Tanatología ensayo
Enviado por nramososa • 4 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 2.862 Palabras (12 Páginas) • 523 Visitas
Universidad de Ciencias [pic 1]
y Artes de Chiapas
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
DIPLOMADO EN TANATOLOGÍA
MÓDULO 4
ensayo
PROFESOR:
jaime pérez alfaro
ALUMNA:
SILVIA NOHEMI RAMOS SOSA
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas 28 de septiembre del 2017
Introducción
Se ha mencionado anteriormente que hablar sobre duelos no es necesariamente hablar de muerte, aunque la palabra pérdida la tanatología invariablemente nos lleva a pensar en duelo por muerte, usualmente nos referimos a la ausencia de un ser querido. En la historia de un individuo no solo se perderán personas, también cosas, se presentarán situaciones que transformaran una vida, se romperán vínculos, etapas que concluirán, que quedarán atrás junto con sueños, expectativas, ilusiones y cada una de estas es una pérdida que traerá consigo un duelo para elaborar.
Se convierte necesario aprender a identificar todas las pérdidas que experimentamos y sobre todo reconocer que todas las pérdidas generan un duelo y que los duelos duelen; que es necesario vivirlos y que en la mayor medida que aprendamos a soltar, más creceremos como seres humanos.
Como toda experiencia significativa, se genera un proceso de cambio y por lo tanto un crecimiento; pero es necesario también aceptar y comprender que nunca se está solo en este camino.
Lamentablemente en nuestra sociedad se habla poco acerca de la muerte, las pérdidas, los duelos, etc., siendo que esto es un tema imprescindible para nuestro proceso de crecimiento personal; no hay nada más cierto como que las pérdidas son necesarias para nuestra maduración y que aunque es difícil de asimilar, estas nos ayudan a recorrer el camino de trascendencia.
Jorge Bucay (2001) habla acerca de vivir los cambios es animarnos a permitir que cosas nuevas surjan. Las vivencias de la vida implican una pérdida pero gracias al haber perdido algo hemos ganado algunas otras cosas. Todas las perdidas traen alguna ganancia y no hay una ganancia importante que no implique una renuncia o un costo emocional, una pérdida.
Así como las pérdidas, también hay otro aspecto que está presente en la vida de todos los seres humanos, y es la discapacidad; ésta forma parte de la naturaleza humana; casi todos los seres humanos sufren o sufrirán algún tipo de discapacidad adquirida, de nacimiento, transitoria o permanente y en su mayoría, quienes lleguen a la senectud experimentarán dificultades graduales de funcionamiento. La discapacidad es compleja por lo tanto las respuestas (psicológicas físicas, sociales, etc.) que originan, también lo son. Las intervenciones para superar las desventajas asociadas a ellas son diversas, sistémicas y varían según el contexto. Y estas condiciones no están exentas de un duelo; desde el momento en que se tiene un diagnóstico se inicia este proceso, ya que supone separar la ilusión del hijo ideal que los padres habrían implantado en su mente para acercarse a la realidad del hijo con discapacidad. Este es un proceso largo pero necesario, el de -aceptar- al hijo. La mayoría de los padres reaccionan con una conmoción, asombro y tristeza profunda (entre otras emociones) a la noticia de que su hijo tiene características físicas, emocionales o psicológicas diferentes a las del común de los niños, se resisten a afrontar la verdad; evitan mirar la situación real y distorsionan los hechos para que parezcan más aceptables. (Paniagua, G. 2001).
“El hidalgo fue un sueño de Cervantes
Y Don Quijote un sueño del hidalgo.
El doble sueño los confunde y algo
Está pasando que pasó mucho antes.”
J. L. Borges
Uno de los momentos más difíciles para algunos padres es recibir un diagnóstico inesperado ante el nacimiento de un hijo, saber que éste nacerá con alguna discapacidad hace que forzosamente comience un duelo. Si estos momentos ya son difíciles, por lo general, en cualquier circunstancia, en estos casos también existe una serie de complicaciones que pueden acentuarse más que en otros casos. Las creencias y mitos erróneos sobre las discapacidades hacen que el proceso de duelo sea más difícil para los padres.
Hay algo muy cierto y es que a lo largo de la vida vivimos diferentes pérdidas que son eventos inevitables en la vida de los seres humanos y lo más cierto es que todos tenemos que pasar por experiencias difíciles, la vida es un constante fluir de experiencias tanto buenas como malas, de emociones, necesidades, etc., que inevitablemente tenemos ir adaptándonos.
Los seres humanos somos un resultado de nuestro crecimiento y desarrollo, percibimos la vida como una serie de éxitos (y hay quienes la perciben lamentablemente más como una serie de fracasos). La vida está marcada por pérdidas: “lo que fue, ya lo tuve y gracias a eso soy lo que soy ahora”. Cambios de colegio, la separación de los padres, un nuevo puesto de trabajo, la muerte de un ser querido, un cambio de residencia, la muerte de una mascota, jubilación, una mutilación, un aborto provocado o natural, el despertar de los sueños y fantasías, el paso de la niñez a la pubertad, a la adolescencia a la edad adulta, afrontar una grave enfermedad y muchas más… hay incontables cambios que suceden en nuestras vidas y que forman parte de nuestra evolución, estas presentan una gran incertidumbre, aún si los cambios se dan por logros. Todo ello genera pérdidas y por ende duelo. ‘’Los duelos por pérdida no son patrimonio exclusivo de la muerte. Hay un duelo por delante en la vida de todo aquel que sufre una pérdida, que atraviesa un cambio, que deja una realidad para entrar a otra’’… (Bucay, J. 2001 p.143).
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