RELIGION ROMANA CRISTIANISMO EL CRISTIANISMO
Enviado por ignacioalberti • 7 de Diciembre de 2014 • 751 Palabras (4 Páginas) • 225 Visitas
RELIGION ROMANA CRISTIANISMO
EL CRISTIANISMO
LA TRANSFORMACIÓN MORAL BAJO EL IMPERIO: La paz y la prosperidad de que gozaba el mundo bajo administración imperial fueron causa de que despertaran en los hombres nuevas necesidades.
El ideal humano bahía consistido hasta entonces en ser un buen soldado y un buen ciudadano. Pero como se había perdido la costumbre de la guerra y la vida política había decaído, es decir, que la vida externa casi no existía, los hombres buscaron los goces de la vida interna y atendieron a desarrollar en ellos las virtudes morales en lugar de las antiguas virtudes militares y cívicas. El movimiento, lento en la época de los primeros emperadores, se propagó bajo los Antoninos, en tal grado que estos mismos príncipes dieron ejemplo para esa transformación moral.
La religión romana no respondía a ninguna de las preguntas que el hombre podía hacerse sobre su hado, su dignidad y sus deberes; en efecto, dicha religión no conllevaba ninguna enseñanza moral. Como se ha visto, se reducía a un culto en el que los sacrificios eran, ya el pago de una deuda, ya anticipada seguridad contra una desgracia que podía acontecer. El dios vendía su protección; no daba reglas para bien vivir; hacía respetar las propiedades y los contratos; no guiaba las conciencias; su competencia no se extendía más allá de los intereses materiales.(imagen: Séneca)
La filosofía de los griegos atendió a los intereses morales, Pitágoras, Sócrates y Platón concibieron la idea de un Dios superior, la distinción del bien y del mal, y las leyes de la conciencia. Cuando, después de la conquista de Grecia estuvo de moda en Roma estudiar las letras griegas, los hombres cultos mostraron interés por esas nobles teorías, que dejaron de ser materia de discusión el día que Cicerón las tradujo en latín en sus tratados, para convertirse en preceptos de moral social. El gran orador puso la ciencia moral al alcance de todos los que sabían leer.
El concepto de que es necesaria una regla de vida, llegó a ser una preocupación general bajo el imperio. Bien se advertía que para ser
honrado no bastaba el temor de la ley y de los agentes de justicia. Se buscaron consejos en los filósofos, los cuales llegaron a ser directores de conciencia.
El más famoso de entre ellos fue Séneca, preceptor de Nerón, quien predicaba el desprecio a las riquezas, la impasibilidad ante el dolor y el cuidado exclusivo de la dignidad humana. Era la doctrina severa de los filósofos estoicos, que si conducía al orgullo y al egoísmo, en cambio, establecía los derechos de la conciencia; decir que todo hombre es sagrado, equivalía a condenar la esclavitud y las hecatombes de gladiadores.
Lo que Séneca había predicado, Epicteto (imagen) , esclavo de un liberto de Nerón, lo puso en práctica. Vivió pobre y santamente, despreciando las riquezas y los honores, y atento únicamente
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