Psicologia
Enviado por mary201413 • 16 de Septiembre de 2014 • 487 Palabras (2 Páginas) • 153 Visitas
Los niños viven en un mundo de imaginación y sentimiento… confieren al objeto más insignificante cualquier forma que les agrade, y ven en él cualquier cosa que deseen ver. Los niños crecen con rapidez entre los tres y los seis años, aunque menos que antes, alrededor de los tres años, empiezan a perder su redondez infantil y empiezan a adquirir la apariencia delgada y atlética de la niñez.
En la niñez temprana los niños adelgazan y crecen mucho. Necesitan dormir menos que antes y es más probable que desarrollen problemas del sueño. Han mejorado sus habilidades para correr, saltar sobre un pie, brincar y lanzar la pelota; además pueden atarse las agujetas, dibujar con crayolas y servirse el cereal; también empiezan a mostrar preferencia por usar la mano derecha o la izquierda.
El juego da a los niños la oportunidad de practicar lo que están aprendiendo… tienen que jugar con lo que saben que es verdad para descubrir más, y luego pueden usar lo que aprenden en nuevas formas de juego.
La escolarización de la infancia acompaña al proceso paralelo de infantilización de una parte de la sociedad; En el proceso de infantilización de una parte de la sociedad, es decir, en el proceso
Mediante el cual la sociedad comienza a amar, proteger y considerar como agentes heterónomos a los niños, la institución escolar juega un papel central: escolarización e infantilización parecen, según todos los autores reseñados, dos fenómenos paralelos y complementarios.
Aries describe que en la época clásica, la escuela medieval de los clérigos y mercaderes, No parece distinguir en modo alguno las edades de los alumnos ni ninguna condición específica de la niñez
Este establecimiento integrará a niños y adultos y no existen criterios de categorización por edad o “grado” de dificultad.
En verdad sólo por parte de los adultos especializados, los profesionalmente dedicados a la labor de educar en instituciones igualmente especializadas. Surge así, por un lado, el escolar, pero por otro, el pedagogo: una función cada vez más específica que en la modernidad va a tender a masificarse. La institución escolar es el dispositivo que la modernidad construye para encerrar a la niñez. Encerrarla topológicamente, corpóreamente, pero encerrarla también en las categorías que la pedagogía ha elaborado para re significarla. Conviene a este respecto citar in extenso un párrafo de un texto del filósofo francés P. Meyer: «La escuela no es un modo de formación entre otros, ella fue concebida como la primera y, finalmente, como la última. Sus horarios ocupan todo el día de los niños, sus programas ponderan el conocimiento indirecto en detrimento de 1ª experiencia, e incluido en la enseñanza profesional, su disciplina definió un saber ser niño hecho de pasividad, obediencia, de una pedagogía de la intimidación”
Los trabajos de la psicología
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