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Psicologia Apreciacion


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2012  •  1.507 Palabras (7 Páginas)  •  340 Visitas

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Es obvio que lo que pueda decir desde estas páginas tiene un sentido precarioy revocable. Acaso hay Discurso completo?.Momento fóbico de la Escritura que trata de sobresaltar a lo no escrito sobre la llamada prostitucion. Degradación del limite con el que intento el borde indeciso de la Falta, nunca la Falta misma: sabemos que es imposible

Lo que sucede al Lenguaje no le sucede al Discurso(1)Por esto es difícil escribir sobre lo que ella dice. Es asi que tuve que realizar un negativo, algo así como en las películas

mudas!.

Este texto es algo que más faltaría a mí, como el objeto T. De Winnicot; algo que le falta al cuerpo del hijo; por eso lo escribo y lo digo excéntricamente cayéndose aquí en esta

Pequeña escena dramática que es la Escucha Analítica.

Ella dijo una vez: “Todo comenzó cuando leí en un baño de una pizzería: “Se busca mujer joven bien puta. Pago bien, llamar a Claudio al Nro...”

¿Cómo podía estar escrito eso ahí? ¿Quién lo habrá escrito?. Me tente. Llame y hable con Claudio. A partir de ahí hable con muchos otros ofreciendo mis servicios. Él me enseño casi todo: con revistas, películas, con su propio cuerpo, etcétera. Aprendí rápido. El dinero lo repartíamos entre los dos por partes iguales. El siempre fue muy cariñoso conmigo. Luego hice el secundario, pero estudie ingles y modelo publicitario. Claudio me ayudo. Puedo decir que fue mi maestro”.

Claudio: un hombre que le enseña a una mujer como hacer el amor con otros hombres. Extraña metonimia que tiene su arquetipo en el “Teseo de la epopeya micénica, que siempre obtiene provecho del amor de las mujeres”. (2)

Este buen “gigoló” quedará con el tiempo fuera del texto. Muere. Ella dice que no sufrió, mas bien fue un alivio. El maestro debía morir, quizás nunca vivió, como su padre al que nunca conoció. Gozo ante la muerte. Profundo sujeto del Inconsciente que, como Urano, devora eternamente sin tragarse a sus hijos. No obstante Cronos cumple con sus destinos.

Él le enseña lo que no sabia (Goce del gran Otro), que la Pulsion es siempre parcial, parte del Ser de lo Real.

La pequeña “a” retenida eternamente en el borde, antes de su caída final. He aquí un goce de retención. Si cae la “a”, cae una pequeña identidad.

Ella dividida en dos que le hace decir: “Yo soy dos personas, a una la conozco bien, a la otra le tengo miedo y sin embargo me atrae, por eso vengo a verte”.

Ella tiene 39 años. Trabaja en una conocida “boite” de la capital. Posee a su nombre, dos propiedades, un auto, algunas joyas de valor, cuentas en bancos y un nuevo “gigoló” que la administra y protege.

Llegó a Buenos Aires, con dos amigas huyendo de la amenaza de su tío paterno que la había violado a los 14 años. Su madre había muerto diez años atrás.

Desde hace algo mas de tres años, con una interrupción de seis meses, esta en análisis con dos sesiones semanales. Su producción atraviesa periodos bastantes diferenciados, unos superficiales, anecdóticos, sociales; a los que le sigue otros profundos, densos, confusos. Ese es su estilo; los dos sabemos y su Discurso oscila todo lo que necesita.

“Después de todo- ella dice- yo soy dos personas”.

Ese después de todo queda resonando y se lo asocia a su deseo de sepultar su pasado. Pero éste retorna cada noche y con él, el “graffiti”. Esa “vedette” textual, instalado en su ocultamiento.

Ella no sabe, obviamente que sabe. Su discurso cuando es transparente se hace opaco y viceversa.

Parecía que es “graffiti”, -metáfora fantasma-, tiene otra historia que retorna como algo vagamente conocido; lo que aparentemente había quedado a fuera, está adentro. Dialéctica del Deseo. Metáfora que revela que:

“El objeto visible no tiene una falsa transparencia (en el sentido de que cae bajo de los sentidos), sino en virtud de su participación en la de la imagen de su propio cuerpo. Este es el modelo de toda transparencia y lo que se transparente en ella soy yo (moi. Pero basta con esta imagen se desligue de su inserción en él yo (“je”), universal y se vaya, si así puede decirse, para que de ello resulte una extrañeza que confina con lo inefable”. (3)

Extrañeza que ella sentía como desde otro mundo, lo que le hacia actuar como una muñeca automática, suave pero penetrantemente repetida como la Olimpia de Nataniel.

“Recordando, recordando, mi tío me dijo una vez que para ser mujer en la cama había que ser bien putita”.

Momento en el que el mundo de los fantasmas queda sometido al Principio de Realidad sin perder su categoría irónica. Ella misma asocia el “graffiti” con lo dicho por su tío (figura subrogada del padre

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