008; Guardia, 2019).
Desde las teorías críticas, y en particular desde la educación de jóvenes y adultos de tradición freiriana, las prácticas ciudadanas son concebidas y asociadas a la formación de sujetos políticos. Se expresan en acciones y derechos colectivos resultantes de procesos de conquistas y apropiaciones instituyentes en condiciones de desigualdad, sea desde la ampliación del ejercicio del voto en regímenes democráticos hasta la conformación educativa de una conciencia de organización política comunitaria con aspiraciones transformadoras del sistema. Es habitual que desde esta visión se relacione a las prácticas ciudadanas con instancias de disputa y distribución del poder (político, cultural, social y económico) caracterizadas por conflictos entre clases o diferentes grupos y minorías socioculturales o incluso entre bloques sociales enfrentados (Tamayo, 2010).
En las últimas décadas del siglo XX e inicios del XXI, el mundo en general y Latinoamérica en particular ha vivido profundas transformaciones de distinto signo. Una de estas grandes mutaciones consistió en la expansión de la democracia como opción de gobierno a escala mundial. En este escenario se configuraron condiciones que obligaron a repensar los espacios e instituciones básicas de la política y la administración del Estado. Al mismo tiempo se generaron contextos sociales que impulsaron la construcción de otras prácticas ciudadanas como formas asociativas y de solidaridad social. Este proceso interpeló y articuló desde siempre con la formación de personas jóvenes y adultas ya que por su condición de “excluidos del sistema” (Sirvent, 2008) exigieron la apertura de los espacios públicos y la relevancia de la educación y la participación popular con la finalidad de profundizar en esas instancias de consolidación democrática (Gadotti, 2010).
¿Es posible que las prácticas ciudadanas puedan ser transformadoras o constituirse en nominaciones que ocultan las desigualdades? ¿La ciudadana o el ciudadano puede constituirse en sujeto de cambio? (Tamayo, 2017). Como buena parte de los conceptos e interpretaciones del mundo social, las prácticas ciudadanas son un concepto en tensión, se explican como resultado de la lucha social y reflejan en su ejercicio las pugnas entre intereses y relaciones con el poder por distintos actores sociales. Identificarlas y analizarlas críticamente es un proceso formativo central en cualquier diseño y actualización curricular, especialmente para la Educación de Jóvenes y Adultos (Da Silva, 2001).
En toda propuesta curricular es imprescindible contextualizar la enseñanza, atender las necesidades de aprendizaje de quienes demandan educación, reconocer los conocimientos con los que llegan al aula o que están construyendo en los distintos espacios sociales en los que participan. En este sentido, y particularmente en la educación de personas jóvenes y adultas, resulta imprescindible ofrecer modalidades de acceso a los conocimientos disciplinares, de manera tal que se habilite a quienes estudian a reflexionar y actuar sobre su realidad social y su vida cotidiana.
Objetivos
Comprender conceptos fundamentales de las principales teorías y escuelas psicológicas. Identificar los procesos psíquicos que le permitan al hombre relacionarse con el medio social apropiándose de la realidad.
Integrar los aportes científicos de la Psicología a la vida cotidiana, en la búsqueda de una mejor calidad de vida. Problematizar situaciones a fin de reconocer etapas evolutivas de desarrollo psíquico como proceso continuo y abierto en relación con el medio. Proponer estrategias que permitan transformar y mejorar la calidad de vida personal y del grupo.
Objetivo:
Después de cursar este espacio curricular los alumnos estarán en condiciones de: Comprender
conceptos fundamentales de las principales teorías y escuelas psicológicas.
Identificar los procesos psíquicos que le permiten al hombre relacionarse con el medio social
apropiándose de la realidad.
Integrar los aportes científicos de la Psicología a la vida cotidiana, en la búsqueda de una mejor
calidad de vida.
Problematízar situaciones a fin de reconocer etapas evolutivas de desarrollo psíquico como
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