Pscicologia De La Conducta
Enviado por sol18 • 6 de Mayo de 2014 • 4.510 Palabras (19 Páginas) • 290 Visitas
La psicología de la conducta
Pierre Janet*
1. LA ACCIÓN: ELEMENTO PSICOLÓGICO ESENCIAL
La psicología es, a grandes rasgos, el estudio del hombre en sus relaciones con el universo y, sobre todo, en sus relaciones con los otros hombres. Para establecer esta ciencia, se recurrió, en un primer momento, a la especulación filosófica; luego se protestó contra construcciones sin fundamento y a partir de entonces sólo se quisieron descripciones de hechos, observaciones, monografías, como decía Ribot; era una reacción en gran parte saludable. No obstante, la ciencia necesita un sistema y, en el fondo, no es más que una filosofía sistemática mejor verificada que otras. Un sistema psicológico está obligado a elegir uno de los hechos que nos presenta la observación de los hombres, a considerarlo como esencial y a relacionarlo con todos los demás.
Durante mucho tiempo, se tomó como punto de partida de las investigaciones psicológicas un fenómeno que parecía caracterizar al hombre: su pensamiento consciente. Sobre este elemento, justamente, fueron construidas las psicologías de los cartesianos y la de Condillac. En épocas recientes, cuando se mostró preocupación por las aplicaciones prácticas de la psicología en el juicio de criminales, en la educación de niños e incluso en el tratamiento de enfermos, esta concepción de la psicología se reveló muy insuficiente. Las primeras dificultades fueron encontradas en la psicología animal: se discutió indefinidamente el problema de la conciencia animal; fue necesario renunciar a tomarla como hecho inicial y resueltamente se ubicó en primer plano el estudio de los movimientos exteriormente visibles, es decir, la psicología del comportamiento.
Objeto de la psicología de la conducta. — La psicología del comportamiento se vuelve insuficiente cuando se trata del estudio de los hombres. Ésta estudia fenómenos elementales, los reflejos y los instintos, pero suprime el estudio de fenómenos más complejos: la conciencia, los sentimientos, los razonamientos, las ideas. No es imposible examinar los sentimientos y la conciencia desde el punto de vista adoptado por la psicología del comportamiento: las acciones elementales son reacciones del organismo a estimulaciones provenientes del mundo exterior; los sentimientos y la conciencia se presentan como reacciones del organismo a sus propios actos, y estas modificaciones de las acciones, aumentadas, ralentizadas o detenidas, pueden ser estudiadas en forma objetiva: convulsiones conscientes y convulsiones no conscientes no son exteriormente idénticas.
Los fenómenos psicológicos superiores de la creencia, del juicio, de la idea se suman a los movimientos inferiores por intermedio de una acción esencial y propia del hombre: el lenguaje. El lenguaje, que es primitivamente una acción exterior del cuerpo determinante de las reacciones en los otros hombres, incluso alejados, se reduce a veces a una acción tan débil que sólo los hombres muy cercanos a aquel que habla pueden reaccionar; se reduce hasta el punto de parecer puramente interno, es decir, al punto que sólo el sujeto que habla puede reaccionar a este habla. Acciones particulares, como el secreto y la mentira, desarrollan este lenguaje interior y lo transforman en pensamiento. El pensamiento así constituido origina la creencia, punto de partida de todos los fenómenos superiores; la psicología de la conducta agrega entonces a la psicología del comportamiento el estudio de la conciencia y de todos los fenómenos superiores.
Unidad del sistema psicológico. — En la psicología de la conducta hay un sistema que sirve de nexo para unir todas las observaciones y para clasificarlas: es la hipótesis que considera todos los hechos psicológicos observados en el hombre como acciones. Muchos tratados de psicología son incoherentes: hablan de movimientos y de acciones en la primera parte, para luego cambiar de lenguaje y de sistema limitándose a hablar de conciencia y de ideas sin mostrar la menor relación entre estos nuevos hechos y los precedentes. Es necesario conservar de un extremo a otro el mismo lenguaje, destacando que en todos los fenómenos, incluso superiores, hay una parte de acción y poniendo esta acción en primer plano. Esta hipótesis no sólo le otorga una unidad al estudio, que permite aproximaciones y comparaciones, sino que además permite medidas. Las acciones, que transforman siempre el mundo exterior, tienen poderes muy variables: modifican el mundo a distancias diferentes en el espacio y en el tiempo, y la psicología enseñará a apreciar estos grados de eficiencia.
EL PROBLEMA DE LA ACCIÓN
La acción es un conjunto de movimientos que se producen en el exterior del cuerpo viviente; los movimientos que se producen en el interior del cuerpo —y que están además íntimamente ligados con los precedentes— pertenecen a la fisiología.
Movimiento viviente y movimiento físico. — La dificultad principal que presenta el problema de la acción de un ser vivo es distinguir el movimiento del ser vivo del movimiento de un objeto material desplazado por fuerzas físicas, ya que en estos dos movimientos observamos la misma modificación del mundo exterior. El carácter más chocante y el más comúnmente señalado del movimiento viviente es su finalidad al menos aparente, su adaptación a un resultado futuro, útil para el ser vivo.
Es lo que hace que este movimiento vivo —como lo había destacado Le Roy— no pueda ser invertido indiferentemente: puede hablarse del movimiento de la Luna en relación a la Tierra o del movimiento de la Tierra en relación a la Luna, pero no puede decirse que es la hierba la que se precipita en la boca de la vaca, porque este movimiento de la alimentación sólo es útil para la vaca. A menudo se ha protestado contra esta interpretación del finalismo en la psicología y se ha reclamado, en esta ciencia como en las otras, un determinismo riguroso que explicaría todo por antecedentes invariables. En la teoría esto es muy justo, pero en la práctica es imposible estudiar e incluso caracterizar la acción humana de esta manera y no hay que sacrificar la naturaleza del fenómeno que observamos, con el pretexto de parecer más sabio.
La parte de lo irracional. — Otro carácter esencial de la acción de los seres vivos ha sido esclarecido sobre todo por Bergson. Toda acción contiene, en menor o mayor proporción, algo de imprevisto, inesperado, nuevo. Ninguna acción nueva es completamente idéntica a otra acción del mismo hombre. Toda una serie de ideas importantes acerca de la invención, el progreso, lo contingente, el azar, la historia, deriva de esta espontaneidad, de esta
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