SÍNDROMES DEMENCIALES: LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

INTRODUCCIÓN A LOS SÍNDROMES DEMENCIALES

La demencia es un síndrome clínico que se caracteriza por una pérdida adquirida por una pérdida de habilidades cognoscitivas y emocionales de suficiente severidad para inferir con el funcionamiento social, ocupacional, o ambos. Se estima que la demencia se ha convertido en el tercer problema de salud en los países desarrollados.

El predominio de la demencia aumenta drásticamente con la edad, con las estimaciones del predominio, aumentando cerca del 6% entre las edades de 75 a 79 años, y a más del 30% entre las edades de 90 a 94 años (O’Connor, 2005). La sociedad ha envejecido durante las últimas décadas debido al aumento de la esperanza de vida, afectando a la capacidad para realizar las actividades elementales de la vida diaria.

La presencia de demencia no implica siempre irreversibilidad, esto es, se distinguen entre demencia reversible (con remisión en el tratamiento adecuado) y demencia irreversible (consecuencia de disfunciones cerebrales sin tratamiento eficaz en la actualidad). El padecimiento de este trastorno se asocia a su vez con la alteración de funciones como el lenguaje, el cálculo, el razonamiento, el pensamiento abstracto, la praxia, la gnosia y las alteraciones de la personalidad del individuo.

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Se distinguen cuatro tipos de demencias, destacando la dificultad existente de establecer un diagnóstico diferencial, debido a que no existe una evidencia psicopatológica clara.

- El síndrome demencial: Engloba un conjunto de síntomas psicológicos y comportamentales sin causas precisas, caracterizado por las alteraciones de memoria, razonamiento, orientación y repuestas emocionales inadecuadas. En este tipo de demencia, el estado de confusión es reversible realizando la intervención temprana.

- La demencia vascular: Consecuencia de infartos cerebrales que producen la muerte de células en determinadas áreas del cerebro. Los síntomas se suelen manifestar por la desorientación, dolores de cabeza, disminución del vigor físico y mental y más tarde lo acompañan las alteraciones de memoria y razonamiento.

- La demencia subcortical: Implica la pérdida de células en las estructuras subcorticales del cerebro que son muy ricas en neuronas. Se caracterizan por la aparición de una desaceleración de todos los movimientos y procesos mentales del individuo, acompañado de alteraciones de memoria y motivación. Además destacan los trastornos afectivos caracterizados por episodios de irritabilidad, indiferencia y apatía. Destacan la enfermedad de Parkinson y de Huntington.

- La demencia cortical: Provocada por una lesión en la corteza cerebral, aunque con frecuencia están afectadas estructuras subcorticales. Se caracteriza por una pérdida progresiva de funciones cognitivas superiores: la memoria, la atención, la orientación temporoespacial, la falta de concentración, la resolución de problemas, etc. A su vez, se acompañan con alteraciones del sueño y de conducta, depresión, deambulación, descoordinación motora, etc. Aun con estas disfunciones, los individuos preservan la memoria emocional. Destacan la enfermedad de Pick y Alzheimer.

Una de las principales formas de demencia es la enfermedad de Alzheimer. Dicha enfermedad progresa con la edad, desde un 5-10% a los 60-65 años a un 45-50% en mayores de 85-90 años. La enfermedad de Alzheimer representa uno de los problemas sanitarios más importantes del mundo occidental debido al progresivo envejecimiento de la población junto a un gran número de enfermedades asociadas que padecen las personas en la edad de senectud.

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ORIGEN Y DEFINICIÓN DEL ALZHEIMER

Aloysius Alois Alzheimer (psiquiatra y neurólogo alemán) identificó por primera vez en el año 1907 los síntomas de lo que luego se conocería como enfermedad de Alzheimer. Sus investigaciones y estudios llevaron a concluir que se trataba de una forma de una forma particular de demencia que puede aparecer antes de los 50 años de edad.

Años después, se comprobó que la mayor parte de las demencias que sufría la población mayor se caracterizaba por los signos y síntomas descritos por Aloysius Alois Alzheimer. Actualmente se diagnostica como un síndrome cerebral de etiología cortical, afectando de forma progresiva e irreversible a alrededor del 3% de las personas mayores de 65 años.

La ONS define la enfermedad del Alzheimer como una dolencia degenerativa cerebral primaria de etiología desconocida, que presenta síntomas neuropatológicos y neuroquímicos característicos. El trastorno se inicia generalmente, de forma insidiosa y lenta que evoluciona progresivamente durante años. La evolución acostumbra a ser larga (entre 8 y 10 años), aunque a veces puede ser de 2 a 3 años.

Una demencia degenerativa cortical como es la enfermedad de Alzheimer se caracteriza por la desestructuración de las funciones cognitivas a niveles cada vez más básicos y rudimentarios. Esta involución se produce en todas las áreas de conocimiento atravesando unas fases determinadas.

Los enfermos de Alzheimer presentan una serie de trastornos psicológicos y comportamientos anormales, como depresión, ansiedad, ir de un lado a otro, hacer ruido, negarse a los cuidados, escaparse, encender y apagar las luces, enfadarse con facilidad, tirar la comida, gritar, insultar, etc. Los enfermos llegan a angustiar, irritar y asfixiar especialmente a los cuidadores más directos.

Los trastornos psicológicos y los comportamientos anómalos representan unas de las consecuencias de la enfermedad que provocan mayor discapacidad, y una de las mayores amenazas para la convivencia y la vida diaria de la familia. Además, estos trastornos generan frecuentes visitas médicas, e ingresos en servicios de urgencias e instituciones especializadas.

Los trastornos conductuales más frecuentes en la enfermedad de Alzheimer son:

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- Problemas relacionados con los trastornos de memoria y la conciencia de estar enfermo.

- Alteraciones psicóticas: o Delirios.

o Alucinaciones (auditivas, visuales, otras). - Cambios en el humor:

o Depresión.

o Labilidad emocional.

o Reacciones catastróficas. o Enfados.

- Alteraciones relacionadas con la ansiedad.

- Alteraciones de la actividad, agitación:

o Comportamiento agresivo (arañar, morder, escupir, golpear, empujar...).

o Comportamiento repetitivo (vagabundear, pasear, seguimiento persistente del cuidador, repetir frases, palabras o sonidos, revolver las cosas y

acumularlas).

o Comportamiento socialmente inadecuado (desnudarse...).

- Otras alteraciones:

o Del sueño y del

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