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Psicologia


Enviado por   •  19 de Mayo de 2014  •  15.289 Palabras (62 Páginas)  •  195 Visitas

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ATENCIÓN TEMPRANA

Primeros Consejos

Elección del profesional

Antes de dar algunos consejos generales sobre estimulación, sirvan algunas anotaciones importantes. La estimulación temprana como tal es importante fundamentalmente porque en las primeras edades, el sistema nervioso de los niños presenta una gran plasticidad, es decir, es posible, proporcionando experiencias, establecer nuevas conexiones neuronales y en mayor número que en edades posteriores. Por otro lado, los niños con síndrome de Down son más lentos a la hora de aprender, y necesitan ayuda para adquirir determinados conocimientos, destrezas y aptitudes que otros niños aprenden por sí solos. Por tanto, si no se les ayuda, se corre el riesgo de que no aprendan todo lo que pudieran o de que lo aprendan mal.

Por estas razones es importante comenzar a realizar programas de estimulación temprana lo antes posible. ¿Qué significa lo antes posible?

Significa cuando tanto los padres, o al menos uno de ellos, como el niño, estén preparados. Tras el nacimiento del niño, no conviene obsesionarse por buscar un centro de estimulación rápidamente. Es más importante dejar pasar un tiempo para que tanto el bebé como los padres se adapten a la nueva situación: la prioridad es el proceso de aceptar y querer al hijo, y a medida que todo se va estabilizando, se comienza a pensar en la estimulación.

Supongamos que ya estamos en esa etapa: el niño está en casa, está sano y la organización de la familia está lista. Ahora ¿qué hago?

Es importante buscar un profesional o un centro adecuado, de calidad, que oriente a los padres acerca del trabajo que debe realizarse con su hijo. A veces es preferible que esté cerca de casa, para evitar largos desplazamientos; otras veces niño en nuestro domicilio.

La disponibilidad de tiempo de los padres es otro factor importante: en algunos casos, ambos padres trabajan fuera de casa, mientras que en otros, sólo lo hace uno de ellos, o puede que en la familia falte uno de los padres. Si la disponibilidad de tiempo por parte de los padres es amplia, pueden ser los padres quienes trabajen con el niño siguiendo las pautas del profesional; si, por el contrario, no existe esta posibilidad, quizás otra persona deba hacer el trabajo, ya sea la persona que se ocupe del niño durante la ausencia de los padres, ya sea un profesional.

La frecuencia de las sesiones es otro punto importante. Lo ideal es que todos los días se dedique un tiempo exclusivamente para estar con el niño, en el que se trabajen los objetivos programados de manera lúdica. Independientemente del número de sesiones semanales que se reciban en un centro especializado (lo habitual en los centros de atención temprana son dos sesiones semanales de entre 45 y 60 minutos de duración), es importante reservarle al niño unos momentos todos los días, aunque sean de corta duración.

Por último, el profesional que desarrolle el programa debe tener una formación de base (ya sea psicólogo, maestro, pedagogo) con formación complementaria en educación especial, desarrollo evolutivo, técnicas de estimulación, etc.

Una vez elegido el modelo más adecuado de estimulación, se exponen a continuación algunas consideraciones básicas para que los padres sepan cómo comportarse con sus hijos y qué actividades pueden realizar con ellos. El lector observará que lo que impera es la intuición y el sentido común.

Cómo transportar al niño

En líneas generales, el transporte de un bebé con síndrome de Down puede hacerse del mismo modo que con el resto de los niños. Durante los primeros meses, el modo más idóneo es el cochecito, porque la postura de echado es la más cómoda para él. Conviene cambiarle de posición, entre otras cosas para que la cabeza y el cuerpo no estén siempre apoyados del mismo modo. A medida que vaya adquiriendo más tono muscular, se le puede pasar a una silla (tipo maxi cossi), en la que está aún recostado, pero sin embargo le permite ver más cosas. Si se le pasa a una silla de paseo normal, es importante que sea reclinable, ya que no es recomendable incorporar demasiado a los niños hasta que vayan alcanzando el control cefálico o la posición de sentado.

Cuando tengamos al niño en brazos, es importante mantener sus piernas juntas, para contrarrestar la tendencia natural de los bebés con síndrome de Down a separarlas. Así se evitan patrones incorrectos de movimiento que pueden dificultar la futura marcha. Es importante sujetarles la cabeza y el tronco, si tienen dificultades para mantenerse erguidos. Además, es más beneficioso llevar al niño en posición vertical que tumbado, porque la transición a otras etapas posteriores (sentado) se facilita de este modo.

Otra forma de transporte es el porta bebés o mochila. Si se decide este medio, es importante que el equipo sea de calidad para que el bebé esté sujeto en una posición correcta. Sin embargo, no conviene abusar de ellos ya que las piernas permanecen separadas.

Estimulación sensorial

El bebé reacciona desde los primeros momentos a la información que le llega por los diferentes sentidos, especialmente por el tacto, la vista y el oído. Si los estímulos le llegan por varias vías a la vez (integración sensorial), la respuesta del niño suele ser mayor. Así, si se le canta una canción al niño, se debe ser muy expresivo, mirarle y hacer que él también mire al adulto, e incluso moverle al ritmo de la música. Si se le acaricia, acompañar los movimientos de las manos de palabras, de un ritmo y todo acordes a ellos.

A pesar de que una combinación de estímulos da mejores resultados, por razones didácticas se exponen a continuación ideas de cada tipo de estimulación por separado. Cabe destacar que lo primero es hacer las cosas con naturalidad. Si al dar un masaje a tu bebé, prefieres estar callado escuchando las sensaciones que te transmite el tacto, es así como debes hacerlo. Pero es importante mantener un semblante alegre y motivador.

Estimulación táctil

A los bebés les gusta tocar y ser tocados. Les gusta estar en brazos de sus padres, les gustan las caricias, los besos y los masajes. También les gusta tocar y explorar lo que les rodea. Cuando se cambia de ropa al bebé, cuando se le baña o se le da de comer, el bebé recibe e incorpora multitud de experiencias.

Para proporcionar al niño diferentes sensaciones, se le puede poner en mantas con diferentes texturas, e incluso hacer su propia manta de sensaciones, pegando sobre una tela trozos de material de diferentes colores

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