Teoría De Las Ideas.

La República:

I. La teoría de las ideas y de los conceptos universales

La teoría de las ideas tiene su origen en la problemática moral de origen socrático (vinculación con la política como fundamentos del logos). Frente al relativismo de la Atenas del siglo v a. C, Sócrates propone un patrón supraindividual que pueda dar normas a los actos.

Una acción particular es considerada piadosa por la relación que guarda con lo piadoso en sí (idea de piedad). En este sentido lo piadoso en sí resulta un paradigma, bajo el cual son consideradas las acciones supuestamente piadosas.

Solo es posible saber cuáles son los actos realmente piadosos una vez conocido lo piadoso y no al revés. O sea, la calificación de nuestros actos particulares, se hace en relación a una realidad divina fuente de toda perfección. Es decir, la valentía o la piedad de nuestros actos podía reconocerse solo por referencia a esta realidad divina, que en cuanto tal es universal. Si bien Platón no habla de este patrón supraindividual como divinidad, sí reconoce la existencia de tal patrón, pero más bien como ideales éticos; y no como el universal aristotélico según el cual lo universal se halla efectivamente en cada una de las cosas.

En este primer momento Platón opone tajantemente aquello que nos parece bello de lo bello en sí, por cuya oposición se conoce una cosa como bella.

En un segundo momento, en cambio, Platón considera que la vía cognoscitiva hacia lo bello o lo piadoso es distinta a la que conduce hacia las cosas bellas o piadosas.

Las primeras realidades son cognoscibles por la inteligencia (noûs: razón), mientras que con las segundas establecemos un contacto por la vía de los sentido y la opinión (dóxa).

Los objetos inteligibles deben existir, pues no hay conocimiento de lo que no es; pero no son como los objetos sensibles que se presentan siempre de modo diverso y cambiante. Los objetos inteligibles aparecen como permanentes e idénticos a sí mismos.

Los primeros son mayormente cognoscibles porque más plenamente son, son más reales (ejemplo: idea de la manzana). Los objetos opinables están entre el ser y el no ser, son intermedios. Son lo que se genera y deviene, pues son inestables; son menos reales.

Los objetos inteligibles reciben la denominación de “lo divino e inmortal”; los otros de “lo humano y mortal”. Platón distingue entonces un ámbito inteligible y uno opinable.

Distinguir lo inteligible de lo opinable desde las matemáticas y la geometría (la idea de círculo no es circular). La idea de igualdad, no proviene de la comparación de dos percepciones, sino de lo igual y de lo idéntico. De este modo a los ideales éticos, Platón incorpora las ideas matemáticas. Luego, amplía el dominio de la idea

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