Psicosis

Dicho de manera teórica, las psicosis son perturbaciones psíquicas que se caracterizan por la percepción distorsionada de la “realidad”.

La base de la Psicosis son los cambios fisiopatológicos de los procesos de la actividad nerviosa superior que conducen a la alteración de las relaciones mutuas.

La tendencia a distorsionar la realidad para hacerla que embone con las propias necesidades o conveniencias es un fenómeno familiar en la conducta tanto del psicótico como del neurótico y no está del todo ausente en la de sujetos dígase normales. Sin embargo, hay diferencias importantes cuantitativas y cualitativas. El neurótico, pongamos por caso, conserva algo de interés en relacionarse con el mundo y responde al ambiente que le rodea en forma inteligible, con excepción del desorden circunscrito representado por sus síntomas. En cambio, la relación del psicótico con el ambiente esta parcial o globalmente alterada. El enfermo se desinteresa del mundo porque subordina su adaptación ambiental a sus conflictos internos.

Vale notar también la actitud diferente del psicótico y del neurótico ante su enfermedad. Este último reconoce que sus síntomas expresan el hecho de que sufre una perturbación, puede hablar de ella y de sí mismo con relativa objetividad y trata de entender el significado de su conducta. El psicótico no intenta comprender sus desajustes –o por lo menos hasta que traten de convencerlo. Sus alucinaciones y sus delirios (creencias falsas) son para él la realidad. Como consecuencia de su incapacidad para la objetividad, o por lo menos de su percepción, distorsionada en alto grado, de la situación externa, su mundo es una proyección de sus propias fantasías. Es un tanto difícil relacionarse con el psicótico, quien tiene dificultad para compartir con otros su experiencia.

Las psicosis son clasificadas en dos grandes grupos: las psicosis funcionales y las orgánicas. Aunque indudablemente en las primeras intervienes factores ambientales, constitucionales y probablemente trastornos metabólicos; no son evidenciables en ellas alteraciones estructurales del cerebro o de otros órganos y sistemas. Es generalmente aceptado que los factores psicogenéticos juegan en ellas un papel de importancia. En las segundas, que correctamente podrían nombrase como enfermedades del cerebro, hay alteraciones macro y microscópicas de las estructuras nerviosas.

Las esquizofrenias.

Las esquizofrenias son psicosis caracterizadas por la ruptura de la relación con el mundo exterior objetivo (la cual llamo yo “realidad objetiva”) y por una marcada regresión. Esta ruptura con la realidad hace posible la coexistencia de actitudes contradictorias, puesto que las tendencias conflictivas lo son en función de la realidad. Por ejemplo, un enfermo esquizofrénico puede experimenta hostilidad de gran intensidad sin verse interferido por el remordimiento, si justifica su hostilidad desarrollando un delirio de persecución. Distorsionando los hechos, se puede ser destructor y conservar el respeto por uno mismo.

Hay en las esquizofrenias, como en otras psicosis, una perdida de capacidad de distinguir entre estímulos interno y externos. A diferencia del neurótico compulsivo, quien sabe que el acto que se ve impulsado a realizar no tiene realmente sentido, el esquizofrénico que realiza actos extravagantes piensa que actúa así porque las circunstancias lo requieren. Por ejemplo, explica su conducta postulando la existencia de alguna fuerza “externa” que actúa sobre él y lo coacciona.

La esquizofrenia fue descrita como entidad nosológica (de enfermedad) por E. Kraepelin1, quien las separó de las psicosis maniaco depresivas. E. Bleuler2 le dio el nombre de esquizofrenia en lugar del de dementia praecox con que era conocida, tomando en cuenta que no se trata de una demencia en el sentido de dilapidación de las facultades intelectuales y que además, no necesariamente se inicia en la juventud. El termino esquizofrenia (mente hendida o disgregada) hace alusión a la disociación de funciones que es prominente en la sintomatología.

La conducta aparentemente caótica del esquizofrénico adquiere sentido cuando se conoce el significado de los síntomas, los cuales pueden agruparse en:

1) Síntomas que se relacionan con la desconexión del enfermo con el mundo objetivo. (Negación de la realidad): El sujeto exhibe un “aplanamiento” de la afectividad, es decir, sus respuestas emocionales ante las personas y las cosas que lo rodean, familia, juegos, comida, prendas de vestir, etc., carecen de intensidad. De hecho, si reacciona a ellas, es porque las relaciona con sus propias fantasías. De ahí que su afectividad sea, además de insuficiente, impropia.

La capacidad de comunicación del enfermo se encuentra perturbada, ya que carece de incentivos para comunicarse con los demás. Porque no le interesa ser entendido, sus comunicaciones son ininteligibles, salpicadas de incoherencias y de simbolismos. En otras ocasiones, sus expresiones ofrecen los contenidos de su fantasía y tienen una calidad semejante a la de los contenidos oníricos (referentes al sueño).

Funciones que normalmente operan en forma coordinada se independizan unas de otras. Un aspecto de esta disociación ocurre entre los afectos y los contenidos conceptuales, de tal manera que la conducta resulta impropia, inadecuada. Pongamos por caso, un enfermo que exhibe la idea delirante de ser el presidente de México, no tiene inconveniente en someterse a la rutina de la institución e inclusive puede encontrársele en la huerta ayudando al cultivo de legumbres. Otro aspecto de esta disociación es la descomposición interconceptual, que consiste en que los pensamientos se fragmentan y pierden sus relaciones lógicas. Otra manifestación de la desconexión del sujeto con el mundo objetivo es la expresión no restringida de impulsos que ordinariamente se encuentran reprimidos, tales como la expresión directa hostilidad, sexualidad, exhibicionismo, auto-engrandecimiento, etc. Generalmente, el enfermo abandona todo intento de adaptar sus impulsos a las restricciones de la sociedad y los expresa sin ninguna consideración a los derechos u opiniones ajenos.

2) Síntomas que son consecuencia del aumento de la tendencia narcisista: Otros síntomas pueden entenderse como consecuencia de un aumento de la tendencia narcisista. En el grado en el que el enfermo retira del mundo objetivo sus intereses y afectos, los adhiere a sí mismo. Como resultado, se observa una distorsión del sentido del yo. La distinción entre el yo y el mundo exterior ya no está claramente definida: el mundo queda contenido dentro de sí mismo y revela el sentimiento y revela el sentimiento de omnipotencia. Síntomas tales como la despersonalización

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