Tarea directiva

LA TAREA DIRECTIVA EN MI EQUIPO        

Cada inicio de ciclo implica un re-acomodo de expectativas, metas, compromisos y acciones. A lo largo de mi función directiva hemos ido experimentando nuevas formas de establecer las metas a alcanzar, este proceso de aprendizaje ha significado el poder ir aprendiendo a priorizar aquellas acciones que llevan como principal objetivo el proceso de enseñanza-aprendizaje, es decir, centra a los alumnos como principal meta. Sin embargo, la manera en que se desarrolla el trabajo colaborativo y colegiado implica de igual manera atención prioritaria, Generar ambientes facilitadores de aprendizajes tiene que ver con la disponibilidad y compromiso de cada pieza que estructura la “escuela”.

Dirigir, desde mi perspectiva personal, se traduce en “acompañar”, en el momento en que comprendí que hay aspectos que deben ser vistos desde distintas perspectivas y como tal, ser respetados y valorados, también hay otros aspectos que no tienen otra manera que el que obliga el cumplimiento de “normas y directrices” que sostienen la plataforma Institucional y educativa. Por lo tanto, mi función se centra en acompañar a mi colectivo, estableciendo metas y objetivos encaminados a un mismo fin, nuestros alumnos, procurando y desarrollando estrategias reales, aterrizadas al contexto y a las necesidades particulares de cada grupo.

        Cada educadora conoce sus fortalezas y debilidades, y entre todas hemos reconocido las mismas dentro de nuestros procesos cómo docentes, nuestros estilos de enseñanza y las habilidades para atender aquellos objetivos planeados desde el diagnóstico de cada inicio de curso.

        No se puede trabajar con resultados si no existe la responsabilidad y el acompañamiento mutuo, así como  la confianza de reconocer cuando vamos bien o cuando hemos tropezado; respetar las normas institucionales nos garantiza un cumplimiento administrativo, sin embargo, respetar la función docente con todas sus cualidades y debilidades permite reconocer, modificar, evaluar y reformular aquello que requiere mayor atención y esmero, de forma tal que se logre lo programado a corto, mediano y largo plazo.

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