Psicología de las masas y análisis del yo- Freud
Enviado por Eugenia Pio • 7 de Agosto de 2015 • Resumen • 4.113 Palabras (17 Páginas) • 273 Visitas
Psicología de las masas y análisis del yo- Freud
Introducción
La oposición entre psicología social (masas) e individual pierde significación cuando la sometemos a un análisis. En la vida anímica del individuo, el otro cuenta, como modelo, auxiliar, objeto y enemigo, y por eso desde un comienzo la psicología individual es psicología social en un sentido lato y legítimo. La relación del individuo con sus padres, objetos de amor, etc. son considerados fenómenos sociales. Estos fenómenos sociales se oponen a otros procesos, llamados narcisistas, en los cuales la satisfacción pulsional se sustrae del influjo de otras personas o renuncia a estas. Por lo tanto, la oposición entre actos anímicos sociales y narcisistas cae dentro del campo de la psicología individual y no habilita a divorciar a esta psicología individual de una psicología social (masas). La psicología social suele prescindir de las relaciones antes mencionadas y distingue como objeto de indagación la influencia ejercida sobre el individuo por un gran número de personas con quienes está ligado por algo. La psicología social (masas) trata al individuo como miembro de un linaje, pueblo, institución o como integrante de una multitud organizada en forma de masa durante un lapso y para un determinado fin. Debemos considerar a los fenómenos que se muestran bajo estas condiciones como exteriorizaciones de una pulsión social. Nos parece difícil que deba adjudicarse al factor numérico. Por eso nos inclinaremos en dos posibilidades: que la pulsión social no sea originaria e irreducible y que los comienzos de su formación puedan hallarse en un círculo estrecho, como el de la familia. Freud plantea que el psiquismo humano está constituido socialmente y por ello no hay razones para oponer psicología individual y psicología social.
Le bon y su descripción del alma de las masas
El individuo incluido en una multitud adquiere la propiedad de una masa psicológica. El rasgo más importante de una masa psicológica, cualesquiera sean los individuos que la componen, es que el mero hecho de hallarse transformados en una masa los dota de una alma colectiva en virtud de la cual sienten, piensan, y actúan de manera distinta a cómo lo harían cada uno de ellos en forma aislada. Hay ideas y sentimientos que emergen o se convierten en actos en los individuos ligados en masas. La masa psicológica es un ente provisional que consta de elementos heterogéneos, estos están unidos durante un lapso, como las células del organismo forman, mediante su unión, un nuevo ser que muestra propiedades diferentes que sus células aisladas. Si los individuos dentro de la masa están ligados en una unidad, tiene que haber algo que los una, y este medio de unión seria lo característico de la masa. En la masa, según Le bon, desaparecen las adquisiciones de los individuos y, por lo tanto, su peculiaridad. Aflora el Icc racial, lo heterogéneo se hunde en lo homogéneo. La superestructura psíquica es desmontada, despotenciada, y se pone al desnudo el fundamento Icc. Así se engendraría un carácter promedio en los individuos de la masa. Pero Le Bon halla que muestran nuevas propiedades y busca la razón de ellos, en diferentes factores:
- El individuo dentro de la masa adquiere un sentimiento de poder invencible que le permite entregarse a instintos que aislado no lo hubiese hecho. Así, tendrá menos motivos para controlarse, porque dentro de la masa anónima, desaparece el sentimiento de la responsabilidad. Freud agrega a esta causa que el individuo, al entrar en la masa, queda sometido a condiciones que le permiten echar por tierra las represiones de sus mociones pulsionales Icc. Las propiedades nuevas son las exteriorizaciones de ese Icc que contiene como disposición la maldad del alma humana.
- Contagio, contribuye a hacer que en las masas se exterioricen rasgos especiales y al mismo tiempo marcar la orientación de estos. En la multitud, todo sentimiento y acto son contagiosos, de tal manera que el individuo sacrifica su interés personal al interés colectivo.
- Sugestionabilidad, determina en los individuos de una masa particulares propiedades opuestas a las del individuo aislado. El individuo inmerso en una masa después de un tiempo se encuentra en un estado singular, próximo a la fascinación. La personalidad conciente ha desaparecido, la voluntad y el discernimiento quedan abolidos. El individuo perteneciente a una masa psicológica, no tiene conciencia de sus actos.
- Tiene que ver con la idea de identificar el alma de las masas con el alma de los primitivos. En las masas, las ideas opuestas pueden coexistir y tolerarse sin que su contradicción de por resultado un conflicto. La nasa está sujeta al poder mágico de las palabras. Además, las masas nunca conocieron la verdad, piden ilusiones, a las que no pueden renunciar. Lo irreal prevalece sobre lo real.
Los principales rasgos del individuo integrante de la masa son: la desaparición de la personalidad conciente, de los sentimientos e ideas en el mismo sentido por sugestión y contagio y la tendencia a transformar en actos las ideas sugeridas. El individuo deja de ser él mismo, se ha convertido en un autómata carente de voluntad.
Freud dice que la masa es impulsiva, voluble y excitable. Es guiada por lo Icc. Nunca se impone lo personal, ni siquiera el interés de la autoconservación. Abriga un sentimiento de omnipotencia, desaparece el concepto de lo imposible. La masa es influible, crédula y acrílica. Piensa por imágenes que se evocan asociativamente unas a otras, tal como sobrevienen al individuo en los estados del libre fantaseo. Los sentimientos de la masa son simples y exaltados. No conocen la duda ni la incerteza. La masa es excitada por estímulos desmedidos. Es tan intolerante como obediente ante la autoridad. Quiere ser dominada y sometida y temer a sus amos. Conservadora, siente aversión hacia las novedades y progresos y una veneración sin límites por la tradición. Al reunirse los individuos de la masa desaparecen las inhibiciones y son llamados a una libre satisfacción pulsional. Bajo el influjo de la sugestión, las masas son capaces de elevadas muestras de abnegación, desinterés, consagración a un ideal.
Por otra parte Le Bon argumenta que los individuos cuando se encuentran reunidos se ponen instintivamente bajo la autoridad de un jefe. Entiende que los conductores adquieren su predicamento por las ideas que los fanatizan a ellos mismos. El conductor debe poseer una voluntad poderosa y estar fascinado por una creencia. Le atribuye a los conductores un poder misterioso, irresistible, denominado prestigio. El prestigio paraliza nuestra capacidad de crítica. Le Bon distingue entre prestigio adquirido ( la riqueza) y el personal ( adhiere a pocas personas, que en virtud de él se convierten en conductores y hace que todos les obedezcan).
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