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Sexo Y Discapacidades


Enviado por   •  5 de Julio de 2014  •  2.347 Palabras (10 Páginas)  •  312 Visitas

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SEXO Y LAS DISCAPACIDADES

Al igual que las personas mayores, los discapacitados (especialmente aquellos cuyas discapacidades físicas les hacen depender de otros) son considerados como personas carentes de sexualidad o como niños (Nosek et al., 1994). Dichas visiones están basadas en conceptos erróneos sobre las funciones sexuales de las personas discapacitadas. Sin embargo, algunos de estos niños y estereotipos pueden dejar de ser considerados como tales, en parte debido al éxito de los movimientos por los derechos civiles y sociales de la década de 1970, y a la atención centrada en la sexualidad de las personas con discapacidades, en películas como coming home, nacido el 4 de julio y mi pie izquierdo.

Pregunta: ¿Cómo afectan las discapacidades físicas al funcionamiento sexual? Una persona puede haber nacido con un deterioro corporal, o haberlo adquirido, o puede sufrir la perdida de una función, o haber experimentado un cambio que desfigure su aspecto. Aunque las discapacidades pueden requerir que la persona precise adaptaciones para desarrollar su sexualidad, la mayoría de las personas con discapacidades tienen las mismas necesidades sexuales, sentimientos y deseos que las personas que no sufren discapacidades. Su capacidad para expresar sus sentimientos y necesidades sexuales depende de las limitaciones físicas impuestas por su discapacidad, su adaptación a su discapacidad y la disponibilidad de su pareja. El establecimiento de relaciones sexuales maduras, por lo general, requiere cierto distanciamiento de los padres. Por ello, las personas con discapacidades que son físicamente dependientes de sus padres pueden encontrar especialmente difícil desarrollar una relación sexual. Los padres, conocedores del desarrollo sexual de sus hijos, pueden ayudarles facilitándoles una cita. Pero a veces los padres llegan demasiado lejos en la súper protección de sus hijos:

• las chicas adolescentes con discapacidad tienen las mismas ideas, esperanzas y sueños sobre sexualidad que las chicas sanas. Han aprendido lo que se espera de ellas como mujeres en los medios audiovisuales y en otros medios, y pueden experimentar dificultades si carecen de más información educativa sobre sexualidad y funciones sexuales. Además, sus expectativas puedan crear problemas con la familia, la cual puede querer proteger o ser demasiado indulgente con la hija y no permitirle “crecer”.

• En muchos casos, las familias están intensamente implicadas en la vulnerabilidad emocional y sexual de la hija y esperan que “nada malo” le ocurra. Por eso, pueden animarla a vestir ropa juvenil y mantenerla sana y salva como si fuera una niña pequeña. Las familias pueden asumir erróneamente que la hija no tiene ante ella una vida sexual y la protegen de la amarga realidad con ropa de niña y tratándola como si fuera aun una niña. El resultado puede ser, por supuesto que la joven mujer emergente no sepa actuar sexualmente, como mujer en la sociedad en la que vive. Ella continuara con un comportamiento infantil. (cole, 1988, pp. 282 – 283.)

• En dichas familias se dice a los jóvenes con discapacidades que el sexo no es para ellos. Cuando maduran, pueden necesitar consejo para ayudarles a reconocer sus sentimientos sexuales como algo normal, y a realizar cambios responsables en su vida, explorando su sexualidad.

Las discapacidades físicas

De acuerdo con Margaret Nosek y sus colegas (1994), el bienestar sexual entre personas discapacitadas, así como entre la población en general, implica cinco factores:

• Concepto sexual positivo de uno mismo, considerándose uno mismo sexualmente capacitado y como persona.

• Conocimientos sobre sexualidad.

• Relaciones positivas, productivas.

• Acabar con las barreras sexuales (sociales, ambientales, físicas y emocionales).

• Mantener lo mejor posible la salud general y sexual, tan solo sujeta a los límites de uno mismo.

Por supuesto, este modelo es aplicable a todos nosotros. Consideremos ahora los aspectos de las discapacidades físicas específicas y la sexualidad humana.

 Parálisis cerebral.

La parálisis cerebral, por lo general, no debilita el interés sexual, la capacidad para alcanzar el orgasmo o la fertilidad (Reinisch, 1990). Sin embargo, dependiendo de la naturaleza y del grado de espasmos o falta de control muscular, las personas afectadas pueden verse limitadas para ciertas actividades sexuales y posiciones coitales.

La importancia de la educación sexual para personas discapacitadas queda patente en el caso de un hombre con parálisis cerebral:

Un hombre de 40 años de edad, con parálisis moderada, vino a verme buscando consejo sexual. Cuando le pregunte por que había venido a pedirme consejo, dijo: “creo que ya soy suficientemente mayor para aprender sobre sexo”. Tenía formación universitaria, un trabajo a tiempo completo y vivía solo; se había independizado de sus padres hacia tres años. Continuando con las preguntas, comprobé que sus conocimientos sexuales consistían en que tenía pene, pero no sabía nada sobre la sexualidad humana o la anatomía femenina. Cuando le pregunte si alguna “sustancia blanca, pegajosa” había salido de su pene, replico: “si ¿si no tiene nada que ver con mi parálisis cerebral? (Knight, 1989, p 186).

Las personas con discapacidades como parálisis cerebral a menudo sufren de rechazo social durante la adolescencia y se ven a sí mismas como incapaces o indignas para mantener relaciones sexuales íntimas, especialmente con personas no discapacitadas. A menudo se socializan en un papel asexual. Los consejos pueden ayudarles a entender y aceptar su sexualidad, promovida por una imagen más positiva del cuerpo, y proporcionándoles las habilidades sociales para establecer relaciones íntimas.

 Lesiones de la medula espinal.

Las personas que sufren discapacidades físicas, como resultado de lesiones traumáticas o enfermedades físicas, no solo deben aprender a hacer frente a sus limitaciones físicas, sino también a adaptarse a un mundo creado para personas no discapacitadas. Las lesiones de medula espinal afectan a entre 6,000 y 10,000 personas anualmente en Estados Unidos, por ejemplo (Seftel et al, 1991).

La mayoría de las personas que sufren lesiones de medula espinal son hombres jóvenes y activos. Los accidentes automovilísticos o pedestres son los que provocan la mitad de estos casos. Otras causas comunes incluyen las heridas de bala o arma blanca, los deportes de riesgo y las caídas. Dependiendo de la localización del daño en la medula espinal, la pérdida de control voluntario (parálisis) puede tener lugar en las piernas (paraplejia) o en las cuatro extremidades están por debajo de la zona que presenta la lesión. La mayoría de las personas que sufren

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