Sufrimiento en las instituciones

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[pic 11][pic 12][pic 13][pic 14]UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO

FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD

CARRERA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA

PSICOLOGÍA DE LAS INSTITUCIONES

QUINTO SEMESTRE “B”

ALEX RAMOS

PS. CL. ROCÍO PONCE

SUFRIMIENTO EN LAS INSTITUCIONES

12 de agosto de 2014

Abril – Septiembre 2014

SUFRIMIENTO EN LAS INSTITUCIONES

E

n el presente ensayo estudiaremos y analizaremos la relación que existe entre: el individuo, su realidad psíquica, y la institución, así tratando de explicar cómo la institución influye en el sujeto y el sujeto para la institución, generando el sufrimiento. Si bien se ha estudiado que la institución es un organismo de soporte para la persona -identificación y deseo-, entonces se puede decir que la relación mencionada anteriormente hace que la institución lo aloje, lo reciba, y le permite ser lo que es. Al mismo tiempo que la institución es formada por el sujeto, este la puede modificar, la habita, la vive y la sufre y viceversa. Es ahí donde el sujeto forma su sociabilidad, su subjetividad y su continuidad del yo.

El sufrimiento es un estado de displacer o insatisfacción penetrante que es parte de la vida, término que se adhiere tanto a la falta como al exceso, y que se estructura en nuestra vida psíquica deseante insatisfecha. Es un efecto de nuestra esperanza de dejar de sufrir, es decir, desear ya no desear más. Se puede decir que el sufrimiento sobreviene cuando empieza el fracaso del mantenimiento de la continuidad del yo, dada la amenaza a nuestras identificaciones fundamentales^[1]. Según Kaes este sufrimiento, constituido en una evolución incontrolada de la angustia, es patológico (Kaes, 2005, pág. 55), que genera daño no solo en la vida psíquica interna individual sino también en la trama de las redes del vínculo, dicho en otras palabras, el espacio compartido por el conjunto y por tal motivo no solo se orienta a la búsqueda de la causa, sino a la búsqueda de los diferentes sufrimientos que se generan en la vida institucional, en tanto no solo se enfoque en la historia personal, sino además indagar en la red vincular. Entonces, este deterioro de la vida psíquica del sujeto empieza a hacer surgir sus efectos de incapacidad para generar bienestar con la institución, perder el deseo, dañar el vínculo, su integridad como persona, lo cual entrama el conflicto laboral o la discapacidad para amar o tolerar la frustración en la institución, sea consciente o no. Todo esto conlleva al desarrollo de mecanismos de defensa que son instaurados por el sujeto como por la institución, que tratan de proteger de lo negativo y evitar el sufrimiento.

Ahora bien, ¿Cuál es el sujeto sufriente en la institución? Es equívoco pensar que la institución es la que sufre debido a que es un espacio psíquico común, es decir, de todos. El objeto no sufre, los que sufren son los que integran ese objeto (institución como una realidad de permanencia para identificación y deseo), dicho en otras palabras, según Kaes, sufrimos nosotros, con esa relación que establecemos hacia la institución. Sufrimos en lo que representa la institución en nosotros, el valor que le asignamos como fuente de nuestros deseos o negación de los mismos, en lo que nos permite permanecer e identificarnos para darnos continuidad del yo, eso es lo que en realidad sufre.

El sujeto sufre por el simple hecho de pertenecer a un espacio institucional, sufre en la relación que mantiene conscientemente, donde se prescribe la desigualdad y la inequidad de la obligación y el beneficio obtenido, que son fomentados por la restricción de los deseos, el obstáculo a la libre expresión de pensamientos y el impedimento de los intereses personales que son efectos de los contratos, del grupo, uniones, compromisos, obligaciones, deberes y convenios. Según Kaes se sufre en la paradoja de la falta como en el exceso de la institución, en el incumplimiento de sus garantías y en el impedimento a sus integrantes de realizar las tareas primarias. Para continuar voy hacer hincapié en el término goce  (Lacan, aclaraciones del goce), que refiere que es un término que abarca tanto el placer como el displacer, es decir, nos saturamos de la falta y el exceso, entonces en similitud con Kaes el sufrimiento en la institución se manifiesta en plena constancia del deseo exacerbado y la carencia del mismo donde se envuelven los diferentes motivos por el cual nos relacionamos o formamos parte de una de una institución.

Otro de los rasgos específicos del sufrimiento es no saber porque sufrimos, es decir, no conocer el objeto, la causa, el motivo de ese sufrimiento en la institución (Kaes, 2005, pág.57). ¿A que refiere este rasgo? Simplemente es no saber quién se es en la institución (no individuación) o tal vez apegarse férreamente a la institución hasta llegar al punto de perderse y no conocer el espacio individual psíquico y por la misma razón no conocer el espacio compartido del conjunto y en consecuencia se genera la pérdida de los límites del sujeto y la institución, lo que lleva al nacimiento de la angustia por conocer estos límites de referencia que permiten diferenciar el yo del otro.

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