LA PRACTICA DOCENTE

LA PRÁCTICA DOCENTE

La práctica docente según Cerón Olvera es definida como la demostración experimental de capacidades para dirigir las actividades docentes que se realizan en el aula.

Al analizar la definición del concepto se pudo apreciar que existen criterios y procedimientos de diversa índole para definir y traducir operativamente la práctica docente. Además varios de estos conceptos están muy lejos de ofrecernos una explicación completa de lo que conlleva una práctica docente, pues la manera parcial o reduccionista en los enfoques y su tratamiento acrítico provocan un vacío conceptual, ya que no se aborda en toda su magnitud ni de forma integral.

El análisis de la práctica docente tiene múltiples facetas y por lo tanto diversas maneras de abordarla. Al analizar la misma no la podemos desprender del papel que juega el docente en la misma, enfatizándose el hecho de que éste no es un personaje neutral, ni es un ser mecánico, es un ser que transmite emociones, actitudes, valores y formas de ver y de interpretar el contexto general en cual se encuentra inmerso.

Tonando en cuenta esta humanidad parto con la siguiente pregunta ¿Un buen docente, nace o se hace?

Al contestarme la anterior pregunta desde mi muy escasa experiencia como profesional de la docencia, comparto la afirmación de aquellos que manifiestan el hecho de que la práctica docente se aprende, y se aprende si y solo si se práctica (valga la redundancia), no existe un manual o un curso que garantice el convertirnos en expertos de la práctica docente, el único lugar de aprendizaje será el aula y la interacción con los alumnos en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Una comparación metafórica a tal hecho es la forma en que aprende el campesino las prácticas productivas, el aprender la habilidad para ordeñar la vaca no será posible en un pizarrón escolar, ni a través de un libro, esta habilidad solo la adquirirá practicando la ordeña de vacas. Siguiendo con la misma analogía: se dice por parte del campesino que su experiencia va acorde al número de ciclos agrícolas en los cuales haya practicado la siembra; en la docencia podemos decir que la experiencia en práctica docente va a ir acorde al número de ciclos escolares que la hayamos llevado a cabo; al igual que el agricultor, en cada ciclo nos encontraremos con fenómenos y cuestiones irrepetibles, mismos en donde tomaremos decisiones e implementaremos estrategias para resolver problemas que quizá no se vuelvan a presentar.

Aunque es un tema sobre el cual se pueden escribir miles de libros, concluyo mi reflexión afirmando quehacer de la práctica docente nos convierte en artistas; todos los días, todos los ciclos, modelamos obras únicas e irrepetibles, mismas que se gozan, que se sufren, que pueden ser efímeras o perdurar por toda la eternidad, por ello no se vale que en nuestra

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