Psicologia Cognitiva

Antes de comenzar con el tema en cuestión, conviene analizar varios conceptos que, bajo mi punto de vista, son necesarios conocerlos. Muchos utilizamos el concepto de “opinión pública” sin realmente conocer su verdadero significado pero, ¿qué es la opinión pública?

“Pues yo todavía no sé qué es la opinión pública”, afirmaba una de las participantes en una conferencia sobre la opinión pública en 1961. Y, la verdad, puede que sea una de las afirmaciones más rotunda que he leído. Lamentablemente, desde ese año, el concepto de opinión pública no es que haya evolucionado, más bien, todo lo contrario, tal y como afirmo en 2003 Noelle-Neumann: “el concepto de opinión pública se ha disuelto cada vez más hasta volverse inútil a efectos prácticos”.

Es cierto que el significado de “opinión pública” es muy difícil de encontrar, pero eso no quiere decir que no tenga significado. Es un fenómeno comunicativo y psicosocial que depende del contexto histórico y socio cultural. Depende tanto del tipo de sociedad como de los intereses políticos del momento, siendo producto de varios factores como la forma de gobierno del momento, el sistema educativo, los estratos sociales pero, sobre todo, de la acción de los medios de comunicación.

Una vez aclarado de forma breve este apartado, conviene dejar claro a través de qué medios se puede formar la opinión pública. Alguno de estos medios son la encuesta y los sondeos de opinión. ¿Pueden estos medios manipular la opinión pública? ¿Muestran lo que realmente piensa la opinión pública?

Una cosa es clara, la prensa “ayuda” al desarrollo de la opinión pública y muchas veces (por no decir siempre) esta está manipulada según la editorial de cada medio de comunicación. Por decirlo de alguna forma: barren para casa”, informan o interpretan los datos según les convenga. Thomas Jefferson dijo que “prefiero periódicos sin gobierno a gobiernos sin periódicos. Cuando la prensa se manipula, se manipula la opinión pública de los ciudadanos. Por lo que lo que se conoce como opinión pública pasaría a denominarse propaganda, todo lo contrario a la opinión pública.

Qué bonito sería que en esta sociedad de masas de la que formamos parte, los medios de comunicación no estuviesen manipulados ni monopolizados por el Gobierno de turno. Pero mucho me temo que esto, por muchos años que pasen, no será posible. Aunque también es cierto que nosotros, que tenemos todos los datos y toda la información posible, debemos preocuparnos de contrastar esos datos para, de esta forma, crear una opinión pública que, de verdad, no esté manipulada.

Las encuestas y los sondeos de opinión pública son una forma de legitimación de la opinión pública. Son importantes porque legitiman el poder político.

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