Sexismo, diferencia de poder que existe entre hombres y mujeres

Sexismo

Se define el sexismo como aquella diferencia de poder que existe entre hombres y mujeres (Ovejero, Yubero, Larrañaga y Navarro, 2013), estas diferencias surgen debido a la existencia de prejuicios y comportamientos discriminatorios que se originan por la condición de género (Morales, Moya, Gaviria y Cuadrado, 2007). El sexismo es una actitud negativa y discriminatoria que se basa en una inferioridad atribuida a la persona por su sexo, al igual que el racismo, el sexismo se caracteriza por una notable manifestación de discriminación, subordinación, jerarquización y violación (Kerner, 2009), incluso si hay ausencia de prejuzgar intencionalmente (Myers, 2003). Asimismo, Swin y Hyers (2009), mencionan que el sexismo no sólo está restringido a las actitudes, creencias y conductas que presentan los individuos, sino que éstas también se pueden notar en organizaciones, instituciones y culturas, los cuales se ven reflejados, ya sea por evaluaciones negativas de las personas en función del género o porque aceptan y apoyan un estatus entre hombres y mujeres heterogéneo (Ovejero, Yubero, Larrañaga y Navarro, 2013).

Actualmente no se puede aseverar que el sexismo se da en niveles similares tanto en hombres y mujeres (Zubieta, Beramendi y Sosa, 2011), ya que la mayoría de las sociedades actuales presentan como rasgo estructural la dominancia masculina (Morales, Moya, Gaviria y Cuadrado, 2007), esto también se sustenta en las diferencias  que se observan en hombre y mujeres al momento de expresar la sexualidad, en donde existe una mayor restricción para las mujeres (Careaga, 2003). En este sentido, el sexismo hacia la mujer también es explícito en el campo laboral, Zubieta, Beramendi y Sosa (2011) mencionan que a pesar de los intentos de fomentar la inserción de hombres y mujeres en el mercado de trabajo de forma similar, aún persiste la desigualdad entre sexos, debido a que comúnmente se observa que las mujeres se desempaña en actividades del sector de servicios tradicionalmente “femeninas”, tales como la enseñanza, actividades comerciales y servicio sociales y de salud, descartando su accionar en actividades de apoyo tecnológico, mientras que las posiciones directivas están ocupadas mayoritariamente por varones (Vaamonde, 2010, 2013).

Cabe mencionar que la expresión del sexismo de una forma abierta, actualmente es categóricamente rechazado en términos legales y sociales, ya que va en contra de patrones de conductas normales para la sociedad, no obstante, esto no garantiza que el sexismo haya desaparecido, sino que ha adquirido nuevas formas de expresión. Bajo esta perspectiva, diferentes autores (García, Palacios, Torrico y Navarro, 2009; Myers, 2003; Morales, Moya, Gaviria y Cuadrado, 2007; Ovejero, Yubero, Larrañaga y Navarro, 2013; Vaamonde, 2010, 2013; Zubieta, Beramendi y Sosa, 2011) coinciden con la Teoría del Sexismo Ambivalente, propuesto por Glick y Fiske, según la cual el sexismo puede manifestarse de dos maneras: hostil y benévolo. El sexismo hostil hace referencia al sexismo tradicional y prejuicioso, basado en una supuesta inferioridad de las mujeres como grupo, y que por lo tanto necesitan ser dirigidas y controladas por el hombre, mientras que el sexismo benévolo es mucho más sutil, expresa un deseo por parte de los hombres de cuidar de las mujeres, protegerla y “adorarlas”, buscando un afecto positivo en el perceptor, así como suscitar conductas pro sociales o de búsqueda de intimidad.

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