Tecnología Conductual desde el Contextualismo Funcional (ACT - FAB)

Tecnología Conductual desde el Contextualismo Funcional (ACT - FAB)

Para Wilson G. & Luciano Soriano (2014) la terapia de aceptación y compromiso (ACT)  representa un salto cualitativo radical,  principalmente porque las técnicas que engloba no están orientadas a la evitación y reducción de síntomas como hasta ahora se venía haciendo para el tratamiento clínico de ciertas patologías psicológicas, sino que están dirigidas a que la persona actúe con responsabilidad de la elección personal y aceptación de los eventos privados, en donde ACT maneja sus propios procesos y principios específicos.

Por lo que en esa misma línea de investigación sobre terapias de tercera generación las cuales comparten las relaciones de equivalencia entre estímulos, la conducta gobernada por reglas, el análisis funcional del lenguaje y su repercusión tanto en las conductas cognitivas y emocionales,  Kohlenberg & Tsai (2007) afirman que la Psicoterapia Analítica Funcional (FAP), propone estudiar las formas en las que puede utilizar el reforzamiento, la especificación de Conductas Clínicamente Relevantes (CCR) y la generalización, dentro de las restricciones que impone el ambiente de consulta.

Al enfatizar los procesos y principios en la cual se rige ACT, la evidencia demuestra que es una de las más flexibles formas de tratamiento disponible como una forma de psicoterapia experiencial conductual y cognitiva, basada en la teoría del marco relacional del lenguaje y la cognición humana, las cuales representan una perspectiva sobre psicopatología misma que enfatiza el papel de la evitación experiencial, la fusión cognitiva, la ausencia o debilitamiento de los valores y la rigidez e ineficacia conductual resultantes (Wilson G. & Luciano Soriano, 2014, pág. 8).

En un contexto similar Reyes Ortega & Kanter (2017) ofrecen una perspectiva sobre FAP, la cual se fundamenta en los objetivos de intervención como las Conductas Clínicamente Relevantes (CCR), sus cinco reglas terapéuticas propuestas y el análisis del proceso de cambio terapéutico. Donde FAB hace hincapié en la relación cliente-terapeuta la cual brinda oportunidad de moldear y reforzar la concucta de manera directa con el consultante a partir de las funciones de su conducta dentro de la sesión terapéutica mediada por tres funciones: elicitar conductas respondientes, evocar conductas operantes y administrar consecuentes (Reyes Ortega & Kanter, 2017).

Según demuestra la evidencia estas dos terapias de tercera generación cuentan con fuerte validación empírica, ya que por un lado FAP ofrece un análisis conductual de la relación terapeuta – paciente dentro de la importancia que le da al proceso clínico y por otro lado ACT  aborda los trastornos del comportamiento y las emociones enfatizando el análisis de la evitación de eventos privados aversivos (Evitación Experiencial) como función de una pluralidad de conductas psicopatológicas, en donde los dos modelos se visualizan en términos de su continuidad teórica con el análisis funcional del comportamiento (Kohlenberg R. , y otros, 2004).

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