Qué es el estrés
Enviado por luzingc • 19 de Septiembre de 2011 • 1.885 Palabras (8 Páginas) • 588 Visitas
Qué es el estrés
El estrés, contrariamente a lo que se cree, es una defensa natural del organismo contra situaciones límite que se nos presentan cotidianamente. El problema se da cuando se produce una sobrecarga de esta fatiga y termina derivando en graves problemas de salud. En este artículo podrás encontrar la definición de esta patología tan extendida en el mundo entero.
Seguramente has escuchado cada vez más desde un tiempo a esta parte la palabra estrés, ese tan mentado vocablo que es inmediato sinónimo de cansancio, agotamiento y ansiedad y que puede derivar en graves consecuencias físicas. Pero lo cierto es que no es ese el significado correcto de dicho término.
Sin ir más lejos, estrés (del inglés stress) significa fatiga, pero entendida como una reacción fisiológica del organismo ante determinadas situaciones. Es decir, es algo que padecemos -en mayor o menor medida- todas las personas. Es un mecanismo de defensa para protegernos de diferentes situaciones y se da de una manera natural. El problema es cuando se da una sobreacumulación del mismo y termina generando problemas de salud colaterales que pueden llegar a ser bastante graves.
El acuñador de esta palabra fue Hans Selye, un fisiólogo y médico vienés allá por 1950, cuando publicó su afamada investigación "Estrés: un estudio sobre la ansiedad". A partir de allí es cuando se comenzó a tener en cuenta esta definición del estrés, como fatiga que actúa como mecanismo de defensa.
Obviamente, aquellos que tienen más probabilidades de padecer los efectos colaterales del exceso de estrés son aquellos que tienen muchas responsabilidades, agobio y, además propensión para sufrirlo por sus características emocionales. Algunos inconvenientes como ansiedad, estrés postraumático y trauma psíquico están muy relacionados al estrés, aunque no son exactamente la misma patología.
De todos modos, el estrés puede combatirse de muchas maneras. ¿Te interesa saber cómo? Pues entonces puedes consultar alguno de estos artículos:
• Hierbas para el estrés
• Cómo combatir el estrés
• Música relajante para el estrés
CAUSAS DEL ESTRÉS
Fisiológicas: Estas causas están relacionadas con las enfermedades y lesiones del cuerpo que aumentan la tensión interior de la persona produciendo un nivel de estrés que se vuelve contraproducente hacia uno mismo. Por ejemplo, una enfermedad orgánica produce una reacción negativa en el campo emocional.
Psicológicas: Se relaciona con la vulnerabilidad emocional y cognitiva. Crisis vitales por determinados cambios: infancia, adolescencia, madurez, vejez. Relaciones interpersonales conflictivas o insuficientes. Condiciones frustrantes de trabajo o estudio: excesiva exigencia o competitividad, monotonía, normas incongruentes, insatisfacción vocacional, etc.
Sociales: Cambios sociales en los que cada época trae nuevos retos a afrontar. Cambios tecnológicos acelerados que la persona no puede integrar, etc.
Ambientales: Polución ambiental, alimentación desnaturalizada con tóxicos industriales, lugares de trabajo con poca seguridad o con carga electrostática, microorganismos patógenos, catástrofes, etc.
FASES DEL ESTRÉS
El Dr. Seyle dice que el estrés se manifiesta como un proceso que consta de tres fases que llama “Síndrome General de Adaptación”. Al principio se da una fase en la cual todo nuestro organismo está en alarma. A ella le sigue la movilización del aguante físico, emocional y mental para resistir el estrés. La fase final es la etapa de agotamiento general.
En las tres fases que forman el Síndrome General de Adaptación, se liberan en el organismo agentes químicos y hormonas que si se mantienen durante mucho tiempo terminan estresando al mismo.
Fase de Alarma:
La fase de alarma ocurre cuando experimentamos una situación como un desafío que excede a nuestro control, por ejemplo un susto. Nos prepara para dar una respuesta casi inmediata a la situación que se nos presenta. Así, en esta fase nos esforzamos y luchamos para recuperar el control. Cuando pasa el susto nuestro organismo se relaja y recuperamos el estado de reposo. Si la situación de susto se mantiene de forma continua, pasamos a la siguiente fase.
En esta fase el corazón late más fuerte y rápido subiendo la presión arterial. La sangre se desvía del estómago y de la piel hacia los músculos por si necesitamos realizar movimientos rápidos. Las pupilas se dilatan, la respiración aumenta y los músculos se contraen.
Fase de adaptación:
Cuando no podemos cambiar la situación que se nos presenta el organismo moviliza todos los recursos disponibles para adaptarse a esta nueva situación. Esta fase dura más tiempo pero llega a su límite cuando se agota la energía.
En esta fase la presión arterial sube lentamente. Los tejidos del cuerpo retienen componentes químicos como el sodio. Las suprarrenales aumentan de tamaño y liberan cortisol al torrente sanguíneo, provocando una serie de cambios físicos. El nivel de colesterol aumenta y aparece una pérdida de potasio. Hay un aumento de la secreción de ácidos grasos. Disminuyen las defensas y aumenta el desequilibrio del estado emocional derivando hacia la depresión.
Fase de agotamiento:
Al no poder cambiar la o las situaciones que producen estrés y no ver salida a la situación, se agotan todos nuestros recursos orgánicos y emocionales. El estrés continuo hace que el funcionamiento hormonal libere sustancias químicas que dañan a los tejidos abriendo posibilidades a diferentes enfermedades.
SIGNOS DE ADVERTENCIA
Estudios de psicología moderna nos advierten que el estrés continuo puede generar estados de ansiedad que terminan bloqueando el funcionamiento de los procesos cognitivos, es decir, nuestra claridad mental.
Las preocupaciones recurrentes, por ejemplo, pueden llegar a invadir nuestro sueño y mantenernos despiertos la mayor parte de la noche, y los miedos que se imponen sobre el resto de los pensamientos son capaces de distraernos de lo que estamos haciendo.
La característica central de la reacción que nos produce el estrés es la incertidumbre, una incertidumbre que dispara un estado de alerta para corroborar la eventualidad de una amenaza.
Signos emocionales
Apatía e indiferencia, ansiedad, miedo, sensación de inutilidad.
Depresión, irritabilidad y estado defensivo.
Fatiga mental: problemas
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