Recalcati M. - La hora de clase Capítulo 1: La escuela perdida

Capítulo 1: La escuela perdida

El nuevo rostro de la escuela

La escuela ha dejado de ser la punta de diamante en un sistema disciplinario que actúa como una microfisica del poder capaz de fabricar vidas ordenadas según rígido ideal normativo. su existencia ya no puede ser inscrita por ley en la serie instituciones totales( carcel hospital ejército). Ha dejado de ser un aparato ideológico del estado con la misión de llevar a cabo un aislamiento ideológico de consenso.

El tiempo de la escuela dejado de ser aquel que le llevaba agente ideológico fundamental en la transmisión de una cultura del régimen para pasar a hacer el de una institución extraviada, por un lado se ve suplantada en su función social y, por otro, cada vez más exigida por por tareas que trascienden tal función.

El problema de la escuela hoy es su dramática evaporación, el riesgo de extinción en el que se haya, es el mismo proceso que afecta la figura paterna.

En esta línea la crisis del discurso educativo no consiste únicamente en la crisis del poder disciplinario en el proceso de formación sino por encima de todo en la crisis de su propio sentido y de ese proceso que pretende definirse como educación.

La escuela neoliberal exalta la adquisición de las competencias y la primacía de la ser y suprime o relega a un rincón apartado todas formas de conocimiento no relacionado de manera evidente con el dominio pragmático de una productividad concebida sólo en términos economicistas.

Vidas torcidas u ordenador

En esta situación que atraviesa la escuela hoy la angustia ya no invade a los estudiantes frente al Capricho sádico de los profesores sino al propio cuerpo docente que frente al vaciado de sentido que ha arrollado a la escuela se ve compelido a responder a tareas cada vez más imposibles. No es casualidad que frente a la inactividad y a la licuefacción del Otro, la hiperactividad se manifieste como una patología muy extendida y como una patología paradigmática del discurso capitalista: la evaporación del Otro institucional promueve la hiperactividad excitante y mortífera de un individuo que ya no sabe dediques simbólicos.

hoy prevalece un modelo hiper cognitivo que aspira a emanciparse por completo de toda preocupación por los valores, para fortalecer las competencias orientadas a resolver problemas en lugar de saber planteárselos.

Las cabezas funcionan como ordenadores, Cómo mapas cognitivos que requieren sus oportunas actualizaciones. De esta manera el conocimiento se extiende horizontalmente y pierde toda verticalidad.

En el cientificismo del que la ideología de las competencias es una expresión actualísima, el saber anónimo y robotizado del Otro domina sin límites y reduce el sujeto a recipiente pasivo que ha de ser llenado de contenidos. En la psicosis al igual que en el cientificismo no queda lugar para la individualidad.

Un oficio imposible

Hoy podemos medir la crisis del discurso educativo y su peligro de extinción alimentando un culto del goce desvinculado por completo del deseo que se revela fatalmente destructivo.

En este sentido emerge la ley del porque no: porque no disfrutamos hasta morir? por qué no disfrutar más allá de toda ley?

Para contrarrestar el predominio de esta versión perversa de la ley habría que asegurarse el mantener vivo a otra pregunta: si la experiencia del límite ha perdido su sentido ¿como reintroducir en todo proceso de formación la función traumática pero beneficiosamente positiva de esa experiencia?

en este sentido lo imposible es un nombre del encuentro traumático con el límite que la experiencia lenguaje hace posible. el profesor se vuelve un sustituto del padre de una ley fuera de toda discusión y la escuela Edipo se cimenta en la alianza entre padres y docentes como también la propia concepción de la institución sólida piramidal y panóptica. Así la formación se concibe como un enderezamiento moral y autoritario de las distorsiones individuales y el pensamiento crítico se ve como una insubordinación ilegítima de la uniformidad identitaria.

De esta manera el saber que se transmite un saber sin subjetividad, carente de singularidad, centrado en la autocrítica de la tradición.

Si por un lado la escuela Edipo genera obediencia sin crítica uniformidad sin diferencia por otro desencadena fatalmente impulso de conflictividad,

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