Psicologia Del Yo
Enviado por alembriz • 28 de Abril de 2014 • 3.753 Palabras (16 Páginas) • 273 Visitas
Desarrollo desde la psicología del yo
La psicología del yo no representa una realidad única. Puede dividirse al menos en dos fases: el periodo Hartmann, que alcanza su apogeo entre los años 1950-1960 (1) para caer durante los años 70s y, a partir de 1960, otro periodo en el que se vuelven predominantes los trabajos de Jacob Arlow y Charles Brenner, quienes no compartían todas las posiciones de Hartmann y sus colaboradores (2). Los psicólogos del yo, aunque ahora agrupados con psicoanalistas de una orientación un poco distinta -bajo la rúbrica de Contemporary freudians -, aún constituyen una corriente importante dentro del psicoanálisis anglófono.
1. La psicología del yo de Hartmann y sus colaboradores.
Hartmann y sus colaboradores introdujeron en Estados Unidos una concepción del psicoanálisis que contrastaba fuertemente con aquélla que predominaba en los años 1920-1930. Así, el lugar que concedían a la metapsicología y su preocupación por la precisión del vocabulario psicoanalítico eran tales que a veces atribuimos el desinterés actual por la terminología metapsicológica a la extrema tecnicidad del vocabulario del grupo Hartmann. La naturaleza de las críticas formuladas hoy contra la época Hartmann también nos da una idea de su distancia respecto a la cultura americana. Se ha reprochado a los psicoanalistas del grupo Hartmann su pasión «europea» por el intelectualismo (european intellectuality) , su autoritarismo (germanic order) y los métodos jerárquicos de enseñanza que imponían en los institutos de psicoanálisis. Su apego al «dogma clásico» sólo podría compararse a su positivismo, su conservadurismo político y su rechazo hacia cualquier reflexión que se dirigiese de algún modo a la integración de factores culturales y relacionales en psicoanálisis. Estaban plenamente convencidos de la verdad del complejo de Edipo, al que por lo demás otorgaban un estatuto determinante (3). Por otro lado, la hegemonía ejercida por la psicología del yo sobre el psicoanálisis americano ha sido ampliamente comentada: se ha criticado especialmente el dogmatismo de los psicólogos del yo y, sobre todo, su oposición al pluralismo, que mantuvo al psicoanálisis americano temporalmente apartado de las escuelas relacionales británicas y de las escuelas de las relaciones de objeto.
Las relaciones de los psicoanalistas americanos con la psicología del yo de este periodo no son unívocas. En efecto, a pesar de desacuerdos reales, los psicoanalistas contemporáneos le deben numerosas concepciones. En el capítulo de los desacuerdos, hay que señalar sobre todo el papel de la metapsicología, la naturaleza (y hasta la existencia) de las pulsiones, el rechazo del kleinismo, la definición y el manejo de la contratransferencia, el estatuto científico del psicoanálisis y su pretensión de objetividad. La cuestión de las influencias es más ambigua. Ciertas posiciones del grupo Hartmann, algunas de las cuales hoy son rechazadas, vinieron a reforzar tendencias preexistentes del psicoanálisis americano y, por lo tanto, se integraron en un ambiente cultural cuyos rasgos dominantes todavía destacan. Al respecto, sin duda los elementos más significativos son la noción de adaptación, el abordaje psicológico en psicoanálisis, el reconocimiento de una zona aconflictual y de funciones autónomas del yo, el rechazo de la noción de pulsión de muerte, la introducción de la noción de self y el refuerzo de la perspectiva genética en psicopatología.
A) La noción de adaptación . – A menudo los estudiosos definieron de forma reductora la noción de adaptación propia a la psicología del yo del periodo Hartmann. Por ejemplo, la asimilaron al conformismo social característico de la era Eisenhower, durante la cual efectivamente se afirmó la influencia de la psicología del yo). Algunos relacionaron el concepto de adaptación con las contribuciones de Adler a la psicología del yo (4). Otros se negaron a adherir a tales interpretaciones, señalando que Hartmann no confundía adaptación con ajuste social. Su teoría de la adaptación se acercaba más bien a las nociones de asimilación y acomodación de Piaget: se trataba tanto de modificar el medio como de adaptarse a él.
La noción ego-psicológica de adaptación tuvo una marcada influencia en el psicoanálisis americano actual. Paradójicamente -pues generalmente se considera a la psicología del yo como el prototipo de laone-person-psychology y como la edad dorada de la insistencia en los fenómenos endógenos e intrapsíquicos- fue Hartmann quien introdujo en la psicología del yo el concepto de « average expectable environment », contribuyendo así a un retorno del interés por el ambiente y los factores exógenos, de los que el psicoanálisis se había alejado desde que Freud abandonara a su neurótica . Este movimiento armonizaba con las tendencias ambientalistas del psicoanálisis americano que habían surgido en los años precedentes. Incluso si los psicoanalistas actuales no lo reconocen fácilmente, la noción hartmanniana de adaptación ha desempeñado un rol en la evolución de las teorías de las relaciones de objeto y, sobre todo, en las teorías relacionales. Algunos sí lo señalaron: Schafer, por ejemplo, afirma que la noción de adaptación, tal y como la formuló Hartmann, abrió especialmente la vía a la tendencia intersubjetiva y que, de no haber tenido la prudencia conservadora que lo caracterizó, incluso pudo haberlo llevado a introducir la noción de intersubjetividad en psicoanálisis, (Schafer, 1997). Este concepto de « average expectable environment » se encuentra también en Winnicott, quien lo utilizó para subrayar la pertinencia de las relaciones interpersonales precoces (5) y también lo desarrolló bajo la forma de la « good enough mother ». Algunas características del psicoanálisis americano contemporáneo remiten, sin referirse a ellos como tales, a los aspectos adaptativos en los que se apoyaba la psicología genética de los psicólogos del yo. La integración cada vez más marcada de las teorías del apego en el corpus psicoanalítico anglosajón constituye un ejemplo elocuente. Al respecto hay que señalar la importancia que, en los años 40, tuvo la psicología del yo británica, agrupada alrededor de Anna Freud, a la que se acercaba el British Independent Group (6) y a la que Bowlby perteneció durante algún tiempo.
B) La zona aconflictual y las funciones autónomas del yo. – Para los psicólogos del yo, el yo constituía el órgano de la adaptación. Si efectivamente tenía esa función no podía desarrollarse a partir del ello, como indicaba Freud en su segunda tópica, sino que debía beneficiarse de una zona libre de conflicto que, a partir de montajes biológicos, resultaría precisamente de sus interacciones con el ambiente. Así, apoyándose en un pasaje
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