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Psicologia En Los Niños


Enviado por   •  5 de Abril de 2012  •  494 Palabras (2 Páginas)  •  348 Visitas

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Con la llegada de un nuevo hijo a la familia, la mayor dificultad para el niño, es aceptar que ocupará el lugar de hermano mayor y que dejará de ser y estar en el centro de la escena familiar.

A partir de ahora cambia su posición dentro de casa. Algo es diferente. Seguramente con sus beneficios y porque no, renuncias por tal cambio.

Inicialmente, lo más difícil y doloroso es que tendrá que aprender a compartir a mamá y a papá.

Sin embargo, aquello que puede convertirse en una desventaja o carga, puede a la vez proporcionarle un privilegio o ventaja, que es justamente la nueva posición que adquiere dentro del núcleo familiar que lo diferencia de su hermano.

Todo dependerá de la actitud que empleen los padres al respecto. No es lo mismo para un niño percibir que sus padres le transmiten algo similar a: “Uy pobrecito, lo que debe estar sufriendo…” a escuchar frases como: “qué bueno verlo cada día más grande y aprendiendo cosas nuevas!”

Será tarea cotidiana, mostrarle al hijo mayor que ese nuevo hermano viene a sumarse y a ocupar un espacio propio y no va a quitarle el espacio que le pertenece a él; que cada hijo tiene un lugar y ese lugar no es intercambiable.

Una responsabilidad de los papás es darle herramientas para que “el mayor”, a su corta edad, pueda hacerse a la idea que “ser más grande” es también un valor dentro de la familia. De este modo el nacimiento de un hermano, gran acontecimiento familiar, no será vivido como una pérdida sino como una ganancia.

Ayudarlo a darse cuenta que él va a ser el más grande y que podrá hacer un montón de cosas que el hermanito aún no.

Siempre es bueno tratar de incluir al hermano mayor en tareas que puedan acercarlo al bebé y dedicar tiempos exclusivos para cada uno.

No es sencillo, lleva tiempo y no se le puede exigir al niño que instantáneamente “quiera a su hermanito nuevo”.

Lo esperable es que sea un proceso de adaptación, lento, ambivalente, con idas y vueltas de gran amor y “odio” natural, indefenso y esperable. Se dará de alguna manera, como en todos los vínculos humanos significativos donde está en juego el amor y la necesidad de no perderlo. Y se expresara de mil formas.

El desafío será poder acompañar estos sentimientos desde el lugar de padres y permitir que se expresen, siempre cuidándolos y que no se expongan a situaciones de riesgo ni para sí ni para los otros, especialmente para el bebé.

Es recomendable poder habilitar un tiempo y un espacio para expresar estos sentimientos, facilitando situaciones como estas:

-“Entiendo que estés preocupado porque mamá no esté jugando todo el tiempo con vos pero quiero que sepas que te quiero mucho, que a veces cuando vos tenés ganas que te preste atención

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