Psicologia
Enviado por jcdi • 28 de Mayo de 2015 • 384 Palabras (2 Páginas) • 194 Visitas
QUÉ FACTORES PUEDEN CONTRIBUIR A LA INTEGRACIÓN FAMILIAR?
Estar en armonía,Aquello que nos ayuda a desarrollarnos plenamente en el medio ,Las capacidades del individuo El respeto, la cohesion del grupo, el respeto a la intimidad y objetos personales, querer el bienestar de la familia
¿LA AUTORIDAD SE OPONE A LA LIBERTAD DENTRO DE LA FAMILIA?
Podemos entender la educación como un proceso de mejora de la persona y también como un proceso de responsabilización de seres libres. Porque hay que promover la libertad y su correspondiente responsabilidad. No se trata de una mejora parcial, sino de toda la persona en su conjunto y no mejora en abstracto o en vacío, sino en aspectos esenciales como son la libertad, el amor y la fe. La autoridad no solo es poder, sino sobre todo servicio. Es un servicio a la libertad en desarrollo de otros seres humanos que van siendo cada vez más autónomos y más responsables en su propio proyecto de llegar a ser lo mejor de sí mismos, superando las limitaciones personales y ambientales.
La autoridad de los padres, de hecho y de derecho, les viene dada, por la ley natural y avalada por las leyes civiles de cada país, también contemplada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. No es una potestad de dominación, para esclavizar a los hijos, que conlleve una obediencia y subordinación ciega. Es un derecho y un deber, unidos a una serie de obligaciones. Los padres tienen una indiscutible e irrenunciable autoridad moral, legal y social sobre sus hijos, que comienza desde que están en la cuna y continua mientras estén bajo su patria potestad, sigan viviendo en el hogar familiar o no se hayan emancipado legalmente.
¿CÓMO IMPULSAR LA COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA?
Cuando la relación entre padres e hijos se apoya en un profundo acuerdo en lo fundamental, en los ideales básicos y en el respeto mutuo a sus realidades personales, las discrepancias puntuales, aun siendo tensas en determinados momentos, carecen de importancia. Debemos, pues, emplear todas las energías posibles en entender y compartir los ideales de nuestros hijos, influyendo en ellos en la medida que la perspectiva adulta lo indique. Una vez establecidos, el respeto a sus distintas formas de manifestarse será la mejor consigna para la convivencia y la mayor garantía de la consecución de esos ideales.
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