Sexualidad Noviago

Las personas nacen, crecen, viven y mueren, pero ¿acaso amaron en el lapso de su faena terrenal?, si es así fuimos felices en este corto deleite llamado vida, y si no es así los culpables son “terceros”: dinero para los tacaños, el destino o para los blasfemos, Dios; familiares (la hermana, el padre o la famosísima suegra) o a los amigos, y la pareja dulce e inocente no se da cuenta que el problema radica en la gran mayoría de los casos en ellos mismos, en su incompatibilidad momentánea.

Las personas son demasiado quejosas y ególatras para darse cuenta que la carencia de concordancia no es solamente problema de su pareja; ignoran el retrovisor y eso no les permite visualizar sus propias faltas.

El déficit en el reconocimiento mutuo, como pareja, las ambiciones, sueños, metas, tradiciones, costumbres y esperanzas que no sigan el riel apropiado, por ambos bandos; estará destinada a fracasar. Muchas veces la balanza está desequilibrada y las acciones convenientes se dirigen a un solo polo, provocando fluctuaciones en la relación que tarde o temprano (dependiendo de la personalidad del individuo) repercutirá en el pago al equilibrio que el anterior beneficiario ostentaba, provocando así una discusión.

Es por ello que, antes de comenzar una relación no se fije un cheque en blanco, sino que se establezcan montos fijos para que ninguna de las partes caiga en una sublime paga, que ocasionalmente va acompañada de cargos por intereses.

Para lo anterior es necesario conocerse, tener historia y tener idea de a que se está arriesgando y a que, posiblemente, te enfrentarás, ello para poder aventurarte a una relación que podrás considerar como una ventana al crecimiento personal, pudiendo ser los mejores días de tu vida, o cayendo a un abismo de deterioro constante.

Concluyendo en que, para poder acercarse al alma de otra persona es necesario primeramente conocer la propia, posteriormente la del individuo a sincronizar tu esencia y lo que crees que merece ser arriesgado para que la relación de frutos, sin importunar a ninguna de las partes; sin ir en retroceso y que el aprendizaje sea mutuo y positivo.

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