TANATOLOGÍA ENSAYO “MORIR”

TANATOLOGÍA

ENSAYO “MORIR”

MARTHA LAURA TORRES MORENO

INSTITUTO MEXICANO DE PSICOONCOLOGÍA

IMPARTE:

DRA. SUSANA POLO SCOTT

INTRODUCCIÓN.

“No sé que tienen las flores Llorona, las flores de un  Campo Santo,

Que cuando las mueve el viento llorona parece que están llorando”.

“Dos besos llevo en el alma Llorona que no se apartan de mí,

El último de mi padre y el primero que le di”

DESARROLLO.

Lo único seguro que tenemos desde el momento de nacer es que vamos a morir. Al final de todo la muerte es un signo de que alguna vez hubo vida y no se pueden desprender una de la otra.

Si todos estamos conscientes de lo anterior entonces por qué enfrentar la muerte es un proceso tan difícil y muchas veces doloroso.

Un niño recién nacido conforme pasan los días de su existencia se llena de vida pero se acerca más a su muerte y eso sucede con cada uno de nosotros.

Existe una cantidad de vivencias que pueden hacer sentir “la muerte” a una persona, y me refiero a esa sensación desagradable de creer que el mundo se derrumba y está a punto de terminar. Se escucha decir que mientras haya vida, hay esperanza y observamos muchas personas que la han perdido. Realmente ¿tendrán ganas de continuar viviendo? ¿Recuperarán la esperanza?

¿Será esa la razón por la que tantas personas deciden terminar con su vida? Japón es uno de los países con primer lugar de suicidio en jóvenes. Los estudios manifiestan que esto es debido a las fuertes exigencias de su sociedad. En la misma cultura por razones de honor, en un ritual se abren el vientre con un arma blanca.

La muerte de un ser querido nos hace sentir vivos. Tenemos dolor, en todo el cuerpo y la película que se vive en ese momento es como de terror. Perder a mi padre ha sido uno de los eventos más dolorosos en la vida. Fue una muerte no anunciada, intempestiva, dolorosa para quiénes enfrentamos el momento inesperado; sin embargo para él, (o por lo menos es algo que desde ese día hasta hoy me ha servido de explicación y consuelo) fue un abrir y cerrar de ojos, un fuerte dolor por unos minutos y el ahorro de una larga agonía.  Una agonía larga en mi padre seguramente pudo ser larga, desesperante y dolorosa.

Y luego la pregunta es ¿qué haces con el espacio vacío que dejó? No hay manera de llenarlo. Sólo le das un significado diferente a la situación y creas cosas alrededor de esa pérdida que sean mejores.

Perder a los padres te deja huérfano, perder al cónyuge te deja viudo, perder a un hijo… ni siquiera se puede nombrar.

Sólo deseo que cuando la muerte me alcance la señal de que viví sea firme, buena, que mis pasos hayan dejado una huella de amor, compañía, enseñanza felicidad. Que no lleve ningún pendiente. Quiero bajarme de esta vida gradeciendo a Dios por una vida plena, llena de amor y desamor, de felicidad y de tristeza, de paz y tribulaciones. Llevarme un cuero muy usado y arrugado y llegar a la presencia del creador para conocer que en mi examen final, pasé la prueba.

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