El Aprendizaje Desde La Perspectiva Conductual
Enviado por jdbarrantes • 28 de Abril de 2012 • 1.635 Palabras (7 Páginas) • 2.426 Visitas
El aprendizaje desde una perspectiva psicológica implica el estudio de los procesos psíquicos, incluyendo procesos cognitivos de las personas, así como los procesos sociocognitivos que se producen en el entorno social, cultural. Los individuos, a través de los procesos mentales van creando estructuras de razonamiento conforme van creciendo y adquiriendo conocimiento. El aprendizaje conductual, representa un cambio relativamente permanente en el comportamiento que refleja la adquisición de conocimiento o habilidades a través de la experiencia.
Las teorías o enfoques dan énfasis a la conducta de las personas y a los procesos internos, como el pensamiento, el razonamiento, la memoria, cuya trascendencia va desde el estudio del desarrollo y evolución de la psicología infantil, hasta como los seres humanos sienten, perciben o piensan; como son las relaciones humanas, la comunicación y como aprenden a adaptarse al medio que les rodea.
Si bien existen varios autores, cuyo trabajo en el campo de la psicología del aprendizaje es valioso, en ese artículo, fundamentalmente hago referencia al aporte de Burrhus Frederic Skinner y Albert Bandura.
Skiner, considerado un conductista radical, cuyo método es el del principio de reforzamiento en el que fundamenta su teoría de la psicología conductual, basó sus teorías en el análisis de las conductas observables. Dividió el proceso de aprendizaje en respuestas operantes y estímulos reforzantes, lo que condujo al desarrollo de técnicas de modificación de conducta en el aula. Trató la conducta en términos de reforzantes positivos (recompensas) contra reforzantes negativos (castigos). Vemos como al intentar explicar las leyes que rigen el comportamiento humano se nos da la oportunidad de conocernos mejor como personas y buscar la forma de liberarnos de ataduras y ser psicológicamente más libres.
Por otra parte, arremetió la costumbre contemporánea de utilizar el castigo para cambiar la conducta y sugirió que el uso de las recompensas y refuerzos positivos de la conducta correcta era más atractivo desde el punto de vista social y pedagógicamente eficaz.
Este gran aporte de Skinner a la psicología ha ayudado en todo contexto de la sociedad, por cuanto los refuerzos positivos se pueden aplicar en lugares como: la escuela, en el trabajo, en el hogar y en cualquier ambiente en el que se desee modificar la conducta del otro. Es una forma de encender luces sobre aquello que podemos hacer para mejorar las contingencias del ambiente dentro del aula, de modo que desaparezca la práctica del control a base de los castigos, sustituyéndolos por eventos positivos que contribuyan a lograr que la experiencia de aprender sea más agradable.
Cabe destacar el planteamiento sobre el condicionamiento operante, mediante el cual Skiner aborda la psicología del aprendizaje explicando la conducta voluntaria del cuerpo y su relación con el medio ambiente, apoyándose en experimentos realizados, muchos de ellos utilizando animales. Algunas personas cuestionan y hasta tratan de ridiculizar a Skiner por estos experimentos, sin embargo debemos reconocer que de mucho han servido para fortalecer la teoría conductiva y para explicar las complejidades del ser humano, sus sufrimientos y la forma de ayudar a superar.
Ante un estímulo, se produce una respuesta voluntaria, la cual, puede ser reforzada de manera positiva o negativa provocando que la conducta operante se fortalezca o debilite. En este proceso, la frecuencia con que ocurre una conducta depende de las consecuencias que tiene esa conducta. La conducta que tiene consecuencias agradables para el sujeto se ve fortalecida y tiende a repetirse, y la conducta que tiene consecuencias negativas para el sujeto se debilita y tiende a desaparecer. Por ejemplo, si el alumno responde correctamente se le proporcionan una serie de estímulos positivos para él, si no lo hace correctamente se le dan estímulos negativos o no se le proporciona el positivo. Esta secuencia se repite el número de veces que sea necesario hasta que todas las respuestas estén asimiladas.
Así pues, bajo la ley del refuerzo un evento A (conducta) seguido de un evento B (refuerzo) producirá un resultado favorable, de tal forma que si el evento B aumenta, es probable que la conducta A se repita. Un refuerzo positivo provoca que aumente la probabilidad de una conducta, es decir, que añadir un estímulo al entorno inducirá que esa respuesta aumente o se repita en el futuro. Un refuerzo negativo promoverá un aumento de probabilidad de una conducta, como consecuencia de la omisión de un estímulo.
Vemos como la aplicación de esta teoría requiere de ciertos cuidados, ya que la carencia de refuerzos en los procesos de aprendizaje pueden no obtener los resultados deseados, además, su inadecuada aplicación podría tener efectos negativos, puesto que los refuerzos en sí mismos no implican necesariamente un efecto de aprendizaje positivo, sólo tienen un efecto de motivación positiva cuando coinciden con las necesidades del individuo. Por lo tanto, quienes estamos en la práctica docente debemos ser conscientes que el uso de este proceso se debe orientada entre otras, a generar en los estudiantes un ambiente adecuado para el refuerzo de las conductas deseadas.
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